Más impuestos, menos hogar: por qué subir el ITP es un error
Los expertos llevamos meses avisando: el acceso a la vivienda en Cataluña continúa siendo un desafío al que tenemos que enfrentarnos con urgencia. Cada vez son más las familias que ven cómo sus sueños de adquirir una primera residencia se ponen en pausa por la falta de medidas efectivas para paliar la falta de vivienda y el encarecimiento del mercado. En este contexto, la reciente subida del Impuesto de Transmisiones Patrimoniales (ITP) aprobada por la Generalitat es un ejemplo claro de cómo las decisiones políticas pueden ir en contra de quienes más necesitan apoyo. En lugar de facilitar el acceso a la vivienda, esta medida solo servirá para aumentar la recaudación, sin aportar una solución real al problema. La medida aprobada por el Govern eleva el ITP al 11% para viviendas de entre 600.000 y 900.000 euros, al 12% para las que oscilan entre 900.000 y 1,5 millones, y hasta el 13% para las de mayor valor. A simple vista, podría parecer una política justa y progresista, pero los datos cuentan otra historia. En Barcelona, hay actualmente 11.000 viviendas en venta, de las cuales solo el 37% se verán afectadas por la subida del ITP, mientras que el 63% restante seguirá tributando al mismo tipo impositivo. En otras palabras, el grueso del mercado sigue sin beneficiarse de ninguna ayuda, y las familias de clase media continúan enfrentando enormes dificultades para acceder a una vivienda. Subir impuestos no es la solución, nunca lo ha sido, y nunca lo será en este sector; ajustarlos en los tramos adecuados sí lo es. En lugar de penalizar la compraventa de viviendas con medidas de impacto recaudatorio, lo lógico sería una estrategia que favorezca la compra de primera residencia en los tramos donde realmente se concentra la demanda. En este sentido, desde Trioteca proponemos un modelo alternativo: reducir el ITP para los inmuebles de menor valor, aliviando la carga fiscal de las familias que buscan comprar su primer hogar, mientras se mantiene la subida para las viviendas de lujo. Esto garantizaría una recaudación equivalente para la Generalitat, pero permitiría que más personas accedieran a la vivienda. En Barcelona, el 63% de las viviendas en venta tienen un valor inferior a 600.000 euros. Con una reforma fiscal que reduzca o elimine el ITP para las viviendas de menor coste, podríamos conseguir que estas operaciones se cierren con mayor facilidad, impulsando el mercado y garantizando que las familias no tengan que pagar miles de euros en impuestos desproporcionados. Al mismo tiempo, mantener la subida del ITP en los tramos más altos aseguraría que la Generalitat no pierda ingresos. El impacto de esta propuesta sería inmediato: más dinamismo en el mercado inmobiliario, mayor facilidad para que las familias accedan a la vivienda y una recaudación que no se vería afectada. Lo que realmente necesitamos son políticas estructurales y bien diseñadas, no medidas populistas que solo buscan generar titulares sin ofrecer soluciones reales. Decir que este incremento de recaudación servirá para construir vivienda social es un brindis al sol. No podemos recaudar un 14% más hoy para que, dentro de diez años, haya 200 pisos sociales en construcción. El problema es ahora, y la solución debe ser inmediata. Mi propuesta es clara: reducir el ITP para la compra de primera vivienda de familias con ingresos de hasta 4.000 euros al mes y mantener la subida para los tramos superiores. De este modo, no solo ayudamos a más familias a comprar su vivienda, sino que también garantizamos la sostenibilidad de las cuentas públicas y fomentamos un mercado inmobiliario más dinámico. Si realmente queremos solucionar el problema del acceso a la vivienda, hay que hacerlo con cabeza, no con medidas diseñadas únicamente para aumentar la recaudación . La clave está en recaudar mejor, no en recaudar más. Solo así conseguiremos que más familias puedan acceder a la vivienda sin pagar impuestos desproporcionados que no solucionan nada. Ricard Garriga es CEO y cofundador de Trioteca
Los expertos llevamos meses avisando: el acceso a la vivienda en Cataluña continúa siendo un desafío al que tenemos que enfrentarnos con urgencia. Cada vez son más las familias que ven cómo sus sueños de adquirir una primera residencia se ponen en pausa por la falta de medidas efectivas para paliar la falta de vivienda y el encarecimiento del mercado. En este contexto, la reciente subida del Impuesto de Transmisiones Patrimoniales (ITP) aprobada por la Generalitat es un ejemplo claro de cómo las decisiones políticas pueden ir en contra de quienes más necesitan apoyo. En lugar de facilitar el acceso a la vivienda, esta medida solo servirá para aumentar la recaudación, sin aportar una solución real al problema. La medida aprobada por el Govern eleva el ITP al 11% para viviendas de entre 600.000 y 900.000 euros, al 12% para las que oscilan entre 900.000 y 1,5 millones, y hasta el 13% para las de mayor valor. A simple vista, podría parecer una política justa y progresista, pero los datos cuentan otra historia. En Barcelona, hay actualmente 11.000 viviendas en venta, de las cuales solo el 37% se verán afectadas por la subida del ITP, mientras que el 63% restante seguirá tributando al mismo tipo impositivo. En otras palabras, el grueso del mercado sigue sin beneficiarse de ninguna ayuda, y las familias de clase media continúan enfrentando enormes dificultades para acceder a una vivienda. Subir impuestos no es la solución, nunca lo ha sido, y nunca lo será en este sector; ajustarlos en los tramos adecuados sí lo es. En lugar de penalizar la compraventa de viviendas con medidas de impacto recaudatorio, lo lógico sería una estrategia que favorezca la compra de primera residencia en los tramos donde realmente se concentra la demanda. En este sentido, desde Trioteca proponemos un modelo alternativo: reducir el ITP para los inmuebles de menor valor, aliviando la carga fiscal de las familias que buscan comprar su primer hogar, mientras se mantiene la subida para las viviendas de lujo. Esto garantizaría una recaudación equivalente para la Generalitat, pero permitiría que más personas accedieran a la vivienda. En Barcelona, el 63% de las viviendas en venta tienen un valor inferior a 600.000 euros. Con una reforma fiscal que reduzca o elimine el ITP para las viviendas de menor coste, podríamos conseguir que estas operaciones se cierren con mayor facilidad, impulsando el mercado y garantizando que las familias no tengan que pagar miles de euros en impuestos desproporcionados. Al mismo tiempo, mantener la subida del ITP en los tramos más altos aseguraría que la Generalitat no pierda ingresos. El impacto de esta propuesta sería inmediato: más dinamismo en el mercado inmobiliario, mayor facilidad para que las familias accedan a la vivienda y una recaudación que no se vería afectada. Lo que realmente necesitamos son políticas estructurales y bien diseñadas, no medidas populistas que solo buscan generar titulares sin ofrecer soluciones reales. Decir que este incremento de recaudación servirá para construir vivienda social es un brindis al sol. No podemos recaudar un 14% más hoy para que, dentro de diez años, haya 200 pisos sociales en construcción. El problema es ahora, y la solución debe ser inmediata. Mi propuesta es clara: reducir el ITP para la compra de primera vivienda de familias con ingresos de hasta 4.000 euros al mes y mantener la subida para los tramos superiores. De este modo, no solo ayudamos a más familias a comprar su vivienda, sino que también garantizamos la sostenibilidad de las cuentas públicas y fomentamos un mercado inmobiliario más dinámico. Si realmente queremos solucionar el problema del acceso a la vivienda, hay que hacerlo con cabeza, no con medidas diseñadas únicamente para aumentar la recaudación . La clave está en recaudar mejor, no en recaudar más. Solo así conseguiremos que más familias puedan acceder a la vivienda sin pagar impuestos desproporcionados que no solucionan nada. Ricard Garriga es CEO y cofundador de Trioteca
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