Más del 50% de las compras financiadas en los tres últimos años han sido de bienes de menos de 1.000 €

El mayor acceso a la financiación junto con un aumento de las dificultades económicas derivadas de la crisis tras la covid-19 han impactado en el uso de los créditos de los hogares, que se apoyan en estas herramientas para enfrentar gastos más baratos

Abr 28, 2025 - 06:40
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Más del 50% de las compras financiadas en los tres últimos años han sido de bienes de menos de 1.000 €

Los hogares han dado un giro en el uso de los préstamos. Frente a la demanda de financiación con el objetivo de suavizar el impacto de un gran gasto con aportaciones periódicas, las familias llevan tres años pidiendo la mayoría de créditos para dividir el pago de productos con un coste inferior a los 1.000 euros, según arroja un estudio elaborado por Kantar para la Asociación Nacional de Establecimientos Financieros (Asnef). Un cambio que, desde la patronal señalan como consecuencia de la oferta de financiación online.

En concreto, el análisis ‘Uso e imagen de la financiación en los servicios y el consumo’ indica que desde 2022 y hasta 2024 el porcentaje de préstamos para bienes o servicios de un valor inferior a 1.000 euros superó el 50% en cada año, frente al 20% en torno al que se mantuvieron los créditos para productos de entre 1.000 euros y 3.000 euros en los mismos periodos. Mientras que aquellos dirigidos para gastos por encima de los 3.000 euros ascendieron en 2024 hasta el 30%, desde el 23% que representaron en 2021 y 2022.

Los electrodomésticos: protagonistas de la financiación

Los principales productos que se compraron a través de financiación fueron los relacionados con el menaje de hogar y electrodomésticos, representando un 41% del destino de los créditos, por delante de los productos de electrónica, que fueron un 34% del total. Además de estos gastos, la encuesta arroja un incremento destacable del crédito para financiar educación y formación, llegando hasta el 10%.

El auge de herramientas de acceso al crédito motiva la financiación

Las razones que explican este cambio son varias. Desde Asnef señalan al auge de la financiación online como primera causa. “Se destila del estudio la consolidación del canal online desde la pandemia como vía favorita para los consumidores a la hora de contratar financiación, ya sea en el punto de venta o a través de crédito personal”, explican desde la asociación. Así, el 56% de los encuestados reconoció haber solicitado financiación online en alguna ocasión, mientras que el 85% estaría dispuesto a hacerlo.

En esta línea, Luis Garvía, director del Máster en Riesgos Financieros de la Universidad Pontificia de Comillas (ICADE) asegura que el aumento de herramientas de acceso al crédito estimula el gasto a través de estos métodos, ya que incrementa también la cantidad de productos que se pueden financiar y el énfasis en que los clientes se financien, lo que a su vez pone sobre la mesa algunos riesgos.

Garvía advierte sobre el auge del endeudamiento, que puede suponer peligros tanto para el sistema financiero como para los individuos, sobre todo en un entorno en el que se registra déficit de educación en materia financiera. “Falta educación financiera. Endeudarse no es una cosa que se deba hacer alegremente, aunque cada vez se esté haciendo más”, señala el doctor en Finanzas.

Otras causas que incentivan la financiación de bienes más baratos

Entre otros factores que explican este cambio de tendencia, destaca, según el análisis de Luis Garvía, la transformación cultural que ha estandarizado la financiación de las compras. “Antes, financiarse no estaba tan bien visto”, indica el experto, “ahora, el acceso al crédito se está normalizando”. A esto se suman un cambio cultural en el valor del dinero y un consumismo más emocional.

Sin embargo, Garvía también pone en evidencia factores económicos que han llevado a los hogares a aumentar la financiación de gastos más pequeños. “La desigualdad social está aumentando cada vez más”, señala, lo que provoca que el acceso a la financiación sea más necesaria.

En paralelo, también destaca el impacto de la crisis inflacionaria tras la pandemia. En marzo el Índice de Precios de Consumo (IPC) registró su valor más bajo desde el pasado mes de octubre, con un 2,3%, el primer descenso interanual tras cinco subidas consecutivas, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Todo ello habiendo alcanzado hasta un 10,8% en julio de 2022. En esta línea, los productos de primera necesidad se han encarecido tras la covid-19, recortando el saldo disponible y, por tanto, llevando a los hogares a acudir a la deuda para otros gastos.