Por qué un faro de Cádiz está a punto de ser declarado Bien de Interés Cultural
El Faro de Trafalgar, en el Parque Natural de La Breña y Marismas de Barbate, fue construido a mediados del siglo XIX frente a las costas donde tuvo lugar la famosa batallaLos últimos fareros sobreviven a las nuevas tecnologías y al 'postureo' del turista: “No hay que romantizar el oficio” Historia, leyenda y paisaje se funden de una manera especial en las costas de Trafalgar, donde tuvo lugar la famosa batalla entre España y Francia y donde hoy se alza uno de los monumentos más singulares de este rincón de Cádiz: el Faro de Trafalgar. Un ejemplo de arquitectura industrial singular que el Ministerio de Cultura reconocerá con la máxima protección patrimonial: la declaración de Bien de Interés Cultural. El Faro de Trafalgar se asienta en un cabo en el Parque Natural de La Breña y las Marismas de Barbate, un entorno cargado de historia, al menos desde la época romana, donde parece que existió un templo dedicado al dios Juno. Los árabes, por su parte, construyeron aquí una torre de vigilancia en el siglo IX cuyos restos todavía se mantienen en pie. Con esa historia como base, el Ministerio de Cultura está trabajando ya en el expediente de declaración como Bien de Interés Cultural (BIC), en la categoría de Monumento, que es el máximo nivel de protección que contempla la Ley de Patrimonio Histórico Español. El faro está adscrito a la Autoridad Portuaria de La Bahía de Cádiz y a Puertos del Estado, dependientes del Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible, y está incluido desde 2017 en el ‘Catálogo de faros con valor patrimonial de España’ como un testimonio histórico de la tecnología y la ciencia de su tiempo. En un paraje de dunas Entre las características que lo hacen especial, destaca su estructura de casa patio, muy poco habitual en este tipo de edificaciones. En torno al patio se dispone la vivienda y almacenes en planta baja, mientras que en un lateral se alza la torre de sillares de piedra ornamentada con contrafuertes con arcos muy apuntados, lo que le confiere una identidad propia e icónica de esta turística zona de Cádiz, un paraje de dunas desde el que se puede contemplar el Estrecho de Gibraltar, en el corazón del Parque Natural de La Breña y Marismas de Barbate. Existen rutas a pie y a caballo que permiten disfrutar de un paseo mágico entre las playas de la zona, partiendo de Caños de Meca o de Conil de la Frontera, por ejemplo. En estas rutas, que recorren también las playas y torres vigías del litoral de otros municipios como Barbate o Vejer de la Frontera, es posible admirar las dunas y vegetación características y, sobre todo, la hermosa panorámica marina del Estrecho. En la parte sur podemos acercarnos hasta los restos arqueológicos romanos, como los vestigios del antiguo templo o una factoría de salazones, como también a algunos restos del asentamiento musulmán. Junto al faro nos recibe, para ponerle el broche final a nuestro paseo, una playa de 726 metros rocosa y con mar en calma que es ideal para pasear, tomar el sol y disfrutar del paisaje.

El Faro de Trafalgar, en el Parque Natural de La Breña y Marismas de Barbate, fue construido a mediados del siglo XIX frente a las costas donde tuvo lugar la famosa batalla
Los últimos fareros sobreviven a las nuevas tecnologías y al 'postureo' del turista: “No hay que romantizar el oficio”
Historia, leyenda y paisaje se funden de una manera especial en las costas de Trafalgar, donde tuvo lugar la famosa batalla entre España y Francia y donde hoy se alza uno de los monumentos más singulares de este rincón de Cádiz: el Faro de Trafalgar. Un ejemplo de arquitectura industrial singular que el Ministerio de Cultura reconocerá con la máxima protección patrimonial: la declaración de Bien de Interés Cultural.
El Faro de Trafalgar se asienta en un cabo en el Parque Natural de La Breña y las Marismas de Barbate, un entorno cargado de historia, al menos desde la época romana, donde parece que existió un templo dedicado al dios Juno. Los árabes, por su parte, construyeron aquí una torre de vigilancia en el siglo IX cuyos restos todavía se mantienen en pie.
Con esa historia como base, el Ministerio de Cultura está trabajando ya en el expediente de declaración como Bien de Interés Cultural (BIC), en la categoría de Monumento, que es el máximo nivel de protección que contempla la Ley de Patrimonio Histórico Español. El faro está adscrito a la Autoridad Portuaria de La Bahía de Cádiz y a Puertos del Estado, dependientes del Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible, y está incluido desde 2017 en el ‘Catálogo de faros con valor patrimonial de España’ como un testimonio histórico de la tecnología y la ciencia de su tiempo.
En un paraje de dunas
Entre las características que lo hacen especial, destaca su estructura de casa patio, muy poco habitual en este tipo de edificaciones. En torno al patio se dispone la vivienda y almacenes en planta baja, mientras que en un lateral se alza la torre de sillares de piedra ornamentada con contrafuertes con arcos muy apuntados, lo que le confiere una identidad propia e icónica de esta turística zona de Cádiz, un paraje de dunas desde el que se puede contemplar el Estrecho de Gibraltar, en el corazón del Parque Natural de La Breña y Marismas de Barbate.
Existen rutas a pie y a caballo que permiten disfrutar de un paseo mágico entre las playas de la zona, partiendo de Caños de Meca o de Conil de la Frontera, por ejemplo. En estas rutas, que recorren también las playas y torres vigías del litoral de otros municipios como Barbate o Vejer de la Frontera, es posible admirar las dunas y vegetación características y, sobre todo, la hermosa panorámica marina del Estrecho.
En la parte sur podemos acercarnos hasta los restos arqueológicos romanos, como los vestigios del antiguo templo o una factoría de salazones, como también a algunos restos del asentamiento musulmán. Junto al faro nos recibe, para ponerle el broche final a nuestro paseo, una playa de 726 metros rocosa y con mar en calma que es ideal para pasear, tomar el sol y disfrutar del paisaje.