¿Por qué cada vez nos encontramos con más chicos escolarizados que no saben leer ni escribir?

Una de las realidades que más dramáticas que visibilizó Hambre de Futuro fue la enorme cantidad de chicos escolarizados analfabetos que hay en el país. La historia de Ramón -un adolescente de 13 años que no sabía leer ni restar- fue la más elocuente para entender qué es lo que pasa todos los días en las aulas: los chicos se sientan a copiar del pizarrón sin entender lo que escriben. De esta tragedia conversamos en el podcast de Hambre de Futuro con Bea Diuk, fundadora de la Propuesta Dale, que apunta a alfabetizar a niños de contextos vulnerables en el período de seis meses. “Hay algo de lo educativo que no nos está saliendo. Decir que los chicos tienen que aprender a escribir en tercer grado, no es así. Tienen que aprender a leer y a escribir en primer grado. Y si en primer grado no lo logran, a la mitad de segundo tenemos que haber hecho algo para que lo logren. Nos hemos relajado. Y el tiempo no llega nunca. Porque pasado cierto tiempo en la escuela, ya no está alfabetizando. Y, entonces, ¿quién ayuda a estos chicos?”, se pregunta esta profesora e investigadora del Conicet.Para Diuk, la experiencia más dolorosa es ver el sufrimiento de los chicos cuando no pueden aprender, porque se lo autoatribuyen. Las frases típicas que escucha son ´a mí no me da la cabeza´, ´yo no sé´, ´yo no puedo aprender´. “Piensan que hay algo malo en ellos, lo cual es un daño enorme en su autoestima. Hay algo tan doloroso en no saber leer ni escribir. Y eso impacta muy fuerte en quién se sienten que son. Si yo fuera a un lugar hace cinco años, en donde no logro aprender ni lo básico, obvio que voy a ir poco, no tengo ganas. Se vuelven increíblemente talentosos en disimular, en que no se note.Y es un florecer cuando se dan cuenta de que pueden aprender. Es muy impresionante lo que eso produce”, señala. Escuchá el podcast de Hambre de FuturoPara Diuk, el principal desafío de la escuela es adaptarse a su contexto, y al de sus alumnos. En las zonas más vulnerables, el bajo clima educativo, la mala alimentación, las problemáticas intrafamiliares, son factores que influyen directamente en lo que ellos pueden aprender. “En los últimos años, en la Argentina hemos tenido metodologías muy armadas en torno a hogares muy alfabetizados, con la idea de que si yo reproduzco en el aula lo que pasa en un hogar altamente alfabetizado, mágicamente los chicos van a aprender. Para estos chicos, la enseñanza tiene que ser otra”. Cuando la charla gira en torno a cuál es la urgencia hoy, Diuk responde sin dudarlo: que los chicos en las aulas estén bien alimentados. Y señala con preocupación que están viendo que el hambre llegó a los centros urbanos. “Siempre sostenemos que hay que aprovechar la primera hora en la que los chicos están frescos y con posibilidad de atender. Y por primera vez, escuchamos a las maestras decir que la primera hora no se puede trabajar porque los chicos tienen tanta hambre que hasta que no les damos el desayuno, no hay nada que hacer. Y esto es algo que nunca habíamos escuchado en una capital provincial. Está llegando a la escuela pública, la tragedia que se está viviendo en la sociedad y en los más pobres”, concluye.Escuchá el podcast completo en Spotify y en Youtube

Mar 5, 2025 - 15:48
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¿Por qué cada vez nos encontramos con más chicos escolarizados que no saben leer ni escribir?

Una de las realidades que más dramáticas que visibilizó Hambre de Futuro fue la enorme cantidad de chicos escolarizados analfabetos que hay en el país. La historia de Ramón -un adolescente de 13 años que no sabía leer ni restar- fue la más elocuente para entender qué es lo que pasa todos los días en las aulas: los chicos se sientan a copiar del pizarrón sin entender lo que escriben.

De esta tragedia conversamos en el podcast de Hambre de Futuro con Bea Diuk, fundadora de la Propuesta Dale, que apunta a alfabetizar a niños de contextos vulnerables en el período de seis meses. “Hay algo de lo educativo que no nos está saliendo. Decir que los chicos tienen que aprender a escribir en tercer grado, no es así. Tienen que aprender a leer y a escribir en primer grado. Y si en primer grado no lo logran, a la mitad de segundo tenemos que haber hecho algo para que lo logren. Nos hemos relajado. Y el tiempo no llega nunca. Porque pasado cierto tiempo en la escuela, ya no está alfabetizando. Y, entonces, ¿quién ayuda a estos chicos?”, se pregunta esta profesora e investigadora del Conicet.

Para Diuk, la experiencia más dolorosa es ver el sufrimiento de los chicos cuando no pueden aprender, porque se lo autoatribuyen. Las frases típicas que escucha son ´a mí no me da la cabeza´, ´yo no sé´, ´yo no puedo aprender´. “Piensan que hay algo malo en ellos, lo cual es un daño enorme en su autoestima. Hay algo tan doloroso en no saber leer ni escribir. Y eso impacta muy fuerte en quién se sienten que son. Si yo fuera a un lugar hace cinco años, en donde no logro aprender ni lo básico, obvio que voy a ir poco, no tengo ganas. Se vuelven increíblemente talentosos en disimular, en que no se note.

Y es un florecer cuando se dan cuenta de que pueden aprender. Es muy impresionante lo que eso produce”, señala.

Escuchá el podcast de Hambre de Futuro

Para Diuk, el principal desafío de la escuela es adaptarse a su contexto, y al de sus alumnos. En las zonas más vulnerables, el bajo clima educativo, la mala alimentación, las problemáticas intrafamiliares, son factores que influyen directamente en lo que ellos pueden aprender. “En los últimos años, en la Argentina hemos tenido metodologías muy armadas en torno a hogares muy alfabetizados, con la idea de que si yo reproduzco en el aula lo que pasa en un hogar altamente alfabetizado, mágicamente los chicos van a aprender. Para estos chicos, la enseñanza tiene que ser otra”.

Cuando la charla gira en torno a cuál es la urgencia hoy, Diuk responde sin dudarlo: que los chicos en las aulas estén bien alimentados. Y señala con preocupación que están viendo que el hambre llegó a los centros urbanos. “Siempre sostenemos que hay que aprovechar la primera hora en la que los chicos están frescos y con posibilidad de atender. Y por primera vez, escuchamos a las maestras decir que la primera hora no se puede trabajar porque los chicos tienen tanta hambre que hasta que no les damos el desayuno, no hay nada que hacer. Y esto es algo que nunca habíamos escuchado en una capital provincial. Está llegando a la escuela pública, la tragedia que se está viviendo en la sociedad y en los más pobres”, concluye.

Escuchá el podcast completo en Spotify y en Youtube