No la verás en los medios: falta de tiempo y ataques en redes merman la presencia pública de científicas
Investigan y publican tanto como ellos, pero las científicas siguen sin ascender igual (techo de cristal) y aparecen menos que los hombres en los medios. Hay muchas causas. La primera, seguramente, porque desde las redacciones tendemos a llamarlas menos. Pero también dicen que no a participar como fuentes o entrevistadas antes que sus compañeros o […]


Investigan y publican tanto como ellos, pero las científicas siguen sin ascender igual (techo de cristal) y aparecen menos que los hombres en los medios. Hay muchas causas. La primera, seguramente, porque desde las redacciones tendemos a llamarlas menos. Pero también dicen que no a participar como fuentes o entrevistadas antes que sus compañeros o jefes hombres.
El pasado febrero, el grupo de investigación Gureiker (UPV/EHU) y la FECYT ponían cifras a un hecho: Las científicas aparecen menos en los medios de comunicación que sus compañeros, aunque la distancia se recorta. Resultan invisibles ante algunas redacciones que tiran de fuentes de siempre (de siempre suele ser un hombre que respondió primero). También rechazan participar por razones (muy razonables, por otro lado) que esgrimen con más probabilidad que ellos: la falta de tiempo por sobrecarga de trabajo, problemas de conciliación, no verse como la persona más adecuada y los posibles ataques en redes sociales.
El informe Participación de las científicas como fuentes expertas en los medios se fijó en el Science Media Center de España (FECYT). Este servicio público pone a disposición de medios de comunicación y ciudadanía reacciones, análisis y valoraciones alrededor de temas de actualidad científica, médica o tecnológica. Entre sus postulados fundacionales destaca su intención de dar voz a científicas por igual que a científicos. Y aún así, sus editoras encuentran recelos o a participar como fuentes con más frecuencia entre mujeres de ciencia que entre sus colegas varones.
¿Hay menos científicas y por eso salen menos en los medios?
Sí y no. Es cierto que la cifra de mujeres dedicadas a la investigación es algo menor al de hombres. Según el INE, en 2022 ellas son un 39,6% –al menos, las dedicadas en jornada completa–. Aquí empieza una primera brecha, ligada a la conciliación, como destacan las autoras del informe de la FECYT Maider Eizmendi y Ainara Larrondo.
En términos generales, las científicas son el 42% (hasta el 50% en la administración pública). En similar proporción se las llama como fuentes en el SMC de España, ¿por qué terminan apareciendo sólo en el 37,4% de las informaciones?
Las llamamos menos porque tendemos a llamar ‘a los de siempre’
En su estudio, Ainara Larrondo observó que “por la rutina de trabajo de los periodistas, hay que correr y encontrar la fuente, los periodistas suelen recurrir a fuentes masculinas que ya conocían. Está habiendo más sensibilidad a la hora de buscar expertas, pero aún hay que avanzar en ello”, añade.
Le falta tiempo a científicos y científicas, pero la conciliación es más barrera para ellas
La falta de tiempo por carga de trabajo fue la razón más mencionada (63,16%), sin diferencias significativas entre géneros. Sin embargo, la conciliación personal y familiar representa una barrera específica mencionada por las científicas a la hora de participar en medios (22,95% frente al 10% de los hombres).
Síndrome de la impostora, cada vez menor en las más jóvenes
“Hay una ligera tendencia de las mujeres a no considerarse expertas en el tema. Esto nos lleva a pensar que el síndrome de la impostora impacta en su exposición pública”, señala Maider Eizmendi. Esta sensación (o imposición) de no ser la persona más adecuada para responder a periodistas no ocurre tan frecuentemente en hombres. Sin embargo, las investigadoras han observado que entre las científicas más jóvenes sí tiende a haber más predisposición a colaborar con medios o divulgar.
Es notable que las científicas más jóvenes (21 a 30 años) creen con claridad que responder a los medios o divulgar es parte de su trabajo, especialmente las que se dedican a las ciencias sociales. Por su parte, quienes aún no se han licenciado o son adolescentes que aman la ciencia esgrimen que divulgan o hablan con los medios por placer. Hay un contraste notable con los hombres cuando el motivo es “porque beneficia a mi carrera”. Ellos tienden a pensar que si salen en la tele, la radio o la prensa serán premiados académicamente mucho más que ellas.
Atacadas en redes sociales
La ciencia y quien la ejerce han sido objeto de ataques en redes sociales, de manera muy pronunciada, desde la pandemia. Negacionistas y conspiranoicos unen sus argumentarios a ataques directamente machistas sobre las científicas. Las investigadoras detectaron que, tras aparecer en medios o publicar en sus redes, los atacantes se centran tanto en su aspecto físico como en sus capacidades científicas, provocándoles a las participantes más inseguridad.
Otra encuesta del mismo grupo destaca que el 56,8% de las científicas dice haber sufrido estos ataques, frente al 46,2% de los hombres. Desde marzo de 2022 hasta julio de 2024, la red social X (antes Twitter) fue el escenario más habitual de los ataques, que van desde los insultos (30,38%) a los comentarios sobre su capacidad profesional (28,69%) y las opiniones sobre la integridad profesional (17,72%).
Científicas en Cifras en 2025
Efecto «tubería rota» en la academia: Aunque hay paridad tras licenciarse (47,1% en predoctorado y 52% en postdoctorado), su presencia cae al 45,4% en puestos intermedios (Grado B) y al 27,4% en cátedras (Grado A).
Mayoría universitaria, pero desigualdades persistentes: Las mujeres representan el 57% del alumnado de Grado y el 56,4% en Máster, pero solo el 28,1% estudia Ingeniería y Arquitectura. En Ciencias de la Salud, son el 72,5%. En la UE, sólo Portugal supera a España en doctoras en Medicina.
Brecha en I+D empresarial: Las investigadoras son el 40,9% del personal en I+D, pero en empresas caen al 31,2%.
Avances contra el techo de cristal: El índice de techo de cristal bajó de 1,73 (2018) a 1,57 (2023). Las áreas STEM (como ingenierías) redujeron su brecha más rápido.
Edad y maternidad como barreras: Solo el 22,7% de las científicas mayores de 54 años son catedráticas, frente al 36% de hombres. La maternidad y cuidados impactan en la progresión, según varios estudios.

Helena Legido: “El relato y la gestión de la pandemia han sido desproporcionadamente masculinos” Fuentes