A García Pulido le gustó y se gustó toreando al natural al tercero, un toro serio de Algarra, al que templó el toledano en series de excelente son. Fueron, sin duda, los mejores momentos de una tarde en la que el joven diestro dejó sobre la arena un concepto muy puro del toreo y una solvente capacidad. Todo muy templado, con torerísima pausa, bien colocado siempre, se le agradecieron sus formas con un trofeo. El sexto, de Ana Romero, peleó con genio en varas y llegó al último tercio exigente. García Pulido se batió el cobre ante el santacoloma al que llevó largo y metido en la muleta por el pitón derecho. Por ahí respondió el toro y lo dominó...
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