Puñetazos a árbitros y pelea masiva: fin de semana infernal en el fútbol mallorquín
Dos ataques contra sendos árbitros en la Segunda Regional y una batalla campal en un encuentro de categoría juvenil. Ese es el vergonzoso parte de incidentes violentos acontecidos este fin de semana en el fútbol modesto de Mallorca. La primera referencia tuvo lugar el sábado durante el partido entre el Son Ferrer y el Son Sardina B celebrado en el campo municipal de Calviá. Un jugador suplente del Son Ferrer salió del banquillo para agredir al árbitro. Tras intentar darle un puñetazo, esquivado por el colegiado, le empujó tirándole al suelo donde, al parecer, le pisoteó. El encuentro fue suspendido y el club al que pertenece al agresor publicó en su cuenta de la red social Facebook un sentido comunicado en el que anuncia la expulsión del cafre: «Todos los que formamos el Club de Fútbol de Son Ferrer estamos consternados y muy apenados por la situación lamentable que se vivió ayer en el partido de los amateurs por parte de uno de nuestros jugadores. Por ese motivo, el Club lanza este comunicado, con el cual además de pedir disculpas, queremos recordar que este tipo de comportamiento, está totalmente alejado de los valores de nuestro club y de los que formamos parte de el. Seremos implacables con este tipo de acciones, siempre. No hay cabida para la violencia en nuestra casa, ni en este deporte». En la misma categoría (2ª Regional) el choque entre el Joventut Bunyola y el Porreres B fue suspendido durante más de media hora, lo que tardó la policía en llegar al campo. Tras varios incidentes y unas cuantas expulsiones, el portero visitante golpeó al colegiado «con los dos puños en el pecho de forma violenta, una vez que los compañeros de su equipo lo agarraron para que no nos agrediera», según se lee en el acta arbitral. Tras ver la tarjeta roja, el citado guardameta se retiró al vestuario insultando gravemente al equipo arbitral. El tercer caso tuvo lugar en el polideportivo Rudy Fernández de Palma de Mallorca durante un tenso partido de Primera Regional Juvenil entre el CD Génova y La Victoria B . Jugadores de ambos equipos acabaron enzarzados en una pelea multitudinaria, que a duras penas pudo ser detenida por otros compañeros y miembros del cuerpo técnico de ambos clubes. La trifulca se saldó con cinco expulsados, tres del Génova y dos de La Victoria. El Comité de Competición de la Federación Balear tendrá abundante trabajo esta semana para imponer las sanciones que merecen estos lamentable comportamientos.
Dos ataques contra sendos árbitros en la Segunda Regional y una batalla campal en un encuentro de categoría juvenil. Ese es el vergonzoso parte de incidentes violentos acontecidos este fin de semana en el fútbol modesto de Mallorca. La primera referencia tuvo lugar el sábado durante el partido entre el Son Ferrer y el Son Sardina B celebrado en el campo municipal de Calviá. Un jugador suplente del Son Ferrer salió del banquillo para agredir al árbitro. Tras intentar darle un puñetazo, esquivado por el colegiado, le empujó tirándole al suelo donde, al parecer, le pisoteó. El encuentro fue suspendido y el club al que pertenece al agresor publicó en su cuenta de la red social Facebook un sentido comunicado en el que anuncia la expulsión del cafre: «Todos los que formamos el Club de Fútbol de Son Ferrer estamos consternados y muy apenados por la situación lamentable que se vivió ayer en el partido de los amateurs por parte de uno de nuestros jugadores. Por ese motivo, el Club lanza este comunicado, con el cual además de pedir disculpas, queremos recordar que este tipo de comportamiento, está totalmente alejado de los valores de nuestro club y de los que formamos parte de el. Seremos implacables con este tipo de acciones, siempre. No hay cabida para la violencia en nuestra casa, ni en este deporte». En la misma categoría (2ª Regional) el choque entre el Joventut Bunyola y el Porreres B fue suspendido durante más de media hora, lo que tardó la policía en llegar al campo. Tras varios incidentes y unas cuantas expulsiones, el portero visitante golpeó al colegiado «con los dos puños en el pecho de forma violenta, una vez que los compañeros de su equipo lo agarraron para que no nos agrediera», según se lee en el acta arbitral. Tras ver la tarjeta roja, el citado guardameta se retiró al vestuario insultando gravemente al equipo arbitral. El tercer caso tuvo lugar en el polideportivo Rudy Fernández de Palma de Mallorca durante un tenso partido de Primera Regional Juvenil entre el CD Génova y La Victoria B . Jugadores de ambos equipos acabaron enzarzados en una pelea multitudinaria, que a duras penas pudo ser detenida por otros compañeros y miembros del cuerpo técnico de ambos clubes. La trifulca se saldó con cinco expulsados, tres del Génova y dos de La Victoria. El Comité de Competición de la Federación Balear tendrá abundante trabajo esta semana para imponer las sanciones que merecen estos lamentable comportamientos.
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