Proteína de tardígrados: el escudo contra la radiación que podría cambiarnos la vida

Los tardígrados, también conocidos como ositos de agua, son criaturas microscópicas capaces de sobrevivir en condiciones extremas, desde las profundidades del océano hasta el espacio exterior. Ahora, un equipo de investigadores del MIT y la Universidad de Iowa ha descubierto que una proteína que producen podría convertirse en una herramienta clave para reducir los efectos […]

Mar 17, 2025 - 17:06
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Proteína de tardígrados: el escudo contra la radiación que podría cambiarnos la vida

Los tardígrados, también conocidos como ositos de agua, son criaturas microscópicas capaces de sobrevivir en condiciones extremas, desde las profundidades del océano hasta el espacio exterior. Ahora, un equipo de investigadores del MIT y la Universidad de Iowa ha descubierto que una proteína que producen podría convertirse en una herramienta clave para reducir los efectos secundarios de la radioterapia en pacientes con cáncer.

Dsup, la proteína de los tardígrados que protege su ADN

Los tardígrados son básicamente superhéroes en miniatura. Pueden soportar radiación miles de veces más intensa que la que nos dejaría fuera de combate. ¿Su secreto? La Dsup (Damage Suppressor Protein), una proteína que actúa como un guardaespaldas del ADN. Se pega a las hebras genéticas y las protege para que no se despedacen bajo el bombardeo de rayos. En el MIT probaron si este truco podía funcionar en otros seres vivos, y los resultados con ratones fueron un éxito total. Usaron tecnología de ARNm para que las células de los ratones hicieran Dsup por unas horas, las expusieron a radiación, y voilà: menos daño en las células sanas, mientras las cancerosas seguían cayendo como moscas.

Tardígrados
Créditos: Pinterest

¿Cómo lo probaron y qué significa?

El experimento fue bastante ingenioso. Eligieron células de la boca y el recto de los ratones, zonas que suelen sufrir mucho con la radioterapia en humanos. Con la Dsup activada, la radiación hizo menos estragos en las células buenas, pero no le dio tregua al cáncer. Es como si los tardígrados les hubieran pasado su escudo invisible. Los científicos comprobaron esto en ratones con tumores en la boca, y el combo funcionó: el tratamiento siguió siendo letal para el tumor, pero con menos efectos colaterales. Si esto escala, podríamos estar hablando de una revolución para quienes enfrentan el cáncer todos los días.

Un escudo para pacientes y astronautas

Esto no se queda solo en la Tierra. Los investigadores sueñan en grande: la proteína de tardígrados podría proteger a astronautas de la radiación espacial, un enemigo silencioso en misiones largas como las de Marte. Imagina a la NASA usando esto para que los viajes al espacio sean más seguros. Y no solo eso: también podría ayudar con los daños de la quimioterapia, que a veces golpea tanto como la enfermedad misma.

Tardígrados
Créditos: Pinterest

El futuro de la investigación

No todo es tan fácil todavía. Pasar de ratones a humanos requiere tiempo y ajustes. La Dsup necesita una versión más amigable para que nuestro sistema inmune no la vea como intrusa y la ataque. Los científicos ya están trabajando en esa mejora, probando la proteína para que sea más efectiva y segura. Además, hay pistas de que los tardígrados esconden más trucos contra la radiación, así que esto podría ser solo el inicio de una saga de descubrimientos. La paciencia es clave, pero cada paso nos acerca a un tratamiento que cambie vidas.

Pequeños pero invencibles

Estos bichos son una locura: sobreviven al vacío, al frío extremo y a rayos que freirían a cualquiera. Su Dsup es solo una parte de su arsenal evolutivo, perfeccionado tras millones de años. Son como un recordatorio de que la naturaleza siempre tiene sorpresas bajo la manga. Al final, la proteína de tardígrados podría transformar la radioterapia y abrir puertas en el espacio. Es ciencia pura, pero con un toque de esperanza que nos hace mirar a estos “ositos” con otros ojos.