Promesas incumplidas
Activistas de la organización internacional Igualdad Animal 'asaltan' la junta anual de accionistas de la multinacional Ahold Delhaize por sus incumplimientos en políticas de bienestar animal La movilización social y la presión de los consumidores han llevado a que, en los últimos años, la responsabilidad social de las empresas comience a considerar el bienestar animal. Una muestra de ello son los compromisos adquiridos por muchos supermercados en España para dejar de vender huevos de gallinas enjauladas. Esto no significa que estos compromisos siempre estén motivados por una verdadera preocupación por el tema o que exista una cultura interiorizada en la compañía respecto a esta problemática. Esto provoca que, a veces, las compañías “olviden” estos compromisos o demoren su implementación. Un ejemplo claro es la multinacional Ahold Delhaize, una de las mayores empresas minoristas del mundo, que gestiona cadenas de supermercados como Food Lion, Stop and Shop, Giant y Hannaford, y asumió el compromiso de eliminar el uso de jaulas para cerdas y gallinas. Sin embargo, hasta el momento, no se han registrado progresos significativos en este aspecto. En 2019, la empresa anunció que para 2025 dejaría de emplear jaulas para gallinas en su cadena de suministro en Estados Unidos. No obstante, ese objetivo se ha pospuesto hasta 2032 y solo aplica a ciertos ovoproductos. En cuanto a las cerdas gestantes, los avances son igualmente limitados: la compañía indica que las jaulas desaparecerán en 2028, aunque con varias excepciones. En Europa, regulaciones más rigurosas han llevado a Ahold Delhaize a implementar mejoras. En cambio, en Estados Unidos, donde las normativas son más laxas, la empresa mantiene prácticas de confinamiento intensivo. Esta inacción tiene graves consecuencias para los animales, que continúan sufriendo en condiciones extremas de confinamiento. Una realidad que hemos revelado en una reciente investigación, en la que nos infiltramos en una granja de Kansas vinculada a Ahold Delhaize, donde se observan cerdas encerradas en jaulas tan estrechas como sus propios cuerpos, lechones nacidos prematuramente, muertos o agonizando. Granja investigada Cerdas enjauladas en la granja investigada

Activistas de la organización internacional Igualdad Animal 'asaltan' la junta anual de accionistas de la multinacional Ahold Delhaize por sus incumplimientos en políticas de bienestar animal
La movilización social y la presión de los consumidores han llevado a que, en los últimos años, la responsabilidad social de las empresas comience a considerar el bienestar animal. Una muestra de ello son los compromisos adquiridos por muchos supermercados en España para dejar de vender huevos de gallinas enjauladas.
Esto no significa que estos compromisos siempre estén motivados por una verdadera preocupación por el tema o que exista una cultura interiorizada en la compañía respecto a esta problemática. Esto provoca que, a veces, las compañías “olviden” estos compromisos o demoren su implementación. Un ejemplo claro es la multinacional Ahold Delhaize, una de las mayores empresas minoristas del mundo, que gestiona cadenas de supermercados como Food Lion, Stop and Shop, Giant y Hannaford, y asumió el compromiso de eliminar el uso de jaulas para cerdas y gallinas. Sin embargo, hasta el momento, no se han registrado progresos significativos en este aspecto.
En 2019, la empresa anunció que para 2025 dejaría de emplear jaulas para gallinas en su cadena de suministro en Estados Unidos. No obstante, ese objetivo se ha pospuesto hasta 2032 y solo aplica a ciertos ovoproductos. En cuanto a las cerdas gestantes, los avances son igualmente limitados: la compañía indica que las jaulas desaparecerán en 2028, aunque con varias excepciones. En Europa, regulaciones más rigurosas han llevado a Ahold Delhaize a implementar mejoras. En cambio, en Estados Unidos, donde las normativas son más laxas, la empresa mantiene prácticas de confinamiento intensivo.
Esta inacción tiene graves consecuencias para los animales, que continúan sufriendo en condiciones extremas de confinamiento. Una realidad que hemos revelado en una reciente investigación, en la que nos infiltramos en una granja de Kansas vinculada a Ahold Delhaize, donde se observan cerdas encerradas en jaulas tan estrechas como sus propios cuerpos, lechones nacidos prematuramente, muertos o agonizando.
Para asegurarnos de que los directivos y accionistas de Ahold Delhaize vieran estas imágenes, hemos “asaltado” su junta anual de accionistas celebrada este pasado jueves en Zaandam, Países Bajos.
No solo eso, hemos organizado protestas frente a su reunión y todo tipo de acciones para dejarle claro a esta compañía que sus promesas incumplidas significan el sufrimiento de millones de animales, y que no pararemos hasta que cumplan lo prometido. La responsabilidad social de las empresas es importante para avanzar en la protección animal, pero no debemos olvidar nuestra responsabilidad como consumidores. Cada día, con nuestras decisiones y lo que elegimos meter en la cesta de la compra, podemos contribuir a construir un mundo donde esta violencia no tenga cabida.