Se cruzaron en la universidad: ella venía de Brasil, él empezaba la carrera, y un juego compartido confirmó lo que sentían

Llegó a nuestro país sin saber que la vida le cambiaría algo más que su perfil profesional: un compañero de facultad y un mundo por descubrir

Mar 21, 2025 - 07:24
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Se cruzaron en la universidad: ella venía de Brasil, él empezaba la carrera, y un juego compartido confirmó lo que sentían

Luisa es de Brasil, y allí vivó hasta que evaluó sus opciones para estudiar y la casa de sus tíos, en Manzanares, emergió como la posibilidad de venir a Argentina para estudiar Medicina en la UBA. Y así lo hizo. En el 2019 llegó con 21 años, su bolso, su entusiasmo y la incertidumbre de una relación de pareja de tres años que creía sólida y comprometida pero que la mudanza le mostraba que no eran tan así. Llegó al país con un objetivo claro, pero se quedó por otro.

“Cambió el tono de conversación conmigo”

Alexis tenía 24 años cuando en su primera semana de clases en la facultad de Medicina conoció a la brasilera que lo cautivó, enseguida supo que ella tenía novio, pero eso no era impedimento para que su corazón saltara de alegría cada uno de los tres días de la semana que compartían clase.

Ya desde el primer día en la facultad, Luisa y Alexis se hicieron amigos, a ella no se le cruzaba por la cabeza ninguna otra intención, su mente y su corazón estaban puestos en aquel novio de Brasil que aún no había sacado pasaje para venir al país con ella, y aunque en su corazón sentía que su relación se enfriaba no dejaba de pensar en él. Pero su mente le mostraba otra realidad: en estos días había ganado un amigo argentino que la mimaba con alfajores y cafés en la universidad.Recién de novios

Cuando llegó Semana Santa, Alexis se fue para Córdoba a visitar a su familia, para su sorpresa y alegría, recibió un mensaje de Luisa que le contaba que había terminado la relación con su novio. “Se lo conté porque éramos amigos, ahí nomás él cambió el tono de conversación conmigo y me empezó a hablar de un modo diferente”, Luisa notó el cambio enseguida, y no fue su imaginación, él después le contó que en el momento en que la vio se enamoró perdidamente.

“Yo nunca…”

Alexis volvió de Córdoba y la primera vez que se vieron se sentía algo diferente en el aire, no eran los mismos amigos que se habían visto unos cuántos días atrás. “Él me miraba distinto”, asegura Luisa, y el tiempo le dio la razón, su percepción no falló.

No pasó mucho tiempo hasta el día que él la acompañó a la parada del colectivo, la tomó de la mano y se miraron a los ojos: “Ese segundo fue eterno, pero duró el tiempo exacto para que yo me diera cuenta de que me estaba enamorando”, recuerda Luisa. Es que en el amor muchas veces las palabras sobran y son los gestos y las miradas los que dicen todo. Luisa se subió al colectivo, volvieron a sostenerse la mirada pero ninguno omitió palabra.

Al día siguiente, al terminar las clases en la facultad, fueron a la plazoleta ubicada enfrente a la estación de Pilar. Se sentaron en un banco y comenzaron a jugar al “yo nunca” con el celular. Al parecer aquel día el juego lo manejaba cupido y tuvo la encantadora idea de decir: “Yo nunca besaría a alguien que está en este lugar”. Solo estaban ellos. Luisa no dudó en responderle: “Yo sí”. Él la desafíó: “Ah, ¿si?”, y ella remató: “Sí, claro”, con la felicidad y la ternura del enamorado que espera la dicha de aquel día, Alexis se acercó y la besó.

¿Vuelvo a Brasil o me quedo en Argentina?

No eran una pareja del boliche de la noche, ellos disfrutaban de salidas a la plaza, ir al río, pequeños paseos en la ruta, tomar un helado, un café. Viajaron juntos a Córdoba a conocer la casa de los padres de Alexis, era su primer viaje juntos y en el que se dieron cuenta de que querían pasar toda la vida juntos, no importaba que se hubieran conocido hacía poco, ellos sabían que querían elegirse uno al otro.

Luisa fue la primera novia que presentó Alexis, sus cuñadas aseguran que fue la primera vez que lo vieron enamorado de verdad. Luisa se fue los dos meses de vacaciones a Brasil a visitar a su familia y amigas, fueron sus primeras vacaciones separados y el tiempo no parecía avanzar.El embarazo del primer hijo

De regreso a Buenos Aires se fue a vivir a capital a un departamento compartido con amigas brasileras, lo que ella no sabía era que en marzo llegaba el covid a nuestro país. Con la cuarentena y las distancias pasaron semanas y semanas sin verse, en cuanto pudieron sus amigas volvieron a Brasil; Luisa quedó sola en un departamento que no podía alquilar y con una decisión por tomar: ¿vuelvo a Brasil o me quedó en Argentina?

“De Argentina vos no te vas”

Cuando se venció el alquiler encontró una habitación en un hotel por un mes, eso le daría algunos días extras para tomar la temida decisión. Su relación con Alexis fluía a la perfección, jamás se quisieron separar e incluso hablaban de un compromiso mayor, pero era el momento de actuar. Al terminar aquel mes de mayo, Alexis la fue a buscar y le dijo: “de Argentina vos no te vas”, y sin vueltas comenzaron la convivencia con el plan de casarse y formar una familia. Eligieron una fecha para formalizar su matrimonio pero en septiembre, con la llegada del embarazo, aparecieron los vómitos y malestares que no permitían que aquello fuera posible y pospusieron el casamiento para el mes de noviembre.

Sus padres no lo querían conocer

Mientras tanto la familia de Luisa no quería conocer a Alexis. Viajaron a visitar a su hija pero no aceptaron conocer a su novio, todavía hacían el duelo de la relación anterior, incluso decidieron que no viajarían para la boda.El día del casamiento por civil

A esta altura, nada ni nadie podía impedir que Luisa y Alexis vivieran su historia de amor. Ambos trabajaban de manera autónoma y vivían con la plata justa, razón por la que Luisa no imaginó jamás lo que viviría: un día de los que estaban en Manzanares fueron a ver los caballos, era el atardecer y mientras tomaban un helado la caída del sol solo permitía visualizar la sombra del animal. Entre sombras, Alexis la sorprendió al mostrarle un anillo y poniéndose de rodillas le propuso de manera formal casamiento. Entre la sorpresa, el llanto de emoción, y para ser honesto, el malestar por los primeros meses de embarazo, Luisa aceptó con enorme felicidad.

Al borde de la muerte

Casados y con su primer bebé en la panza viajaron juntos en las vacaciones a Brasil para que Alexis conociera a sus suegros. Para gran felicidad hoy es un yerno muy querido. Con el esfuerzo del trabajo para ganar el pan de cada día, a los tres meses del nacimiento de su primer hijo se enteraron que estaba en camino el segundo. Fue un torbellino de vómitos, emociones y un amor más fuerte y unido que nunca.Primer paseo post cirugía

Pero con tan pocos años aún les faltaba afrontar algún problema, hace seis años la joven pareja recibió una noticia inesperada: a Luisa le descubrieron un problema en el corazón, se sometió a una cirugía en mayo del 2024 en la que su vida corrió riesgo: “Pensamos que no pasaba, fue un año de muchas pruebas y eso nos dejó muy unidos. Él siempre está al pie del cañón, como dicen en Argentina. Yo con 25 años y dos bebés no me quería morir de ninguna manera. Siento que nuestra relación es como una roca, por más que haya vientos y turbulencias hay algo que nos une, además tenemos una relación muy divertida”, asegura Luisa.

Una vez más se demuestra que el amor es más fuerte y que, como dice la madre de Alexis, “Luisa no vino acá a estudiar medicina, vino a encontrar al amor de su vida”.

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