Los dos Milei

El primer Milei es el que corresponde a su primer año de gobierno. Es disruptivo, desafiante y mantiene bastante coherencia con su imagen de la campaña electoral. La alianza con Estados Unidos e Israel, el drástico ajuste económico y la "batalla cultural" caracterizan esta primera etapa.La "casta política" sigue siendo el enemigo principal. Sobre ella se siguen dirigiendo los ataques del presidente, que como hiciera en la campaña electoral, la ha ubicado como el enemigo principal en el campo político.Sondeo "Deterioro pronunciado": qué dice la encuesta que más preocupa a Milei de cara a las elecciones A pesar de la polarización, que fue una política exitosa para llegar a la Presidencia -como ha sucedido con otros líderes de Occidente- obtiene la llamada Ley Bases, un instrumento que le ha permitido encarar rápidas reformas y concentrar poder para hacerlo.El Congreso quedó neutralizado en los hechos a partir de que el Poder Ejecutivo prorrogara por decreto el Presupuesto del año anterior, situación que volvió a darse en el segundo año de gobierno. Se trata de una opción que, si bien bordea la institucionalidad, ha sido utilizada por varios presidentes en otras oportunidades.Javier MileiLogra estabilizar la economía y la popularidad de Milei se extiende fuera del país. Su "relación especial" con Trump y Musk es a la vez una señal de acceso político a los máximos conductores de lo que algunos llaman la "nueva derecha tecnológica", pero al mismo tiempo una manifestación también de acceso al poder.Pero a partir del 10 de diciembre de 2024, es decir en el inicio de su segundo año de gestión, esta situación mostró algunos cambios no dramáticos ni importantes, pero significativos políticamente. Este nuevo Milei sigue siendo un político importante, pero quizás no ya excepcional, como parecía serlo el primer año.Si ha tenido una caída en las encuestas, ésta no ha sido irreversible ni irremontable. Sigue siendo el político con mejor imagen de la Argentina. Pero las circunstancias lo han ido llevando a aceptar en los hechos que la negociación en la política es connatural a ella. Es que en democracia, difícilmente puede haber política sin negociación.Oficial Urgente | Trump elimina la Green Card a mexicanos, argentinos y todos los extranjeros que no cumplen este requisito La prórroga del Presupuesto por decreto sólo puede usarse ante una emergencia, pero el DNU para nombrar jueces de la Corte es más discutible, y la política así lo demostró. Milei pudo prorrogar el Presupuesto, que es la medida de gobierno más importante y la que da más poder de negociación a los gobernadores, pero no parece poder designar miembros de la Corte por este camino.Milei ha gobernado en los bordes de la institucionalidad y hasta ahora se ha mantenido dentro de ella. Pero la designación de miembros de la Corte por decreto pondría esto en discusión. Hasta el momento, el Congreso está mostrando muchos más bríos en su oposición a las designaciones de la Corte por decreto, que los que planteó frente a la prórroga del Presupuesto.La situación por delante es incierta, tanto para la candidatura del jurista Manuel García Mansilla como para la del juez Ariel Lijo. Ninguno de los dos tiene su designación asegurada y ambos enfrentan una oposición parlamentaria concreta.Amicus Curiae Carrió se presentó ante la Justicia contra el decreto de Milei que nombró jueces de la Corte Es que no parece haber necesidad y urgencia en nombrar nuevos miembros de la Corte ahora. El Máximo Tribunal venía funcionando con tres integrantes desde diciembre de 2024 y no mostraba una actitud hostil frente al Ejecutivo. Es más, a la incorporación de hecho de García-Mansilla a la Corte, asistieron los jueces Carlos Rosenkratz, Horacio Rosatti y Ricardo Lorenzetti, una clara muestra de predisposición a colaborar con el Gobierno.La Corte está integrada por dos miembros designados por Macri (Rosenkratz y Rosatti) y uno por Kirchner (Lorenzetti). Es lógico que el Gobierno prefiera tener a uno u otro de sus candidatos en el Máximo Tribunal, pero no lo es transformar el tema en un conflicto institucional que altere el funcionamiento de los tres poderes.En la política, como en la guerra, no todas las batallas se pueden ganar. El líder, como comandante, debe saber cuándo es necesario librarlas y cuándo eludirlas. En este caso, quizás el presidente se enfrascó en una batalla que no tenía verdadera "necesidad y urgencia". Además, los antecedentes del juez Ariel Lijo abrían grietas dentro de la propia coalición mileísta, a la vez que su designación lo obligaba a negociar con el kirchnerismo.Medidas Tras los incidentes en el Congreso, la medida de Milei que pega de lleno en los jubilados Quizás haya llegado el momento de que Milei asuma que por razones institucionales, él es un presidente como cualquier otro, con límites institucionales infranqueables. También, que un líder político se puede equivocar, y en este caso podría estar el intento de nombrar jueces por decreto para la Corte.Ret

Mar 17, 2025 - 03:34
 0
Los dos Milei

El primer Milei es el que corresponde a su primer año de gobierno. Es disruptivo, desafiante y mantiene bastante coherencia con su imagen de la campaña electoral. La alianza con Estados Unidos e Israel, el drástico ajuste económico y la "batalla cultural" caracterizan esta primera etapa.

La "casta política" sigue siendo el enemigo principal. Sobre ella se siguen dirigiendo los ataques del presidente, que como hiciera en la campaña electoral, la ha ubicado como el enemigo principal en el campo político.

A pesar de la polarización, que fue una política exitosa para llegar a la Presidencia -como ha sucedido con otros líderes de Occidente- obtiene la llamada Ley Bases, un instrumento que le ha permitido encarar rápidas reformas y concentrar poder para hacerlo.

El Congreso quedó neutralizado en los hechos a partir de que el Poder Ejecutivo prorrogara por decreto el Presupuesto del año anterior, situación que volvió a darse en el segundo año de gobierno. Se trata de una opción que, si bien bordea la institucionalidad, ha sido utilizada por varios presidentes en otras oportunidades.

Javier Milei

Logra estabilizar la economía y la popularidad de Milei se extiende fuera del país. Su "relación especial" con Trump y Musk es a la vez una señal de acceso político a los máximos conductores de lo que algunos llaman la "nueva derecha tecnológica", pero al mismo tiempo una manifestación también de acceso al poder.

Pero a partir del 10 de diciembre de 2024, es decir en el inicio de su segundo año de gestión, esta situación mostró algunos cambios no dramáticos ni importantes, pero significativos políticamente. Este nuevo Milei sigue siendo un político importante, pero quizás no ya excepcional, como parecía serlo el primer año.

Si ha tenido una caída en las encuestas, ésta no ha sido irreversible ni irremontable. Sigue siendo el político con mejor imagen de la Argentina. Pero las circunstancias lo han ido llevando a aceptar en los hechos que la negociación en la política es connatural a ella. Es que en democracia, difícilmente puede haber política sin negociación.

La prórroga del Presupuesto por decreto sólo puede usarse ante una emergencia, pero el DNU para nombrar jueces de la Corte es más discutible, y la política así lo demostró. Milei pudo prorrogar el Presupuesto, que es la medida de gobierno más importante y la que da más poder de negociación a los gobernadores, pero no parece poder designar miembros de la Corte por este camino.

Milei ha gobernado en los bordes de la institucionalidad y hasta ahora se ha mantenido dentro de ella. Pero la designación de miembros de la Corte por decreto pondría esto en discusión. Hasta el momento, el Congreso está mostrando muchos más bríos en su oposición a las designaciones de la Corte por decreto, que los que planteó frente a la prórroga del Presupuesto.

La situación por delante es incierta, tanto para la candidatura del jurista Manuel García Mansilla como para la del juez Ariel Lijo. Ninguno de los dos tiene su designación asegurada y ambos enfrentan una oposición parlamentaria concreta.

Es que no parece haber necesidad y urgencia en nombrar nuevos miembros de la Corte ahora. El Máximo Tribunal venía funcionando con tres integrantes desde diciembre de 2024 y no mostraba una actitud hostil frente al Ejecutivo. Es más, a la incorporación de hecho de García-Mansilla a la Corte, asistieron los jueces Carlos Rosenkratz, Horacio Rosatti y Ricardo Lorenzetti, una clara muestra de predisposición a colaborar con el Gobierno.

La Corte está integrada por dos miembros designados por Macri (Rosenkratz y Rosatti) y uno por Kirchner (Lorenzetti). Es lógico que el Gobierno prefiera tener a uno u otro de sus candidatos en el Máximo Tribunal, pero no lo es transformar el tema en un conflicto institucional que altere el funcionamiento de los tres poderes.

En la política, como en la guerra, no todas las batallas se pueden ganar. El líder, como comandante, debe saber cuándo es necesario librarlas y cuándo eludirlas. En este caso, quizás el presidente se enfrascó en una batalla que no tenía verdadera "necesidad y urgencia". Además, los antecedentes del juez Ariel Lijo abrían grietas dentro de la propia coalición mileísta, a la vez que su designación lo obligaba a negociar con el kirchnerismo.

Quizás haya llegado el momento de que Milei asuma que por razones institucionales, él es un presidente como cualquier otro, con límites institucionales infranqueables. También, que un líder político se puede equivocar, y en este caso podría estar el intento de nombrar jueces por decreto para la Corte.

Retroceder en esta iniciativa no sería una derrota, sino una señal de realismo político, y una muestra de que el presidente tiene capacidad de "adaptabilidad", lo que es fundamental para la subsistencia de los líderes políticos.