«Los jóvenes de Mora están muy ilusionados; nuestra fiesta tiene futuro»

La LXVII Fiesta del Olivo de Mora dará este viernes el pistoletazo de salida con un programa lleno de alegría, música y tradición que se extenderá hasta el próximo 28 de abril. Unos días donde tampoco faltará el particular homenaje al aceite de oliva, seña de identidad de la localidad. — ¿Cómo explicaría a una persona que nunca ha visitado la Fiesta del Olivo lo que puede vivir estos días en la localidad? — Verá un pueblo volcado con sus tradiciones y orgulloso de sus raíces y su forma de ser. Cualquiera que nos visite, se sentirá un moracho más y seguramente quedará invitado para próximos años, nunca olvidará Mora, a los morachos y a nuestra Fiesta del Olivo. — Además está declarada de Interés Turístico Nacional... —Sí, son muchísimas las personas de toda España y de fuera de nuestro país, las que ya han podido disfrutar con nosotros de una fiesta distinta a las demás; donde los hombres y las mujeres de Mora son los protagonistas principales. Es un homenaje a los olivareros que con sudor han cuidado nuestros olivos durante décadas. —Mora es uno de los mayores productores de aceite de oliva, de ahí el origen de esta fiesta, pero poco a poco, hay otro producto agroalimentario que va ganando peso en la localidad: el queso... — Así es. Si antes presumíamos de tener el mejor aceite del mundo, ahora también podemos decirlo del queso. Es por ello que en los últimos años, junto a la exposición de aceite de oliva virgen extra, también está el queso de Mora. —De seguir así van a tener que cambiar el nombre a la fiesta... —No, siempre será la Fiesta del Olivo, eso si que no se cambiará nunca. —Este año tienen un pregonero de «pura cepa», el moracho, Ángel Lumbreras. Trabajador municipal ya jubilado que durante décadas fue el encargado de organizar la fiesta y poner voz al desfile de carrozas. En esta edición pasará de estar en un segundo plano a ser el protagonista... —Ángel Lumbreras, al menos para mi generación ha sido la voz de la Fiesta del Olivo. Además de organizarla, presentaba el pregón y el desfile el domingo. Creo que es una deuda que la localidad tenía con él. Se lo merecía. Una persona como él que tanto ha dado a la Fiesta del Olivo, debería quedar para siempre en la historia que fue pregonero. —A parte del pregón y del concurso de carrozas, como ya hemos comentado, ¿qué otras novedades habrá en esta 67 edición? —La Fiesta del Olivo es una fiesta viva, que mantiene sus raíces desde el principio, pero que cada año tiene novedades. Estoy muy contento con que los jóvenes de mi pueblo estén tan ilusionados desde hace meses haciendo sus carrozas que orgullosos presentarán en el desfile del domingo. Hay peñas de carroceros nuevas y para mí es un orgullo ver que nuestra fiesta tiene mucho futuro. — Se trata de una fiesta que goza de una gran importancia tanto cultural como económica. ¿De qué manera repercute en el municipio? —Culturalmente tiene mucha importancia tener concursos nacionales de pintura, de poesía, poder disfrutar de los grupos de coros y danzas que junto al nuestro podremos ver, tanto en el desfile como en el auditórium. Creo que es sumamente representativo. Y económicamente tiene mucha repercusión ya que todos los hoteles, hostales y casas rurales de Mora están ocupados hace meses. Recibimos entre 40.000 y 50.000 personas durante esos días, gente que viene dispuesta a conocer nuestra fiesta, nuestro pueblo y a disfrutar junto a los hombres y mujeres de nuestro pueblo. Tiene una enorme repercusión económica. — Entre los morachos que se vuelcan con la fiesta está Emilio Bravo. ¿Le veremos con la blusa y el pañuelo de hierbas? —Me veréis seguro, con traje y con blusa. Me siento moracho por los cuatro costados. Siento mi pueblo, quiero a mi pueblo y a mis vecinos y me siento orgulloso de haber nacido aquí y de poder decir «soy moracho».

Abr 25, 2025 - 09:30
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«Los jóvenes de Mora están muy ilusionados; nuestra fiesta tiene futuro»
La LXVII Fiesta del Olivo de Mora dará este viernes el pistoletazo de salida con un programa lleno de alegría, música y tradición que se extenderá hasta el próximo 28 de abril. Unos días donde tampoco faltará el particular homenaje al aceite de oliva, seña de identidad de la localidad. — ¿Cómo explicaría a una persona que nunca ha visitado la Fiesta del Olivo lo que puede vivir estos días en la localidad? — Verá un pueblo volcado con sus tradiciones y orgulloso de sus raíces y su forma de ser. Cualquiera que nos visite, se sentirá un moracho más y seguramente quedará invitado para próximos años, nunca olvidará Mora, a los morachos y a nuestra Fiesta del Olivo. — Además está declarada de Interés Turístico Nacional... —Sí, son muchísimas las personas de toda España y de fuera de nuestro país, las que ya han podido disfrutar con nosotros de una fiesta distinta a las demás; donde los hombres y las mujeres de Mora son los protagonistas principales. Es un homenaje a los olivareros que con sudor han cuidado nuestros olivos durante décadas. —Mora es uno de los mayores productores de aceite de oliva, de ahí el origen de esta fiesta, pero poco a poco, hay otro producto agroalimentario que va ganando peso en la localidad: el queso... — Así es. Si antes presumíamos de tener el mejor aceite del mundo, ahora también podemos decirlo del queso. Es por ello que en los últimos años, junto a la exposición de aceite de oliva virgen extra, también está el queso de Mora. —De seguir así van a tener que cambiar el nombre a la fiesta... —No, siempre será la Fiesta del Olivo, eso si que no se cambiará nunca. —Este año tienen un pregonero de «pura cepa», el moracho, Ángel Lumbreras. Trabajador municipal ya jubilado que durante décadas fue el encargado de organizar la fiesta y poner voz al desfile de carrozas. En esta edición pasará de estar en un segundo plano a ser el protagonista... —Ángel Lumbreras, al menos para mi generación ha sido la voz de la Fiesta del Olivo. Además de organizarla, presentaba el pregón y el desfile el domingo. Creo que es una deuda que la localidad tenía con él. Se lo merecía. Una persona como él que tanto ha dado a la Fiesta del Olivo, debería quedar para siempre en la historia que fue pregonero. —A parte del pregón y del concurso de carrozas, como ya hemos comentado, ¿qué otras novedades habrá en esta 67 edición? —La Fiesta del Olivo es una fiesta viva, que mantiene sus raíces desde el principio, pero que cada año tiene novedades. Estoy muy contento con que los jóvenes de mi pueblo estén tan ilusionados desde hace meses haciendo sus carrozas que orgullosos presentarán en el desfile del domingo. Hay peñas de carroceros nuevas y para mí es un orgullo ver que nuestra fiesta tiene mucho futuro. — Se trata de una fiesta que goza de una gran importancia tanto cultural como económica. ¿De qué manera repercute en el municipio? —Culturalmente tiene mucha importancia tener concursos nacionales de pintura, de poesía, poder disfrutar de los grupos de coros y danzas que junto al nuestro podremos ver, tanto en el desfile como en el auditórium. Creo que es sumamente representativo. Y económicamente tiene mucha repercusión ya que todos los hoteles, hostales y casas rurales de Mora están ocupados hace meses. Recibimos entre 40.000 y 50.000 personas durante esos días, gente que viene dispuesta a conocer nuestra fiesta, nuestro pueblo y a disfrutar junto a los hombres y mujeres de nuestro pueblo. Tiene una enorme repercusión económica. — Entre los morachos que se vuelcan con la fiesta está Emilio Bravo. ¿Le veremos con la blusa y el pañuelo de hierbas? —Me veréis seguro, con traje y con blusa. Me siento moracho por los cuatro costados. Siento mi pueblo, quiero a mi pueblo y a mis vecinos y me siento orgulloso de haber nacido aquí y de poder decir «soy moracho».