Dentro de lo malo, las naciones americanas han acogido con cierto alivio el anuncio de aranceles que Estados Unidos quiere aplicar a los productos que le llegan desde el exterior. Donald Trump les aplicará la tarifa mínima —el 10%— frente a aranceles notoriamente mayores a muchos otros países. La única salvedad son México y Canadá, que de momento quedan al margen (aunque afectados en ciertos productos) en virtud del vigente tratado de libre comercio de América del Norte, y tres excepciones: Guyana, Nicaragua y Venezuela, a los que Washington ha asignado un sobrecoste, respectivamente, del 38%, el 18% y el 15%. Los gobiernos latinoamericanos hacen sus cálculos y confían en que, a pesar de que sus productos resultarán un 10%...
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