Los labradores y los humanos se parecen mucho: comparten genes que les hacen propensos a la obesidad

Un estudio liderado por la Universidad de Cambridge encontró que los perros con alto riesgo genético mostraron signos de tener mayor apetito¿Cuándo llegan los perros a la vejez? Un nuevo estudio lo aclara Los perros suelen estar interesados en la comida, pero hay diferencias significativas por raza y también influye la genética. Es una de las conclusiones de un nuevo estudio liderado por la Universidad de Cambridge, que encontró que los labradores retrievers presentan un gen fuertemente asociado con la obesidad, denominado como DENND1B.  No es algo exclusivo de estos canes, sino que el equipo de investigadores encontró que los humanos también son portadores del gen DENND1B. Al igual que ocurría con esta raza de perro, está vinculado con la obesidad en las personas.   “Los perros con alto riesgo genético de obesidad mostraron signos de tener mayor apetito, como también se ha demostrado en personas con alto riesgo genético de obesidad”, explica Natalie Wallis, investigadora del Departamento de Fisiología, Desarrollo y Neurociencia de la Universidad de Cambridge y primera autora conjunta del informe. Un labrador retriever siguiendo fijamente un trozo de comida Para llegar a esa conclusión, se reclutó a 241 perros labradores retriever. Se midió su grasa corporal, se puntuó su avaricia por la comida (cuánto molestaban a sus dueños para que les dieran algo) y se tomó una muestra de saliva para analizar el ADN. Al comparar el estado de obesidad del perro con su ADN, pudieron identificar los genes vinculados a la obesidad canina.  En concreto, los perros portadores de la variante genética más asociada con la obesidad (DENND1B), tenían alrededor de un 8% más de grasa corporal que los que no la presentaban.   Los labradores comparten genes con los humanos Los investigadores examinaron luego si los genes de estos canes eran relevantes para la obesidad humana. Analizaron estudios de gran población y cohortes de pacientes con obesidad grave de aparición temprana en los que se sospecha que cambios genéticos únicos fueron los causantes.  “Este trabajo demuestra lo similares que son genéticamente los perros a los humanos. Estudiar a los perros nos permitió centrarnos en este gen en particular, lo que ha supuesto un gran avance en la comprensión de cómo nuestro propio cerebro controla nuestra conducta alimentaria y el uso de energía”, añade la investigadora del Departamento de Fisiología, Desarrollo y Neurociencia de la Universidad de Cambridge, Eleanor Raffan. Sin embargo, recuerdan que esta coincidencia genética no es una condena. El estudio también descubrió que los dueños que controlaban estrictamente la dieta y el ejercicio de sus perros lograron evitar que, incluso aquellos con alto riesgo genético, se volvieran obesos, pero se requirió mucha más atención y esfuerzo.  Un esfuerzo extra que también se requiere en el caso de personas con alto riesgo genético, que necesitan una dieta estricta y un régimen de ejercicio físico. 

Mar 10, 2025 - 14:45
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Los labradores y los humanos se parecen mucho: comparten genes que les hacen propensos a la obesidad

Los labradores y los humanos se parecen mucho: comparten genes que les hacen propensos a la obesidad

Un estudio liderado por la Universidad de Cambridge encontró que los perros con alto riesgo genético mostraron signos de tener mayor apetito

¿Cuándo llegan los perros a la vejez? Un nuevo estudio lo aclara

Los perros suelen estar interesados en la comida, pero hay diferencias significativas por raza y también influye la genética. Es una de las conclusiones de un nuevo estudio liderado por la Universidad de Cambridge, que encontró que los labradores retrievers presentan un gen fuertemente asociado con la obesidad, denominado como DENND1B. 

No es algo exclusivo de estos canes, sino que el equipo de investigadores encontró que los humanos también son portadores del gen DENND1B. Al igual que ocurría con esta raza de perro, está vinculado con la obesidad en las personas.  

“Los perros con alto riesgo genético de obesidad mostraron signos de tener mayor apetito, como también se ha demostrado en personas con alto riesgo genético de obesidad”, explica Natalie Wallis, investigadora del Departamento de Fisiología, Desarrollo y Neurociencia de la Universidad de Cambridge y primera autora conjunta del informe.

Un labrador retriever siguiendo fijamente un trozo de comida

Para llegar a esa conclusión, se reclutó a 241 perros labradores retriever. Se midió su grasa corporal, se puntuó su avaricia por la comida (cuánto molestaban a sus dueños para que les dieran algo) y se tomó una muestra de saliva para analizar el ADN. Al comparar el estado de obesidad del perro con su ADN, pudieron identificar los genes vinculados a la obesidad canina. 

En concreto, los perros portadores de la variante genética más asociada con la obesidad (DENND1B), tenían alrededor de un 8% más de grasa corporal que los que no la presentaban.  

Los labradores comparten genes con los humanos

Los investigadores examinaron luego si los genes de estos canes eran relevantes para la obesidad humana. Analizaron estudios de gran población y cohortes de pacientes con obesidad grave de aparición temprana en los que se sospecha que cambios genéticos únicos fueron los causantes. 

“Este trabajo demuestra lo similares que son genéticamente los perros a los humanos. Estudiar a los perros nos permitió centrarnos en este gen en particular, lo que ha supuesto un gran avance en la comprensión de cómo nuestro propio cerebro controla nuestra conducta alimentaria y el uso de energía”, añade la investigadora del Departamento de Fisiología, Desarrollo y Neurociencia de la Universidad de Cambridge, Eleanor Raffan.

Sin embargo, recuerdan que esta coincidencia genética no es una condena. El estudio también descubrió que los dueños que controlaban estrictamente la dieta y el ejercicio de sus perros lograron evitar que, incluso aquellos con alto riesgo genético, se volvieran obesos, pero se requirió mucha más atención y esfuerzo.  Un esfuerzo extra que también se requiere en el caso de personas con alto riesgo genético, que necesitan una dieta estricta y un régimen de ejercicio físico. 

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