¿Puedo recuperar una planta que está pocha? Cinco cosas a chequear

Diego Olivares, ingeniero agrícola y experto en jardinería, explica las claves para evaluar si tu planta aún tiene posibilidades de recuperación y cómo ayudarla a sobrevivir¿Cuándo es el momento de podar una planta para que crezca más en primavera? Responde un experto Si tu planta empieza a parecer más un objeto de decoración olvidado que otra cosa, no entres en pánico todavía. A menudo, las plantas pueden recuperarse si detectamos a tiempo los signos de vida y actuamos con conciencia. Antes de despedirte de tu planta favorita, revisa estos cinco puntos clave para saber si aún hay esperanza y merece una segunda oportunidad. Tallo principal, ¿todavía hay vida? El estado del tallo es una de las mejores pistas sobre la salud de la planta, porque es el canal por donde circula la savia, el equivalente vegetal de nuestra sangre. Si está firme y flexible, significa que aún hay circulación de agua y nutrientes; si está seco y quebradizo, probablemente ya no está cumpliendo su función vital. En lugar de raspar la corteza, que puede resultar invasivo, dobla con cuidado el tallo y observa si ofrece resistencia y flexibilidad. Si tiene cierta turgencia y vuelve a su forma, hay vida; si, por el contrario, cruje o se parte con facilidad, está seco por dentro. ¿Qué hacer? Si hay zonas verdes, recorta las partes secas con tijeras de podar limpias. Esto incentiva el crecimiento de nuevos brotes al evitar que la planta gaste energía en partes muertas. Si todo el tallo está seco, revisa las raíces, ya que pueden estar enviando brotes desde la base. Si la planta es un arbusto o una planta leñosa, intenta hacer un corte más profundo en diferentes partes del tallo para ver si aún queda tejido verde. A veces, solo la parte superior está muerta, pero la base puede recuperarse. La mejor época para hacer esta revisión es a finales del invierno o comienzos de la primavera, cuando muchas plantas salen del letargo y muestran con más claridad si están listas para brotar de nuevo o no. Si lo haces en pleno invierno, es posible que la planta esté viva, pero dormida, lo que puede confundirte. Las raíces son el corazón de la planta. Raíces: la clave de la supervivencia Las raíces son el corazón de la planta. Son las encargadas de absorber el agua y los nutrientes del sustrato, por lo que su estado refleja directamente la capacidad de la planta para sobrevivir y regenerarse. Para revisarlas, extrae la planta con cuidado del sustrato y observa su aspecto. Señales de raíces sanas: blancas o marrón claro, firmes y sin mal olor. Las raíces gruesas y elásticas suelen indicar que la planta puede recuperarse. Señales de raíces podridas: negras, blandas o con olor desagradable. La pudrición radicular suele ser causada por exceso de agua y falta de drenaje. Si hay raíces podridas, corta las zonas afectadas con una tijera esterilizada y deja que la planta se seque antes de trasplantarla en un sustrato nuevo y bien drenado. También puedes aplicar un fungicida para evitar que la pudrición regrese. Si la planta tiene muy pocas raíces sanas, colócala en un ambiente húmedo, pero sin encharcar. Puedes plantarla en un sustrato ligero hasta que comience a desarrollar nuevas raíces.

Mar 23, 2025 - 07:25
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¿Puedo recuperar una planta que está pocha? Cinco cosas a chequear

¿Puedo recuperar una planta que está pocha? Cinco cosas a chequear

Diego Olivares, ingeniero agrícola y experto en jardinería, explica las claves para evaluar si tu planta aún tiene posibilidades de recuperación y cómo ayudarla a sobrevivir

¿Cuándo es el momento de podar una planta para que crezca más en primavera? Responde un experto

Si tu planta empieza a parecer más un objeto de decoración olvidado que otra cosa, no entres en pánico todavía. A menudo, las plantas pueden recuperarse si detectamos a tiempo los signos de vida y actuamos con conciencia. Antes de despedirte de tu planta favorita, revisa estos cinco puntos clave para saber si aún hay esperanza y merece una segunda oportunidad.

Tallo principal, ¿todavía hay vida?

El estado del tallo es una de las mejores pistas sobre la salud de la planta, porque es el canal por donde circula la savia, el equivalente vegetal de nuestra sangre. Si está firme y flexible, significa que aún hay circulación de agua y nutrientes; si está seco y quebradizo, probablemente ya no está cumpliendo su función vital. En lugar de raspar la corteza, que puede resultar invasivo, dobla con cuidado el tallo y observa si ofrece resistencia y flexibilidad. Si tiene cierta turgencia y vuelve a su forma, hay vida; si, por el contrario, cruje o se parte con facilidad, está seco por dentro.

¿Qué hacer? Si hay zonas verdes, recorta las partes secas con tijeras de podar limpias. Esto incentiva el crecimiento de nuevos brotes al evitar que la planta gaste energía en partes muertas. Si todo el tallo está seco, revisa las raíces, ya que pueden estar enviando brotes desde la base. Si la planta es un arbusto o una planta leñosa, intenta hacer un corte más profundo en diferentes partes del tallo para ver si aún queda tejido verde. A veces, solo la parte superior está muerta, pero la base puede recuperarse.

La mejor época para hacer esta revisión es a finales del invierno o comienzos de la primavera, cuando muchas plantas salen del letargo y muestran con más claridad si están listas para brotar de nuevo o no. Si lo haces en pleno invierno, es posible que la planta esté viva, pero dormida, lo que puede confundirte.

Las raíces son el corazón de la planta.

Raíces: la clave de la supervivencia

Las raíces son el corazón de la planta. Son las encargadas de absorber el agua y los nutrientes del sustrato, por lo que su estado refleja directamente la capacidad de la planta para sobrevivir y regenerarse. Para revisarlas, extrae la planta con cuidado del sustrato y observa su aspecto.

  • Señales de raíces sanas: blancas o marrón claro, firmes y sin mal olor. Las raíces gruesas y elásticas suelen indicar que la planta puede recuperarse.
  • Señales de raíces podridas: negras, blandas o con olor desagradable. La pudrición radicular suele ser causada por exceso de agua y falta de drenaje.

Si hay raíces podridas, corta las zonas afectadas con una tijera esterilizada y deja que la planta se seque antes de trasplantarla en un sustrato nuevo y bien drenado. También puedes aplicar un fungicida para evitar que la pudrición regrese. Si la planta tiene muy pocas raíces sanas, colócala en un ambiente húmedo, pero sin encharcar. Puedes plantarla en un sustrato ligero hasta que comience a desarrollar nuevas raíces.

Si las hojas están quemadas por el sol, recorta las partes dañadas y cambia la planta a un lugar con luz indirecta.

Hojas: ¿marchitas o completamente secas?

Las hojas pueden engañar: una planta con hojas mustias o amarillas no está necesariamente muerta. Lo importante es diferenciar entre hojas secas y hojas marchitas por falta de agua.

¿Cómo diferenciarlas?

  • Hojas secas y quebradizas: señal de daño irreversible. Indican que la planta no ha recibido agua ni nutrientes durante un periodo prolongado, lo que hace que sus tejidos se sequen por completo y ya no puedan regenerarse. En ese estado, la hoja ha dejado de cumplir cualquier función vital, como la fotosíntesis o la transpiración.
  • Hojas caídas y blandas: suelen ser signo de falta de agua. Si la planta ha perdido demasiada, las hojas pueden doblarse y ponerse flácidas, pero si la hidratación es adecuada, pueden recuperarse. Retira las hojas secas y riega con moderación si la tierra está muy seca. Si la planta está deshidratada, puedes sumergir la maceta en agua durante 10 minutos para hidratar el sustrato lentamente.

Si las hojas están quemadas por el sol, recorta las partes dañadas y cambia la planta a un lugar con luz indirecta. Si el problema fue un exceso de riego, reduce la humedad y permite que la tierra se seque antes del próximo riego.

Estado del sustrato: ni ahogado ni desértico

Una tierra inadecuada puede estar causando el problema. ¿El sustrato está completamente seco y se ha separado de los bordes de la maceta? ¿O, por el contrario, huele a humedad y se siente empapado?

Un sustrato seco y endurecido impide que la planta absorba agua correctamente. A veces nos empeñamos en regar a toda costa, sin comprobar si ese sustrato está absorbiendo realmente el agua. Cuando la tierra está muy compactada o repele el agua, el líquido simplemente resbala por los bordes y no llega a las raíces, por lo que la planta sigue deshidratada aunque parezca que la hemos regado. Por otro lado, un suelo encharcado puede provocar pudrición de raíces y enfermedades fúngicas.

  • Si el sustrato está seco: rehidrata la planta con riegos paulatinos o el método de inmersión. Si el agua no penetra bien, perfora la tierra con un palillo o utiliza un sustrato más suelto.
  • Si está encharcado: deja que se seque y mejora el drenaje, cambiando la tierra si es necesario. Si hay moho en la superficie, puede que haya llegado el momento de regar menos y plantearse mejorar la tierra. Un sustrato más suelto y con buen drenaje facilitará que el agua llegue donde debe sin necesidad de regar tanto y ayudará a evitar problemas futuros como hongos y pudrición.

Brotes nuevos: la señal definitiva

Si tu planta muestra brotes nuevos, aunque sean pequeños, hay vida en ella. Fíjate en la base del tallo y en las axilas de las hojas: a veces, nuevas yemas pueden estar surgiendo sin que lo notes. Los brotes verdes suelen ser la mejor señal de recuperación, incluso si la planta perdió todas sus hojas. Si notas pequeños puntos verdes en el tallo o nuevas raíces en la base, significa que la planta está respondiendo a los cuidados.

Asegúrate de darle el ambiente adecuado: luz suficiente, riego moderado y sustrato aireado. No la abones de inmediato, ya que un fertilizante puede ser demasiado fuerte para una planta en recuperación. Espera hasta que se estabilice y haya nuevos crecimientos antes de fertilizar.

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