Los hombres que trabajan menos para cuidar más: "No concebía meterme a trabajar ocho horas y no ver a mi hija"
Nunca antes en España había habido tantos hombres inactivos o con reducción de jornada por cuidados familiares, aunque siguen siendo una minoría respecto de las mujeres.

Ángel Manuel Liberal (39 años), compositor, artista visual y de 3D para videojuegos, se quedó sin empleo por un ERE cuando iba a nacer su hija Moira. Con la indemnización y dos años de paro decidió no buscar trabajo de inmediato y dedicarse a la paternidad. "Después me puse a trabajar por mi cuenta, pero media jornada. No concebía meterme a trabajar ocho horas y no ver a mi hija. Mi mujer, Eva, tiene un empleo más formal y ella sí ha mantenido las horas. Vamos haciendo malabares", explica.
Cuando nació su segunda hija, Maia, Miguel Del Río (43 años) no vio otra opción "con el horario de las guarderías" que reducir su jornada laboral como editor de vídeo. "No había otra posibilidad. Nuestros padres son mayores para irlas a recoger todos los días y es que no están para eso". Miguel y su mujer, Carmen, decidieron que fuera él quien se redujera las horas "porque ella tenía mayor proyección en el trabajo".
Ángel y Miguel ejemplifican el auge reciente del número de hombres en España que se reducen la jornada laboral o no buscan empleo por cuidar de familiares, sean menores, discapacitados o personas mayores.
"Me puse a trabajar por mi cuenta, media jornada. No concebía meterme a trabajar ocho horas y no ver a mi hija. Mi mujer, Eva, tiene un empleo más formal y ha mantenido las horas"
Según la EPA, entre 2005 (primer año en el que se preguntó los motivos de tener un empleo a jornada parcial) y 2024 (último año disponible) la proporción de hombres cuidadores respecto de las mujeres cuidadoras saltó del 5% al 9%. Tomando el dato absoluto de los segundos trimestres, los hombres con jornada parcial han pasado de 4.200 a 33.900. Pero, y aunque suben, siguen siendo ampliamente superados por las mujeres trabajadoras a tiempo parcial por cuidados, que en el segundo semestre de 2024 eran 355.600.
En el caso de los hombres que en la EPA dicen estar inactivos (sin trabajar) por tener que cuidar de niños o de mayores el salto ha sido, en términos absolutos, de 13.800 (2005) a 66.000 (2024). En esos veinte años, el número de mujeres inactivas por cuidar bajó de 790.500 (2005) a 638.100 (2024). Los cuidadores inactivos ya representan un 10% respecto de las mujeres inactivas por motivo de cuidados.
Los cuidados en España siguen siendo tarea de las mujeres, con una tasa de parcialidad actual del 25,6% frente al 11,8% de ellos. Sin embargo, las expertas en igualdad de género consultadas reconocen como "una buena tendencia" el incremento en el número de hombres que deciden trabajar menos horas para dedicarse a cuidar más.
Teresa Jurado es socióloga, miembro de la Ppina (organización que aboga por los permisos de paternidad iguales, intransferibles y consecutivos) y directora del proyecto europeo 'Men in Care'. La experta dice que España estaba muy por debajo de países europeos como Dinamarca u Holanda en trabajo a tiempo parcial por cuidados, por lo que había margen para subir. En su opinión, y cita estudios europeos, "la explicación podría estar en que cuando los hombres empiezan a usar el permiso de paternidad de forma autónoma, es decir, que cuidan solos de sus hijos e hijas, cambian las pautas de empleo posteriormente".
En España, en torno a un 20% los padres usan el permiso de paternidad de manera autónoma, dice Jurado. "Pueden ser esos mismos los hombres que ven cómo les cambian las prioridades al nacer sus hijos. Como venía ocurriendo con las madres, que al ver al bebé pasan a sentirse responsables, eso también puede pasar con los hombres".
Jurado recurre a la antropóloga y primatóloga americana Sarah Blaffer Hrdy —que acaba de publicar en España 'El Padre en Escena' (Capitán Swing)— y que ha descubierto que en el siglo XXI cada vez más hombres se ocupan de los bebés, a veces desde su nacimiento. Perpleja por la pericia de los nuevos padres de todo el mundo, incluido su yerno, Blaffer ha rastreado la historia de la crianza masculina para descubrir que la transformación en estos hombres no es solo cultural, sino biológica. Jurado destaca precisamente ese hallazgo de que "a los padres cuando cuidan no solo les baja la testosterona, les varían las hormonas y áreas del cerebro, permitiendo respuestas idénticas a las de las madres".
Las hijas de Miguel del Río, Mencía y Maia, tienen ahora 5 y 2 años. Trabajar solo en horario de mañanas le permite "llegar a casa con más energía, aprovechar el tiempo y jugar con ellas a tope. No tener que llegar destrozado y decirles: 'Hala, entreteneos entre vosotras'". Cada tarde cambia a la pequeña Maia los pañales y, después, es el tiempo de juegos. Luego viene ya la hora de los baños, las cenas y de acostarlas.
En Badajoz, Ángel Manuel Liberal es quien lleva a la guardería a Moira, que tiene dos años, y también quien la recoge a eso de las dos de la tarde. En medio atiende sus encargos laborales. Carmen, la madre, trabaja a tiempo completo a distancia para una empresa catalana. "Me encanta estar con mi hija y tener tiempo de calidad con ella. Salimos al parque, cocinamos juntos. Y luego está la tranquilidad de saber que si se pone enferma no tienes que estar buscando quién se queda con ella, me gusta mucho ser yo quien se queda", explica.
"Entiendo que hay trabajos que te permiten más que otros hacerlo así", reconoce. "Yo puedo porque me dedico a lo digital. Trabajando desde casa es más fácil que para alguien que se dedica a la construcción".
Miguel y Ángel se saben parte de una generación nueva de hombres cuyas parejas tienen igual o mejor formación y proyección profesional que ellos. En sus hogares, la decisión de quién se encarga de los cuidados no se toma por género sino por cálculos de conveniencia y de mutuo acuerdo. Ninguno ha percibido hasta ahora reticencias en su entorno por dedicarse a criar, ni cuestionamiento de su masculinidad. Solamente las generaciones previas les han planteado en ocasiones que quizás no están aprovechando al máximo su potencial profesional, pero desde el respeto absoluto a sus decisiones vitales, dicen.
"A nadie le parece raro que sea yo quien trabaje menos para cuidar, y no Eva (la madre). Es verdad que no hay muchos ejemplos, pero tampoco es que les parezca algo raro y digan ¡Oh, qué milagro!", revela Ángel.
Jornadas flexibles vs. jornadas parciales
Para la secretaria confederal de Mujeres, Igualdad y Condiciones de Trabajo de Comisiones Obreras (CCOO), Carolina Vidal, el incremento de la parcialidad por cuidados entre los hombres tiene dos aristas: "Que haya más hombres que cuidan y que el número se vaya acercando a las mujeres, aunque seguimos siendo mayoritarias, significa que se va equilibrando la intensidad en que trabajamos mujeres y hombres y eso puede ser muy positivo. Pero no es positivo que tengamos que trabajar a tiempo parcial para cuidar. Eso no es una buena noticia", subraya, "porque entonces lo que falla son los sistemas de flexibilidad por conciliación en las empresas. Se necesitan alternativas a que haya que renunciar a un empleo y un salario digno para poder cuidar".
"Pienso en volver a un trabajo de ocho o nueve horas y me da un poco de pánico. Conozco gente ve a sus hijos dos horas al final del día y eso, a mí, me aterroriza"
La socióloga Teresa Jurado coincide en que las empresas tienen margen de mejora a través de la adaptación de las jornadas a los cuidados familiares. "La reducción de la jornada ya es un derecho, pero la adaptación, la flexibilidad, no lo es. Sigue siendo fruto de un pacto. La empresa tiene que aceptarlo o rechazarlo de manera razonada. Pero debería convertirse en derecho", defiende. "Mientras la conciliación familiar suponga una reducción de jornada y por tanto una merma de ingresos nunca va a ser masivo su uso por los hombres. Pesa demasiado la identidad de proveedor económico".
La secretaria de Igualdad de CCOO, Vidal, reconoce que la sociedad está cambiando. Que hay más pedagogía de los cuidados corresponsables, en el sentido de que esta tarea tiene que dejar de recaer exclusivamente sobre las mujeres. "Muy lentamente las mujeres se incorporan a puestos a tiempo completo e indefinido. Hay más mujeres indefinidas que nunca", informa. Sin olvidarse de que la EPA contempla el cuidado de personas mayores, Vidal menciona que el incremento se deba a la crisis de cuidados y opina que "ante una sociedad que envejece más y que quiere ser cuidada en casa se hace necesario que se reparta más el cuidado".
En el áreas de Igualdad que dirige echan en falta "más cultura de cuidados igualitaria en las empresas", pero también "políticas públicas", un pacto estatal de cuidados, que contemple la flexibilidad laboral para ejercer los deberes inexcusables de los menores, discapacitados y mayores. "Nos queda mucho por recorrer", señala Vidal.
El padre de Mencía y Maia, el editor de vídeo Miguel del Río confiesa que va a estirar su situación de parcialidad "todo lo posible". Ángel Manuel Liberal, a punto de ser padre por segunda vez, también desea mantener su situación de media jornada con la que ha ganado "tiempo, tranquilidad y felicidad". Le compensa y mucho, explica: "Pienso en volver a un trabajo de ocho o nueve horas y me da un poco de pánico. Conozco gente ve a sus hijos dos horas al final del día y eso, a mí, me aterroriza".