"Rodarla era muy difícil": Sam Heughan cuenta cuál fue la escena más compleja de 'Outlander'

El viaje alrededor del mundo y a través del tiempo llega a su fin. Outlander se despide con su octava temporada, ya rodada, y con la segunda temporada recién emitida en España gracias a Movistar Plus+. La historia de amor y sufrimiento entre Claire y Jamie está pendiente de concluir, lo que hará con los últimos diez episodios, previstos para finales de 2025 o principios de 2026.

Sam Heughan, coprotagonista de Outlander, interpreta en la serie al highlander Jamie Fraser y ha recordado en una entrevista cuál es la escena más difícil de cuantas ha rodado en la serie. Si aún no has visto el final de la séptima temporada, lo mejor es que te detengas aquí. No quieras sentirte como un Sassenach en territorio spoiler.

La escena más difícil de 'Outlander'

Heughan ha protagonizado varias de las secuencias más memorables de Outlander, y también algunas de las más duras. La primera que se nos viene a la cabeza es aquella en la que el capitán inglés Jack Randall lo tortura y viola. Sin embargo, para Heughan, lo más difícil que ha rodado ocurre en el episodio 15 de la séptima temporada.

Nos referimos al instante en el que, en plena batalla de Monmouth, Claire es herida y Jamie debe buscar ayuda. Heughan ha comparado este momento con otro, anterior, en el que Jamie pierde a Murtaugh, uno de sus hombres de confianza. “Lo interpreté como si Jamie no fuese Jamie. Él está fuera de control y en liza con todos los que lo rodean y con Dios, porque se encuentra a punto de perder su propio universo”, explicó Heughan.

Sin embargo, la escena en la que esta desolación llega a su máximo auge se produce cuando, para ser relevado y poder cuidar de Claire, Jaime escribe su rendición en la espalda de uno de sus soldados usando la sangre de su amada.

“Antes de rodarlo, nos preguntábamos cuál era la forma correcta de escribir en la espalda de un hombre. Cuando lo hicimos, descubrimos que era muy difícil. Refleja un momento de pura desesperación: Jaime está completamente perdido. No se le ocurre cómo difundir su mensaje y recurre a lo que tiene más cerca. Es una idea muy siniestra”, señala Sam Heughan, al que fascina el que, “tras ocho temporadas, estos personajes aún sorprendan a los actores que los interpretan”.

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