Por fas o por nefas, este cronista llevaba demasiado tiempo sin comentar una misa de precepto dominical, enredado en funciones principales, retiros, festividades y otras fechas en rojo del calendario litúrgico. Pero no podía haber elegido mejor lugar para reaparecer que celebrando en una parroquia con mayúsculas . Está en lo que originariamente fue el polígono Aeropuerto, pero el paseo es fructuoso; en este caso, Sevilla Este bien vale una misa . Porque lo que descubrió allí es una comunidad parroquial viva y comprometida . ¿Cómo se puede llegar a saber? No hay más que fijarse en los detalles: en que los lectores están elegidos y saben proclamar la Palabra; en que la gente se saluda cuando llega y cuando...
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