Mañana arranca la primavera a las 10.01: ¿Sabes que cada año empieza a una hora diferente?
La sutil diferencia de unas seis horas entre el año civil y el astronómico provoca que cada año dejemos atrás al invierno a una hora o incluso en un día diferenteEl equinoccio: qué es y por qué queremos saberlo Después de ya muchos días de intensas lluvias, parece mentira que estemos a punto de entrar en la cálida estación primaveral. Pero la realidad es que a partir de las 10.01 de la mañana, en el hemisferio norte daremos por bienvenida la primavera, día señalado en el calendario como equinoccio de primavera. Pero, ¿cada año ocurre este fenómeno a la misma hora y el mismo día? No. Se trata de un momento especial, original cuando menos, en el que el Sol se encuentra exactamente sobre el ecuador terrestre. ¿Resultado? El día y la noche tienen aproximadamente la misma duración en todo el planeta. La siguiente consecuencia es que en el hemisferio norte, en el que vivimos, los días comienzan a ser más largos que las noches, dando paso también a emergentes flores… y alergias. Es decir, empiezan a subir las temperaturas como preludio del verano. Justo lo contrario que ocurre en el hemisferio sur. Pero, a diferencia de otros días señalados en el calendario, la llegada de la primavera no ocurre siempre el mismo día. Puede oscilar entre el 19 y el 21 de marzo, debido a factores, precisamente, astronómicos. Y es que existe una diferencia, que muchos pueden desconocer, entre el año civil y el año astronómico. El porqué de los años bisiestos El año civil es el que usamos en el calendario gregoriano y que tiene, sí o sí, 365 días (366 en los años bisiestos), mientras que el año astronómico o trópico (es decir, lo que la Tierra tarda en dar una vuelta alrededor del Sol) no está “tasado” en una cifra exacta. Porque suele tardar 365 días, 5 horas, 48 minutos y 45 segundos. Aproximadamente. Y ahí radica el problema, en que hay unas 6 horas de diferencia entre uno y otro. De hecho, esa pequeña diferencia de 6 horas es la que nos obliga a corregirlo gracias a los años bisiestos, una solución que no evita que no entremos cada año en el periodo primaveral el mismo día y, ni mucho menos, a la misma hora. El año pasado, sin ir más lejos, dejamos atrás al invierno a las 4 horas y 6 minutos de la madrugada del 20 de marzo. En 2023, accedimos a esa época de mejores temperaturas, con permiso de las borrascas que tan agobiados nos tienen estos días, a las 21 horas y 24 minutos de la noche del mismo día, el 20 de marzo. En el caso de hace tres años, la primavera estalló oficialmente en nuestro calendario de 2022 a la hora de la siesta de un domingo, concretamente a las 16.33 de “nuestra” siesta septentrional.

La sutil diferencia de unas seis horas entre el año civil y el astronómico provoca que cada año dejemos atrás al invierno a una hora o incluso en un día diferente
El equinoccio: qué es y por qué queremos saberlo
Después de ya muchos días de intensas lluvias, parece mentira que estemos a punto de entrar en la cálida estación primaveral. Pero la realidad es que a partir de las 10.01 de la mañana, en el hemisferio norte daremos por bienvenida la primavera, día señalado en el calendario como equinoccio de primavera. Pero, ¿cada año ocurre este fenómeno a la misma hora y el mismo día? No.
Se trata de un momento especial, original cuando menos, en el que el Sol se encuentra exactamente sobre el ecuador terrestre. ¿Resultado? El día y la noche tienen aproximadamente la misma duración en todo el planeta. La siguiente consecuencia es que en el hemisferio norte, en el que vivimos, los días comienzan a ser más largos que las noches, dando paso también a emergentes flores… y alergias. Es decir, empiezan a subir las temperaturas como preludio del verano. Justo lo contrario que ocurre en el hemisferio sur.
Pero, a diferencia de otros días señalados en el calendario, la llegada de la primavera no ocurre siempre el mismo día. Puede oscilar entre el 19 y el 21 de marzo, debido a factores, precisamente, astronómicos. Y es que existe una diferencia, que muchos pueden desconocer, entre el año civil y el año astronómico.
El porqué de los años bisiestos
El año civil es el que usamos en el calendario gregoriano y que tiene, sí o sí, 365 días (366 en los años bisiestos), mientras que el año astronómico o trópico (es decir, lo que la Tierra tarda en dar una vuelta alrededor del Sol) no está “tasado” en una cifra exacta. Porque suele tardar 365 días, 5 horas, 48 minutos y 45 segundos. Aproximadamente. Y ahí radica el problema, en que hay unas 6 horas de diferencia entre uno y otro.
De hecho, esa pequeña diferencia de 6 horas es la que nos obliga a corregirlo gracias a los años bisiestos, una solución que no evita que no entremos cada año en el periodo primaveral el mismo día y, ni mucho menos, a la misma hora.
El año pasado, sin ir más lejos, dejamos atrás al invierno a las 4 horas y 6 minutos de la madrugada del 20 de marzo. En 2023, accedimos a esa época de mejores temperaturas, con permiso de las borrascas que tan agobiados nos tienen estos días, a las 21 horas y 24 minutos de la noche del mismo día, el 20 de marzo. En el caso de hace tres años, la primavera estalló oficialmente en nuestro calendario de 2022 a la hora de la siesta de un domingo, concretamente a las 16.33 de “nuestra” siesta septentrional.