“Por dentro sé que estoy tranquilo, pero hay situaciones que son raras”, dijo el nuevo acusado por el femicidio de Nora Dalmasso, que se quedó sin abogados
Roberto Barzola fue imputado en diciembre; la semana pasada, la fiscalía dictaminó que la causa no prescribió

CÓRDOBA.- Roberto Barzola, el último imputado por el crimen de Nora Dalmasso, implicado por las pruebas de ADN, deberá designar nuevos defensores. Después de cuestionar la decisión de la Fiscalía respecto de que el crimen no prescribió, los dos abogados que lo representaban renunciaron por “motivos personales”. En ese contexto, Barzola afirmó: “Yo tengo la tranquilidad interna. Por dentro sé que estoy tranquilo, pero hay situaciones que son raras”.
Cristian Titarelli y Aquiles Rodríguez, horas antes de dejar la representación letrada del único acusado por el femicidio ocurrido a fines de noviembre de 2006 en Río Cuarto, habían rechazado el criterio del fiscal Pablo Jávega, quien dictaminó que “el paso del tiempo se interrumpió en varias oportunidades en el marco de esta investigación judicial”, por lo que el crimen no prescribió y Barzola podría ser juzgado.
Ante el medio riocuartense Otro Punto, el imputado sostuvo que cuando se enteró de la acusación se quedó “helado.
“Nunca me imaginé algo así. El fiscal me decía que yo había estado averiguando qué iba a hacer ella esa noche. Que sabía que iba a estar sola en la casa, que la maté y la abusé de ella. ¡Vieras las cosas que me dijo!”, sostuvo.
Barzola fue imputado por abuso sexual seguido de muerte en diciembre por Jávega, quien está a cargo de la investigación desde julio de 2022. En ese mes culminó el juicio por jurados en el que fue absuelto Marcelo Macarrón, el esposo de la víctima, que llegó al debate acusado de ser el autor intelectual del crimen. En ese proceso Barzola declaró como testigo.
Las huellas genéticas que señalan a Barzola como supuesto autor del asesinato fueron “colectadas en el cinto de la bata que fuera ubicado anudado en el cuello de la víctima y de vello secuestrado en la zona inguinal” de Dalmasso. En aquellos días de finales de noviembre del 2006 él trabajaba como parquetero en la casa de la familia en un barrio cerrado de Río Cuarto.
“Estoy preocupado por la forma como surgió todo. Después de que pasaran tantos años, cuando yo siempre he estado a disposición para todo. También me sorprendió cuando el fiscal me leyó la acusación esa, como que yo había estado investigando a la mujer esa. ¡Las cosas que me dijo! Siendo que yo he estado un día y medio en esa casa y ni sabía quién era esa mujer”, describió Barzola.
Contó que el año pasado él estaba “trabajando en el campo” cuando lo citaron como testigo y terminaron haciendo un ADN. “¡Yo nunca me negué! No les dije ‘che, no me lo hagan’. Al contrario, les dije ‘sí, hacémelo y chau’. Pensé que con eso se acababa todo. Y no me volvieron a llamar hasta que ahora, en diciembre, me llamaron de nuevo”, recordó.
En 2007, la familia Macarrón había pedido que lo incluyeran en los cotejos genéticos, pero la Justicia no hizo lugar a ese requerimiento. A comienzos de este mes, el viudo y sus hijos denunciaron penalmente a los fiscales Javier Di Santo, Daniel Miralles y Luis Pizarro, quienes actuaron al comienzo de la causa. Los acusaron de incumplimiento de los deberes de funcionario público y violencia institucional. De esa manera, buscan evitar la prescripción.
En esta nueva etapa el viudo y su hija, Valentina, fueron aceptados como querellantes; se presentaron de manera independiente a Facundo Macarrón.