Nace la primera fundación en España para personas con baja visión, que apoyará a 400.000 personas
“Se detectó que estas personas tenían dificultades reales en su día a día y no había nadie dándoles una solución”

Quienes tienen baja visión viven en tierra de nadie. Ven lo justo para no ser considerados ciegos legales, pero no lo suficiente para llevar una vida sin obstáculos. Sin apoyos específicos ni reconocimiento claro en muchos ámbitos, su realidad ha sido hasta ahora invisible para las administraciones. Ahora, la ONCE ha decidido mover ficha con la creación de la Fundación ONCE Baja Visión (FOBV), una entidad que busca llenar ese vacío y ofrecer recursos a este colectivo.
El anuncio se hizo este martes en Madrid, en un acto en el Palacete de los Duques de Pastrana que reunió a autoridades, asociaciones y expertos en salud visual. Entre los asistentes estuvieron el ministro de Derechos Sociales, Pablo Bustinduy, y el presidente del Grupo Social ONCE, Miguel Carballeda.
Un limbo burocrático sin soluciones claras
En España, la ONCE ofrece apoyo a personas con ceguera legal, pero ¿qué pasa con quienes no cumplen ese criterio, pero tampoco pueden ver bien? La baja visión afecta a su autonomía, su acceso al empleo o incluso su seguridad en la calle. Sin embargo, hasta ahora no existía una entidad enfocada en dar respuestas específicas a este grupo.
“Se detectó que estas personas tenían dificultades reales en su día a día y no había nadie dándoles una solución”, explica Adonay Viera, gerente de la FOBV. “Si nadie lo hacía, ¿quién mejor que la ONCE?”.
El objetivo de la fundación es dar apoyo sin burocracia, ofrecer asesoramiento especializado y proporcionar herramientas adaptadas para que las personas con baja visión puedan vivir con mayor autonomía.
Un modelo digital para una respuesta ágil
A diferencia de otros proyectos, esta nueva fundación no tendrá una estructura física, sino que funcionará a través de una plataforma digital (fundaciononcebajavision.es). Desde ahí, cualquier persona con baja visión podrá acceder a recursos, asesoramiento y programas de formación.
Sus líneas de trabajo se centrarán en tres áreas clave:
- Atención personalizada: orientación sobre ayudas ópticas, tecnologías accesibles y estrategias para mejorar la autonomía en el día a día.
- Colaboración con asociaciones: un trabajo conjunto con entidades del ámbito de la baja visión para detectar necesidades y promover iniciativas de apoyo.
- Impulso a la investigación: apoyo financiero a proyectos que busquen mejorar el diagnóstico y la detección temprana de enfermedades visuales.
“Estamos haciendo historia”
El ministro Pablo Bustinduy reconoció que la falta de recursos para este colectivo era una cuenta pendiente: “Se cubre una deuda con miles de personas que estaban en un limbo”.
Por su parte, Miguel Carballeda, presidente del Grupo Social ONCE, celebró el lanzamiento como “un paso de gigante”. “No solo apoyamos a quienes tienen ceguera legal, sino a quienes hasta ahora no tenían dónde acudir”, afirmó.
Las personas interesadas en formar parte de la fundación ya pueden registrarse en la web. Para ello, deberán cumplir con dos requisitos: tener una patología visual que cause baja visión y disponer de un certificado de discapacidad del 33% o más. También podrán inscribirse asociaciones y centros de investigación que quieran colaborar.
La baja visión deja de ser un territorio olvidado. Con esta nueva fundación, la ONCE amplía su alcance y reconoce oficialmente a un colectivo que hasta ahora se había quedado al margen del sistema.