La villa romana de Jaén con increíbles restos de mosaicos y una necrópolis
Estos vestigios, habitados desde el siglo II d. C. al siglo IV d. C., corresponden a una domus y a un edificio para las actividades agropecuarias.

Las huellas de los antiguos romanos siguen muy vivas en muchos rincones de España. Aun con siglos de historia en sus espaldas, muchos monumentos han sobrevivido al paso del tiempo y se han convertido en auténticos reclamos turísticos, como el Teatro de Mérida, el Acueducto de Segovia, el Anfiteatro de Tarragona o las murallas de Lugo.
Por ejemplo, un yacimiento romano no muy conocido pero de gran valor es la Villa romana de Bruñel. Escondido en el interior de la provincia de Jaén, este yacimiento nos sorprende con sus bonitos mosaicos muy bien conservados. Concretamente lo encontramos en el término municipal de Quesada, en la vertiente oriental de la Sierra de Cazorla.
Una típica villa romana
"La de Bruñel es un claro ejemplo de la típica villa romana bajo imperial", señalan desde su web. El yacimiento está formado por una necrópolis ibérica del siglo IV a. C. y una zona de ocupación romana que estuvo habitada desde el siglo II d. C. al siglo IV d. C. y pertenecía a la provincia romana de la Carthaginense. Además, la ubicación de la villa no es arbitraria, ya que se sitúa en el camino que conectaba la antigua ciudad de Cástulo con la actual Guadix.
La ocupación de Bruñel por parte de los romanos se hizo en tres fases, lo que se refleja en la arquitectura de la villa. En la primera fase, que corresponde al siglo II d. C., se levantó este edificio de planta cruciforme irregular que tuvo contrafuertes, una cisterna y un arco de estructura circular.
De un edificio suntuoso a una villa agropecuaria
En la segunda fase de la villa, es decir, en el siglo III d. C., se añadió un atrium (el patio de la domus) rodeado de una galería de columnas. Alrededor de este se articulaban la mayoría de las habitaciones y el resto de estancias. Además, es en este momento cuando aparecen preciosos mosaicos con composiciones generalmente geométricas y medallones con figuras humanas. Por ejemplo, destaca el mosaico con una figura de Tetis, que actualmente se encuentra en el Museo de Jaén.
Finalmente, durante la tercera fase, en el siglo IV d. C., se demolieron parte de las estructuras anteriores y se reemplazaron por otras menos fastuosas y más adecuadas a la actividad agropecuarias. Así, se construyeron dos edificios, uno como zona de residencia sobre los restos de la villa del siglo III d. C., y otro como patio-corral con almacenes y cuadras. El final de la villa llegaría con un gran incendio ocurrido en el siglo V d. C. o en el VIII d. C.