Moncloa reta a Sumar a buscar "los votos" para hacer rectificar a Hacienda mientras intenta restar "gravedad" al choque

Moncloa se mantiene en sus trece y se planta en su posición de que los sueldos mínimos empiecen a pagar IRPF. Es una prerrogativa del Ministerio de Hacienda que ha provocado un choque público y sin precedentes con su socio de coalición, Sumar, que tampoco está dispuesto a cambiar de postura. Por ello, los socialistas se afanan en intentar restar gravedad a una crisis para la que en estos momentos escasean las soluciones. Así, mientras niegan que esto sea un "conflicto" que tense la coalición, retan a Sumar a llevar su iniciativa para torcer el brazo a Hacienda hasta el final. "Tienen que tener los votos", advierten fuentes gubernamentales.

Los socialistas tratan de escenificar un entendimiento que no existe entre las dos partes de la coalición. Tanto en público como en privado insisten en que no hay ningún "drama" ni "gravedad" en lo que sucede con Sumar. Afirman que el ambiente que existe es el que ya exhibieron la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y la de Trabajo, Yolanda Díaz, este lunes en su primera aparición juntas desde que estalló la crisis. Allí se pusieron delante un 'photocall' y se dieron un abrazo entre risas y gestos cómplices. "No hay mal rollo", reiteran fuentes de Moncloa.

Pero lejos de la reconciliación con la que podría vincularse esa fotografía, las posturas entre el PSOE y Sumar están más alejadas si cabe. Ante las primeras dudas que surgieron entre los socialistas sobre la posición de Montero, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, cerró filas con su vicepresidenta y marcó el paso a la Ejecutiva del PSOE de este lunes: "La decisión está tomada", fue la frase trasladaron desde Ferraz cuando acabó la reunión con el jefe. En el Consejo de Ministros de este martes, el primero después de que estallase la crisis, las preguntas sobre una posible solución al conflicto no se respondieron y, fundamentalmente, se hizo hincapié en los asuntos que no generan conflicto: lo importante es que el salario mínimo ha vuelto a subir y la intención es que lo siga haciendo.

Sobre la diferencia de opiniones que en estos momentos impide que las posturas se acerquen no se ha querido profundizar. De hecho, los socialistas niegan en privado que haya un "conflicto". "No hay conflicto, hay desavenencia", matizan. Una discrepancia tan férrea que aunque tratan de atenuar con gestos y palabras, no dejan de alimentar con hechos. A ninguna de las partes les gustaría llegar a un choque en el Congreso, pero ambas advierten de que si han de llegar a esas últimas consecuencias, llegarán.

"Cuando llegue el momento, lo veremos", apunta una ministra socialista, que se muestra impasible ante el hecho de que tres partidos hayan registrado una ley para hacer rectificar a Hacienda. "Dios proveerá cuando lleguemos ahí", sostiene otro alto cargo de Moncloa. De hecho, en el PSOE creen que a Sumar le va resultar complicado explicar una eventual pinza con el PP para sacar adelante su iniciativa en el Congreso y, en este sentido, en Moncloa le retan a someterse a ese escenario. "Tienen que tener votos", recuerdan. Fuentes parlamentarias socialistas refrendan esta posición asegurando que no se está negociando con Sumar para que retire la iniciativa.

Tampoco quieren descartar la posibilidad de vetarla. Tanto en público como en privado aseguran que no quieren adelantarse a esa pantalla, puesto que aún tienen 30 días laborables para decidir si dan o no ese paso, es decir, hasta abril. Es una decisión complicada y que genera dudas en Moncloa, ya que supondría que el Gobierno vetase una propuesta de un partido que también está en el Ejecutivo, por lo que podría ser peor el remedio que la enfermedad. En todo caso, es un posibilidad que existe y, en el caso de que se pusiese en marcha, "la última palabra la tiene la Mesa", recuerdan fuentes de Moncloa.

Y es que, en esta ocasión, serían Sumar y PP quienes alcanzarían una mayoría para intentar tumbar ese veto presupuestario. Fuentes de Presidencia del Congreso constatan que es una posibilidad jurídicamente factible, aunque tendrían que argumentar que su iniciativa no está afectando a los Presupuestos en vigor, un debate jurídico que podría incluso acabar en el Tribunal Constitucional. De momento, los socialistas marcan posición y aluden al tiempo que aún les queda para llegar a todos estos escenarios, al tiempo que hacen todo lo posible por restar "gravedad" a esas "desavenencias" que permanecen en la coalición.