Mientras que el cardenal camarlengo , Kevin Farrell , debe ocuparse de las cuestiones administrativas, el resto de cardenales que han llegado a Roma están dedicando sus primeras reuniones a quitar de encima de la mesa las cuestiones urgentes para poder dedicarse a lo que más les interesa, delinear el perfil del nuevo Papa. Más que papables, en esta fase ellos piensan en prioridades del mundo y de la Iglesia católica para realizar un retrato robot del próximo cardenal que calzará «las sandalias del pescador». Tienen prisa por ponerse manos a la obra. «Me encantaría ver a alguien con el vigor, la convicción y la fortaleza de Juan Pablo II , me encantaría ver a alguien con la fuerza intelectual...
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