Organismo vivo

"La mina es un organismo vivo", le escuché decir en una ocasión a un ingeniero de minas. Entonces no comprendí esa frase; la mina que yo conocía era la...

Abr 3, 2025 - 07:08
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Organismo vivo

"La mina es un organismo vivo", le escuché decir en una ocasión a un ingeniero de minas. Entonces no comprendí esa frase; la mina que yo conocía era la de las visitas guiadas, iluminada, limpia y segura. Bajo esa apariencia pulida ya apenas se intuía el peligro de las simas, de un paso en falso, del derrumbe o de una explosión. Era niña cuando los periódicos nos sobrecogían con los terribles accidentes de los 80, y yo entendía que la veta de carbón se agazapaba bajo tierra con sus raíces de árbol muerto, pero no la veía –cómo podía hacerlo, con mi mirada lejana y parcial– como ese animal que palpita con el corazón bajo toneladas de roca, con las fauces abiertas hacia la luz.

El grisú se ha llevado cinco vidas en Villablino y Torre del Bierzo. Es el tiempo para el silencio y el llanto, para recordar la solidaridad minera, insobornable, la que se ha establecido durante siglos entre quienes dependían de que el compañero realizara bien su trabajo para que todos salvaran la vida y de la promesa de que, ocurriera lo que ocurriera, los buscarían y los llevarían a quienes esperaban, llorando, en la bocamina, en esa escena que con precisión escalofriante describe Víctor Manuel en una de sus canciones más conocidas. Pasan las décadas, la canción no envejece un día, y quienes dejaron la vida en la mina tampoco, eternamente jóvenes en las fotografías y en las esquelas, como el recordatorio sórdido de que cada trabajo conlleva su riesgo, cada empresa debe asumir una responsabilidad, cada ley de seguridad debe ser cumplida.

La mina es un organismo vivo al que arrancan sus negros tesoros y que se venga robando la alegría de los nuestros. No debería ser así a estas alturas, no debería ser la existencia el pago por un trabajo, por un poco de dinero, por un negocio abierto un día más. Pero aquí estamos, de nuevo con el corazón estragado, llorando por los que quedan y por los que se han ido.