Parece una vulgar rata común, pero es una dañina especie invasora que amenaza a otras especies en Canarias
Las especies invasoras no se miden por su tamaño o apariencia. La realidad es que depende de otros factores mucho más decisivos, como la manera en la que alteran su entorno. Llegan de la nada y, como Pedro por su casa, se adueñan del paisaje. Y cuando eso sucede, es muy difícil pararlas.Hay peces que … Continuar leyendo "Parece una vulgar rata común, pero es una dañina especie invasora que amenaza a otras especies en Canarias"

Las especies invasoras no se miden por su tamaño o apariencia. La realidad es que depende de otros factores mucho más decisivos, como la manera en la que alteran su entorno. Llegan de la nada y, como Pedro por su casa, se adueñan del paisaje. Y cuando eso sucede, es muy difícil pararlas.
Hay peces que destruyen arrecifes, plantas que arrasan campos completos. Pero en Canarias, la historia tiene como protagonista a una rata. Una que, aunque a simple vista pueda parecer ordinaria, está causando problemas que nadie podría imaginar.
Esta es la especie invasora que se expande sin control en Canarias
El nombre de esta especie es Rattus norvegicus, más conocida como la rata parda o rata gris. Originaria del norte de China, se expandió por el mundo casi a la par de los humanos. Llegó a Europa occidental entre 1700 y 1716, probablemente escondida en barcos mercantes, y desde entonces,su expansión ha sido silenciosa y continua.
En Canarias, esta rata se adaptó muy rápido. Se mueve con soltura en zonas urbanas, puertos, basureros y también en áreas naturales, como los pinares y los bosques de laurisilva.
La rata parda tiene una gran resistencia, habilidad para nadar y excavar, y una impresionante capacidad reproductiva, así que son pocas las cosas que pueden pararla.
Aunque muchos la confunden con la rata negra (Rattus rattus), la parda es más robusta, de hocico romo, orejas pequeñas y una cola que nunca sobrepasa la longitud del cuerpo. Vive en colonias jerárquicas, donde el macho dominante y sus dos hembras subordinadas imponen el orden.
Algo que sorprende de esta especie es su gran instinto de supervivencia. Desconfían de nuevos alimentos y envían «catadores» a probar la comida antes de confiar en ella. Así que, aunque les lancen comida con veneno, lo más seguro es que la plaga siga creciendo.
¿Cómo es la amenaza de esta rata invasora en Canarias?
El impacto de la rata parda en Canarias es un problema grande. Su presencia afecta tanto al medio natural como a la salud pública y a la economía local.
Por un lado, compite con especies autóctonas por recursos y se alimenta de huevos y crías de aves endémicas. Esta rata no se limita sólo a las zonas urbanas, sino que ya se ha detectado su actividad en áreas recreativas y en hábitats protegidos, como los pinares y la laurisilva. Además, se sospecha que ha contribuido al declive de la terrera marismeña (Calandrella rufescens) en Tenerife.
Por otro lado, la rata parda es un portador de enfermedades graves como la leptospirosis, el hantavirus y la fiebre hemorrágica viral. Su capacidad para transmitir patologías a humanos y animales domésticos refuerza la urgencia de controlar su expansión.
Además, daña cultivos y almacenes, provocando pérdidas económicas considerables en sectores agrícolas ya golpeados por otras amenazas.
En Canarias, el control de esta especie pasa por la desratización activa y pasiva: cerrar contenedores, colocar trampas, usar venenos de forma medida. Sin embargo, pensar en erradicarla del todo es casi un sueño imposible, sobre todo en territorios abiertos. Por eso, ahora mismo el foco está en frenar su expansión, reducir los daños y proteger los espacios más sensibles.