La UE asume el riesgo de una guerra comercial con EEUU, apela a la unidad y estudia su alcance

La guerra comercial con Estados Unidos es una posibilidad para la Unión Europea y sobre esa tesis se empieza a trabajar ya en Bruselas, aunque casi nadie quiere que la sangre llegue al río con Trump tras el anuncio de aranceles al acero y al aluminio. De momento este miércoles han tenido una primera toma de contacto sobre el tema los ministros de Comercio de la UE justo después del anuncio de Washington, en un momento además en el que la Comisión Europea ha recordado que la política comercial es "competencia exclusiva" de la Unión y Bruselas está todavía estudiando el alcance que puede tener el órdago lanzado por la Casa Blanca.

En ese punto, tanto Francia como Alemania han apelado a la "unidad" de la UE y entienden que una guerra comercial "no beneficia a nadie", pero es algo que puede ocurrir. El mensaje es siempre el mismo: la Unión tiene vías para responder de manera "firme y proporcionada", dos palabras repetidas tanto por la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, o el comisario Maros Sefcovic, que todavía no ha iniciado contactos políticos con Washington porque está pendiente el nombramiento del secretario del ramo del lado estadounidense.

La UE, con todo, está empezando a 'armarse' para que la batalla con EEUU no le pille a contra pie, consciente además de que el escenario puede ser similar al de 2018, cuando Trump también aprobó tarifas similares y la cuestión acabó ante la OMC. Ahí tiene la UE su fortaleza "al actuar como un bloque", según explican fuentes comunitarias consultadas por 20minutos, que recuerdan al mismo tiempo que los países miembros no pueden negociar con Trump de manera particular, pues se trata de una cuestión netamente a 27.

"Cómo dije la última vez, siempre protegeremos nuestros intereses frente a medidas injustificadas en base a nuestros valores y ese momento ha llegado", expuso Sefcovic ante el Parlamento Europeo dando por hecha ya la guerra comercial y repitiendo que el paso dado por Trump es "desproporcionado" y "no está justificado". Ese es el resumen que se hace desde Bruselas; eso sí, todavía no se especifican las reacciones concretas que pueden salir del lado de la UE.

Mientras, la UE trata de reforzar las alianzas con otros actores para hacer frente a Donald Trump, y ese es el caso de Canadá. "La UE y Canadá también han demostrado que los acuerdos comerciales son claramente mejores que los aranceles comerciales", sostuvo en este sentido el presidente del Consejo Europeo, Antonio Costa, justo antes de una reunión precisamente en la capital comunitaria con el primer ministro canadiense, Justin Trudeau en la que también estuvo presente la propia Von der Leyen. "La historia entre la UE y Canadá es una historia de inversión y comercio beneficiosa, una historia de buenos aliados y amigos de confianza", explicó ante la prensa.

"La confianza es muy necesaria en un mundo impredecible", continuó la alemana, que compartió argumentario con su homólogo canadiense. "La amistad, la alianza entre Canadá y la UE se ha profundizado sustancialmente a lo largo de los años, en un momento en el que el mundo es mucho más impredecible en tantos aspectos", dijo en su caso, y añadió el facto de la "seguridad" a la pata comercial, después además de que Trump insistiera en la voluntad de convertir Canadá en otro estado de Estados Unidos. Canadá, de hecho, ya ha visto también como EEUU aprobaba aranceles en su contra, del 25%, aunque los ha dejado en suspenso por el momento.

"Unirse en temas como la seguridad, unirse en temas como la protección de la democracia, defender el Estado de derecho, así como unirse en la defensa de los valores compartidos, creando un mundo más seguro y más próspero, no solo para todos nuestros ciudadanos, sino para todos en el mundo, realmente nos impulsa hacia delante", terminó Trudeau. Trump lanza un órdago, o varios, y la UE busca unidad dentro y socios hacia fuera para hacerle frente.