Podemos acusa a Sánchez de "alimentar el régimen de guerra" y ERC admite que no puede quedarse "en la pancarta"

La mayoría que suma el Gobierno con sus habituales socios parlamentarios se dispersa al hablar sobre política militar y sobre los planes del Ejecutivo de elevar la inversión en defensa, y así lo evidenciaron las reuniones que mantuvo este jueves el presidente Pedro Sánchez con los grupos parlamentarios que le apoyan. Los aliados de izquierdas, los que más reservas tienen con respecto a este asunto, expresaron de nuevo sus dudas con respecto a un aumento del gasto militar, pero su discurso no fue ni mucho menos unívoco: hubo una enorme diferencia entre el durísimo tono de Podemos y la disposición de ERC a estudiar fórmulas para reforzar la defensa.

Quien representó a los morados en la Moncloa fue su secretaria general, Ione Belarra, que aseguró que es "imposible" que una mayor inversión en defensa no suponga recortar en partidas sociales. "El PP y el PSOE, en 2012, utilizaron la crisis como excusa para hacer los peores recortes en servicios públicos, y esta terrible deriva belicista va a ser la excusa para nuevos recortes en nuestros servicios públicos presentes y futuros", espetó Belarra tras el encuentro, en el que también acusó a Sánchez de comandar un Gobierno de "señores de la guerra" y de "alimentar", como el resto de Ejecutivos europeos, "el régimen de guerra".

La líder de Podemos confesó que no había hablado con Sánchez de "cifras concretas" de subida de la inversión española en defensa. Pero insistió en que "es imposible un aumento del gasto militar, duplicar la inversión en tres años" —el compromiso es elevar al 2% del PIB la partida de defensa antes de 2029— "sin hacer recortes sociales, ahora o en el futuro". "Y si se hace a través de deuda, vamos a pagar tantos intereses en el futuro que va a suponer el desmantelamiento del Estado del bienestar tal y como lo conocemos", alertó Belarra.

El tono de ERC fue mucho más sosegado que el de Podemos, aunque su portavoz parlamentario, Gabriel Rufián, también afirmó que la posición de partida de su grupo es una negativa. "Para gastar más, a no ser que nos lo expliquen muy despacito y muy bien, con nosotros que no cuenten", espetó Rufián, que calificó de "error" elevar el gasto militar al equivalente al 2% del PIB teniendo en cuenta que "casi todos los países europeos importantes gastan más en armamento", en términos absolutos, "que Rusia, si esa es la excusa".

El portavoz de ERC, no obstante, quiso marcar distancias con los morados asegurando que "el no a la guerra lo compartimos todos", pero "el mundo es complejo y tenemos que ir mas allá de la pancarta". "No estamos de acuerdo con ninguna guerra, pero la guerra está aquí y el mundo no es como nos gusta que sea, sino como es", así que "tenemos que ser responsables", señaló Rufián, que sin embargo se mostró partidario de "gastar un poquito mejor" en lugar de elevar la inversión y que, "en vez de 27 ejércitos", haya sólo uno europeo y más coordinación entre los Estados miembros de la UE.

Mucho más de perfil se puso EH Bildu, que en una nota de prensa se limitó a asegurar que "la sociedad vasca" aboga "por la diplomacia, la negociación y el acuerdo como mejor fórmula para garantizar la paz" y que "el actual contexto de riesgos y tensiones, caracterizado por las posiciones adoptadas por los diferentes actores que operan en los marcos internacionales, son de un calado y profundidad relevantes y preocupantes". Lo único que planteó con claridad EH Bildu es su rechazo a la OTAN, pero no se opuso expresamente al incremento del gasto en defensa por parte del Gobierno.

PNV y Junts piden reforzar la industria europea

Los socios de derechas, por su parte, se mostraron mucho más receptivos a la idea de incrementar el gasto militar: el PNV cerró filas con el Gobierno, y Junts, por su parte, pidió que el refuerzo de las capacidades de seguridad se haga con industria europea y, especialmente, catalana. El recién elegido líder de los nacionalistas vascos, Aitor Esteban, prometió no "jugar a hacer política interna" con un asunto "grave", y defendió que "si la UE quiere ser relevante y tener una posición autónoma, desde luego tiene que reposicionarse y reforzarse prescindiendo de EEUU", aunque no de forma "brusca".

Por su parte, la portavoz de Junts en el Congreso, Míriam Nogueras, explicó que "el 78% del material en defensa que compran los países de la UE se adquiere fuera de la UE y, de ese 78%, el 60% se adquiere en EEUU". "Por tanto, si la idea es muscular económicamente el sistema de defensa y seguridad de la UE y también de Cataluña, es evidente que las inversiones no tendrán que salir de Europa, tendrán que hacerse a nivel industrial y a nivel tecnológico y tendrán que hacerse en Europa y, evidentemente, en Cataluña", apuntó Nogueras.