Pérdida de confianza y baja reputación: ¿cuáles son los verdaderos costos de una mala contratación?

Si bien en el papel, un candidato puede tener un CV destacable, estos indicadores no garantizan por sí solos el éxito en su tarea. El verdadero desafío surge cuando el ejecutivo asume el cargo y se involucra con su rol

Abr 23, 2025 - 14:38
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Pérdida de confianza y baja reputación: ¿cuáles son los verdaderos costos de una mala contratación?

Identificar la mala contratación de un ejecutivo no siempre es tarea sencilla. En el papel, un candidato puede tener un CV destacable: títulos prestigiosos, años de experiencia en industrias relevantes y logros cuantificables en sus roles anteriores. Sin embargo, estos indicadores no garantizan el éxito, ya que el verdadero desafío surge cuando el ejecutivo asume el cargo. En el momento en el que se involucra directamente con las tareas es cuando se puede ver si su estilo de liderazgo y toma de decisiones se alinean con la cultura de la organización.

El problema suele radicar en el desajuste cultural, la falta de cohesión con el equipo directivo o la incapacidad de impulsar los objetivos estratégicos. Estas variables deben ser analizadas por el headhunter, el equipo de talento interno, el hiring manager y quienes participen del proceso de selección de forma eficiente. Según un estudio de Google, cuatro entrevistas son suficientes para predecir con un 86% de certeza si alguien debía ser contratado.

Muchas veces se suele subestimar el proceso de reclutamiento de un ejecutivo. Obviando etapas, o especialistas en realizar procesos de este tipo ya sean internos de la compañía o headhunters externos. Lo que no calculan es que una mala contratación puede costarles el 30% de los ingresos del primer año del talento en el mercado estadounidense, según el Departamento del Trabajo. En el caso de un CEO o director, el costo de reemplazo puede alcanzar hasta el 213% de su salario anual, de acuerdo con un estudio de Applauz.

Sin embargo, este número puede ser difícil de calcular con exactitud, ya que detrás de una contratación fallida hay muchos "costos ocultos". Los costos más tangibles son económicos, como los procesos de reclutamiento reiterado si el candidato no mantuvo su posición, las indemnizaciones o las capacitaciones. 

No obstante, también se incluyen costos intangibles. El primero de ellos es la pérdida de confianza en el liderazgo, en los cargos directivos de la empresa y en los equipos de capital humano. Esta situación puede afectar otros procesos como la retención y atracción de mejores talentos.

La pérdida de confianza arrastra consigo otros factores. Entre ellos el declive de la productividad, ya que la desconfianza de un ejecutivo ineficaz o poco comprometido afecta a toda la organización. Otros talentos pueden verse obligados a cumplir tareas extras por la ineficiencia de su líder y, como consecuencia, sufrir agotamiento.

Los malos resultados de un líder pueden afectar a la reputación de la organización en general, ya que tensan las relaciones con inversores, e incluso competidores. Asimismo, la desorganización interna puede hacerse visible externamente, afectando a la percepción de la empresa por parte de la comunidad empresarial y en el mercado laboral. En términos de relaciones con el cliente, esto puede dañar directamente las relaciones, provocando su pérdida y una cadena de reseñas negativas.

En las búsquedas de ejecutivos, el trabajo de un headhunter profesional tanto interno como externo es lo que puede marcar la diferencia. Sabe dónde encontrar a los candidatos más idóneos y cómo evaluar el fit cultural con las posiciones. Hace uso de herramientas como el assessment, el chequeo de referencias 360 (una evaluación de desempeño de múltiples fuentes) y el análisis de tomas de decisiones para garantizar que el candidato no solo tenga las habilidades sino también la capacidad de integrarse y liderar efectivamente. 

A partir de estos procedimientos y gracias a sus experiencias previas, agilizan los procesos y reducen los tiempos en los que se demora en encontrar a un nuevo ejecutivo. Al evitar ausencias y demoras en la dirección, se puede garantizar la productividad durante la transición.

El verdadero valor de un proceso de selección bien ejecutado va más allá del costo puntual. Una contratación correcta evita pérdidas económicas y desbalances financieros, pero también puede generar equipos productivos y comprometidos una marca empleadora atractiva. 

Cuando se trata de buscar un ejecutivo que marque la diferencia, las organizaciones no pueden darse el lujo de improvisar en sus contrataciones clave. Profesionalizar los procesos de reclutamiento no es un gasto, sino más una inversión para mantenerse competitivo en el mercado actual. Hoy más que nunca, el capital humano marca la diferencia y la ventaja competitiva de una compañía.