IMAGINO que algún lector habrá escuchado hablar de la «happycracia». La expresión pertenece a Edgar Cabanas y Eva Yllouz. Ambos supieron dar cuenta de que se ha instalado en la sociedad una especie de pseudo-felicidad obligatoria que nos aboca a tener que estar permanente de buen humor. Aunque no coincido con todas sus conclusiones, me parece que estos autores supieron ver muy bien esa suerte de presión social que todos sufrimos para no abandonar nunca la sonrisa ni el optimismo: ni siquiera en los momentos de mayor tensión o de dificultades. La filosofía de vida que ha instaurado la «happycracia» es la de hacer como si aquí no pasara nada. Cuando hay motivos para estar crispado, permanecer relajado. Cuando hay...
Ver Más