Milei y el "milagro" de Francisco, el llamado a las 4 AM y el "machete" de Francos

La muerte del Papa sacudió el tablero de la política nacional con una "tregua" que se asemejó más a la tensión subterránea del a Guerra Fría que a un puente de reencuentro. Los ecos del viaje al Vaticano del Presidente, en ambas orillas

Abr 27, 2025 - 18:45
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Milei y el "milagro" de Francisco, el llamado a las 4 AM y el "machete" de Francos

El teléfono sonó a las 4 de la mañana. Nada bueno podía presagiar. Del otro lado de la línea se escuchó la voz del embajador argentino ante la Santa Sede, Luis Pablo Beltramino, un hombre de linaje diplomático conservador, muy vinculado a la porción amarilla de la Cancillería que en su momento apostó a Mauricio Macri pero que ahora boya con la brújula magnetizada en medio de las fricciones entre el expresidente y Javier Milei, como líder de La Libertad Avanza.

Su interlocutor, en la madrugada de la Argentina, no podía salir del asombro. Aunque se temía la noticia desde hace un tiempo, no dejó de tomar a nadie por sorpresa y la reacción casi instintiva fue negarla. El papa Francisco había muerto y en Roma lo confirmaban con el redoble lánguido de las campanas de San Pedro.

Así fue que las y los ministros y principales funcionarios del Gobierno nacional tomaron conocimiento de la noticia aquella jornada. Nahuel Sotelo, el secretario de Culto y Civilización fue el encargado de difundir el mensaje. A las 5:41, el funcionario que integra hoy -paradójicamente - las "Las Fuerzas del Cielo", el grupo alineado con Santiago Caputo en Casa Rosada, publicó un largo tuit donde recordaba su visita al Vaticano y su encuentro con el Papa con dos imágenes.

A las 6:34 se publicó el primer mensaje de Presidencia, desde la cuenta en X de la Oficina del Presidente. Y doce minutos después, lo hizo Milei. La Cancillería recién publicó su comunicado de tres párrafos dos horas más tarde. El canciller Gerardo Werthein se limitó a retuitear el comunicado de OPRA, ni siquiera el de su ministerio.

Con Francisco había quedado en off side cuando lo dejó plantado en noviembre del año pasado, al no asistir a la ceremonia por los 40 años de Tratado de Paz entre Argentina y Chile que el propio Pontífice auspiciaba. Un memorioso recordaba por estas horas que distinta había sido la predisposición del empresario cuando timoneaba el Comité Olímpico y tuvo su foto de audiencia con el Papa argentino. Presionado ahora por su rol, Werthein envió a Beltramino en su lugar pero el desaire institucional no cayó bien en la Santa Sede.

El Gobierno tuvo que activar luego gestiones paralelas desde el karinismo para recomponer vínculo. En el viaje presidencial para asistir al funeral del Pontífice, no solo a Javier Milei se lo vio emocionado hasta las lágrimas, también a su hermana, la poderosa secretaria general de la Presidencia. Su entorno trabajaba en la posibilidad de una audiencia privada con Francisco que se puso en stand by cuando se deterioró la salud del Papa en el invierno europeo.

El último "milagro" de Francisco: una tregua entre alfileres

La muerte de Francisco logró lo que hace tiempo nada ni nadie conseguía en Argentina: bajar temporalmente -muy temporalmente- los decibeles locales. Le vino bien también al Gobierno para reducir el nivel de exposición negativa de los últimos tiempos, aunque en rigor no solo los libertarios respiraron aliviados.

Fueron varios los que aprovecharon para eludir compromisos incómodos y tirar la pelota afuera para ganar algo de oxígeno. El peronismo, por caso, suspendió un congreso en Ferro que se encaminaba al fracaso a juzgar por los llamados de algunos gobernadores a su titular, Gildo Insfrán. Había riesgo de quóum. El Papa ya descansa en tierra pero sobre la fecha del cónclave peronista, ni noticia.

Distinta fue el cese al fuego en el Conurbano bonaerense entre las tribus kicillofistas y cristinistas, más propia de un capítulo de la Guerra Fría, que apenas duró 24 horas. Las misas en homenaje a Francisco reunieron en una misma Iglesia, incluso en bancos compartidos, a viejos compañeros de boleta que ahora no se hablaban, como Mayra Mendoza (Quilmes), Andrés Watson (Florencio Varela), Mariano Cascallares (Almirante Brown) y Federico Otermin (Lomas de Zamora). Hasta Jorge Ferraresi (Avellaneda) y Julián Álvarez (Lanús) compartieron una ceremonia aunque, en su caso, se ubicaron en puntas opuestas de la iglesia. "Tregua no hay, viste los hechos de la semana -comentó un hombre del Conurbano a El Cronista-. Por ahora no hay, de ningún modo."

En paralelo, circularon varias fotos. Una que molestó en particular en el entorno libertario fue la de Victoria Villarruel, en la misma fila que el gobernador bonaerense Axel Kicillof frente a la Catedral metropolitana ayer por la mañana. También estaba Jorge Macri, el alcalde porteño, además de una plural representación de todo el arco político. El equipo de Kicillof se ocupó de divulgar la imagen, donde se lo ve sentados en extremos opuestos. Lo que no quedó inmortalizado fue el saludo con la Vice y el intercambio formal cuando el mandatario llegó al lugar.

"Esto solo es posible porque no está Milei", deslizó un activo analista de la realidad política nacional, que trajina los pasillos nacionales con un pie en la Provincia. Pero lo cierto es que, con tregua por duelo o no, la postal bastó para que se volvieran a caldear las aguas libertarias en el fango de Twitter, en particular contra la Vice a la que volvieron a acusar de querer robar protagonismo.

En el círculo de la Vicepresidenta aseguran que fue Nunciatura fue la que dispuso el protocolo y que no había "lugares asignados". "El dos de Sotelo llegó y se quedó ahí", detallaron en alusión a Agustín Caulo, subsecretario de Culto y Civilización que se acomodó entre el senador y presidente provisional del Senado, Bartolomé Abdala -acompañando a Villarruel- y el titular del Frente PRO en el Senado, Alfredo de Ángeli. Cerraron la fila de asientos la senadora chubutense Andrea Cristina, de la línea de Nacho Torres y recién en la punta opuesta, Kicillof.

Un día antes, Villarruel había participado en solitario de otro homenaje a Francisco, esta vez en la ceremonia presidida por el obispo castrense, Monseñor Santiago Olivera, en la Catedral Stella Maris. Eso cayó aún peor en el Triángulo de Hierro que no reconocen como plenamente fiel a esa porción del electorado que los llevó al poder pero que hoy se alinea más con la figura de la Vice pese a los insistentes esfuerzos de Luis Petri y Patricia Bullrich por disputárselo. 

En el mensaje que Villarruel dejó de puño en el libro de la Nunciatura, añadió una posdata en tono más íntimo, aludiendo a la visible complicidad su audiencia con Francisco: "No pierdo la alegría como me aconsejaste".

Todo el ecosistema libertario se activó con especial énfasis ayer para divulgar las fotos de Milei y la comitiva junto al cajón cerrado de Francisco y luego abrazado a la primera ministra local, Giorgia Meloni, en el funeral y en un almuerzo privado posterior. El esfuerzo por retrucar las críticas del día previo en la que se indicó que la delegación había aterrizado a destiempo, tras el cierre de los tres días de Capilla Ardiente durante la cual desfilaron otros líderes internacionales para rezar o despedir los restos del Papa, fue notable. 

A Milei lo enojó particularmente al punto que salió personalmente a descalificar a sus acusadores. "La invitación fue a asistir al funeral el sábado. Nosotros no organizamos nada sino que todo se determinó desde la Santa Sede", argumentaron en Gobierno. De igual forma, pusieron hincapié en el lugar privilegiado que ocupó el jefe de Estado como el más próximo al féretro del Papa en la despedida en la plaza seca de San Pedro. 

El estricto protocolo, la breve estadía y la partida rauda del resto de los líderes internacionales lo privó al Presidente de poder tener algún otro cruce bilateral con Donald Trump, aunque sí cuentan que hubo un contacto breve con el francés Emmanuel Macron, además de Meloni.

El machete de Francos

Al Gobierno le sirvió también esta pausa para ganar una semana de relativa calma en su agenda cuando dos de sus ministros se preparaban para rendir examen ante el Congreso como no sucedía desde la comparecencia de Domingo Cavallo el 23 de agosto de 1995 por sus denuncias contra la mafia del Correo y un empresario "fantasma" a quien entonces le puso nombre -luego José Luis Cabezas le pondría rostro- y ya nadie se olvidaría jamás: Alfredo Yabrán.

El jueves, unas horas antes de partir rumbo a Roma con el Presidente, Francos mantuvo una reunión a puertas cerradas con su equipo para ultimar los detalles de su presentación ante Diputados. No irá solo: Mariano Cúneo Libarona, el ministro de Justicia, también dirá presente o eso manifestó a los propios. Ni Luis Caputo ni el titular de la CNV estarán allí. Tampoco el vocero Manuel Adorni y la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, a la que querían sentar en el banquillo pero que finalmente quedaron fuera de la lista de invitados.

La interpelación (artículo 71 de la C.N.) funciona distinto a la presentación mensual y alterna entre Cámara del jefe de Gabinete (artículo 101). En este caso, no hay un listado previo de preguntas sobre las cuales se pueda trabajar en coordinación con otros ministerios para cubrir las expectativas de las y los diputados. "Hay mucho de show y no hay forma que ninguno de la oposición salga a decir, al final, que se cubrieron todos los interrogantes sobre la responsabilidad del gobierno en el tema LIBRA", admitió un encumbrado funcionario a El Cronista.

Aunque saben que no hay forma de ganar el match legislativo, la sugerencia es mantenerse lo más técnico posible y evitar los titulares posteriores del tipo: "El feje de Gabinete dijo que...". Para ello, hubo interconsulta con los implicados para ajustar el discurso. Esta vez no habrá un ejército de enlaces parlamentarios y asesores políticos en la sala contigua para asistir al jefe de Gabinete. sino que estará por su cuenta. "La sugerencia fue una: hay que devolver la pelota al otro lado de la red", bromeó -y no tanto- uno de los responsables de la comunicación oficialista.

Pese a no haber un cuestionario específico sobre el que trabajar, Francos cuenta con un "machete" que le sirve para orientarse por dónde pueden ir las preguntas el martes. Se trata de los 70 interrogantes que diputados y diputadas incluyeron en las consultas por la presentación en la Cámara del martes 15 y que fueron separadas del informe con la premisa de focalizarse en ese temario en la sesión especial del 22 en aquel momento. De igual modo, hay otras 120 preguntas que se enviaron desde el Congreso como parte de un pedido de información votado por la Cámara baja.

Todo eso fue tomado como base para listar una serie de respuestas que el jefe de Gabinete se llevó consigo en el vuelo a Roma para seguir estudiando en los tiempos libres. "La tiene clara", garantizan en su entorno. El martes se verá cuánto.