“¿Me enseñan a hacer explosivos para atacar?”, los mensajes del joven acusado de tener vínculos terroristas
David Ávila está acusado de “haber formado parte de agrupaciones permanentes o transitorias que tuvieren por objeto principal o accesorio imponer sus ideas o combatir las ajenas por la fuerza o el temor”

La Cámara Federal de San Martín confirmó el procesamiento con prisión preventiva de David Nazareno Ávila, el joven detenido el mes pasado en General Roca, Río Negro, por sus supuestos vínculos con el Estado Islámico. Está acusado de “haber formado parte de agrupaciones permanentes o transitorias que tuvieren por objeto principal o accesorio imponer sus ideas o combatir las ajenas por la fuerza o el temor, agravado por la finalidad de aterrorizar a la población”.
Así lo informaron a LA NACION calificadas fuentes judiciales. En las últimas horas, los camaristas Néstor Barral y Alberto Lugones, confirmaron la decisión que había tomado el juez federal de Campana, Adrián González Charvay.
“Ávila recibió asesoramiento y apoyo directo de la organización, si se tiene en cuenta que recibió un manual específico para actuar en solitario, en función de su deseo de ser ‘mártir´en la Argentina, pero representando al grupo”, sostuvieron los jueces del tribunal de alzada en su fallo, al que tuvo acceso LA NACION.
Los jueces Barral y Lugones también confirmaron el embargo de 500.000.000 de pesos sobre los bienes de Ávila, un exsoldado voluntario del Ejército argentino de 21 años, que había fijado el magistrado de primera instancia.
Cuando fue indagado por el juez González Charvay, Ávila, apodado Naza, reconoció los contactos que se le descubrieron y el pedido de instructivos para fabricar explosivos porque “la Argentina debía pagar sus pecados”, pero sostuvo que todo lo que hizo fue parte de “una broma”.
“El imputado, con su accionar, alentó e incitó a la persecución o el odio contra personas o grupos de personas a causa de su raza, religión, nacionalidad o ideas políticas. Ávila formó parte de agrupaciones permanentes o transitorias que tuvieron y tienen por objeto principal o accesorio imponer sus ideas o combatir las ajenas por la fuerza o el temor, con el objeto de aterrorizar a la población”, afirmaron los jueces Barral y Lugones al analizar las pruebas del expediente.
En su momento, un detective judicial que estuvo tras los pasos de Ávila explicó a LA NACION que no se pudo determinar qué grado de determinación tenía el exsoldado para concretar algún atentado, pero sí se comprobó la “interacción” que tuvo con grupos que podrían tener vínculos con terroristas.
Entre los intercambios de mensajes en redes sociales y mensajería instantánea que en el expediente se citaron como prueba de los vínculos de Ávila con grupos terroristas se encuentran los siguientes:
- “Tengo un contacto que me vende armas, pero necesito apoyo financiero”
- “¿Me enseñarán a hacer explosivos para atacar?”
- “En la Argentina tenemos un gobierno sionista que apoya a Israel y debe pagar por sus pecados sionistas. Quiero llevar a cabo un ataque”

Además, como se dijo, Naza recibió un manual y asesoramiento por sus pedidos.
“Una investigación exhaustiva, permanente por vía de un agente encubierto digital, que logró información trascendente para la detención del terrorista vinculado con el Estado Islámico. Representaba una amenaza concreta contra los argentinos y la seguridad nacional”, había dicho la ministra de Seguridad Nacional, Patricia Bullrich, tras la detención del sospechoso por parte de la Prefectura Naval.
De la investigación, participaron el fiscal federal de Campana, Sebastián Bringas, y su colega Santiago Marquevich, que conduce la Unidad Fiscal Especializada en Criminalidad Organizada (Ufeco).