La primera evidencia física que demuestra que los gladiadores romanos combatieron con leones

Un grupo de investigadores encuentra mordeduras del animal en un esqueleto excavado en el yacimiento inglés de Driffield Terrace Alicante desentierra una villa romana “de incalculable valor” vinculada a la histórica Lucentum Las únicas evidencias sobre combates entre leones y gladiadores romanos las encontramos en piezas de cerámica y pinturas conservadas de la época, aunque seguramente muchos se imaginen esa espectacular escena por las recreaciones cinematográficas. Pero eso acaba de cambiar. Un estudio publicado en PLOS One ha descubierto la primera evidencia física: un esqueleto humano con signos de mordeduras del animal.  Un equipo internacional de arqueólogos y osteólogos evaluaron las lesiones identificadas en un esqueleto excavado en Driffield Terrace (York, Inglaterra), un yacimiento considerado como cementerio de gladiadores. Y encontraron evidencia esquelética “convincente” de una víctima humana atacada por un gran animal carnívoro, probablemente en el contexto de un combate espectacular de la época romana. “Las lesiones son consistentes con marcas de mordeduras de animales grandes. Contextualizamos y evaluamos esta evidencia en relación con los datos históricos y epigráficos, así como con el análisis zoológico de las marcas de mordeduras de diversos animales”, exponen en su artículo.  Lesiones en la espina ilíaca izquierda de 6DT19 Para su análisis, no se optó por un enfoque tradicional mediante la fotografía, porque no permitía medir la profundidad ni el volumen de la lesión, sino que se utilizaron métodos de escaneo de luz superficial 3D. Esto permitió un análisis más detallado de la forma y la posición de las lesiones, así como comparaciones tridimensionales con los comparadores faunísticos modernos.  “Se propone, con base en la evidencia arqueológica, médica y forense, que las marcas de mordedura en 6DT19 provienen de un felino grande, como un león. La forma es totalmente consistente con casos documentados de marcas de mordedura de felinos grandes”, señalan en sus conclusiones.  La mordedura se localizó en la zona de pelvis, lo que sugiere que no fueron parte de un ataque per se, sino más bien “el resultado de la recolección de carroña alrededor del momento de la muerte de este gladiador”.  La primera evidencia física Las marcas de mordeduras en la pelvis del esqueleto representan la primera confirmación osteológica de la interacción humana con grandes carnívoros en un escenario de combate o entretenimiento en el mundo romano. “Durante años, nuestra comprensión de los combates de gladiadores romanos y los espectáculos con animales se ha basado en gran medida en textos históricos y representaciones artísticas. Este descubrimiento proporciona la primera evidencia física directa de que tales eventos tuvieron lugar en este período, lo que redefine nuestra percepción de la cultura del entretenimiento romano en la región”, valora el autor principal, profesor de Antropología y vicepresidente de Estudiantes y Aprendizaje de la Universidad de Maynooth, Tim Thompson.

Abr 25, 2025 - 09:18
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La primera evidencia física que demuestra que los gladiadores romanos combatieron con leones

La primera evidencia física que demuestra que los gladiadores romanos combatieron con leones

Un grupo de investigadores encuentra mordeduras del animal en un esqueleto excavado en el yacimiento inglés de Driffield Terrace

Alicante desentierra una villa romana “de incalculable valor” vinculada a la histórica Lucentum

Las únicas evidencias sobre combates entre leones y gladiadores romanos las encontramos en piezas de cerámica y pinturas conservadas de la época, aunque seguramente muchos se imaginen esa espectacular escena por las recreaciones cinematográficas. Pero eso acaba de cambiar. Un estudio publicado en PLOS One ha descubierto la primera evidencia física: un esqueleto humano con signos de mordeduras del animal

Un equipo internacional de arqueólogos y osteólogos evaluaron las lesiones identificadas en un esqueleto excavado en Driffield Terrace (York, Inglaterra), un yacimiento considerado como cementerio de gladiadores. Y encontraron evidencia esquelética “convincente” de una víctima humana atacada por un gran animal carnívoro, probablemente en el contexto de un combate espectacular de la época romana.

“Las lesiones son consistentes con marcas de mordeduras de animales grandes. Contextualizamos y evaluamos esta evidencia en relación con los datos históricos y epigráficos, así como con el análisis zoológico de las marcas de mordeduras de diversos animales”, exponen en su artículo. 

Lesiones en la espina ilíaca izquierda de 6DT19

Para su análisis, no se optó por un enfoque tradicional mediante la fotografía, porque no permitía medir la profundidad ni el volumen de la lesión, sino que se utilizaron métodos de escaneo de luz superficial 3D. Esto permitió un análisis más detallado de la forma y la posición de las lesiones, así como comparaciones tridimensionales con los comparadores faunísticos modernos. 

“Se propone, con base en la evidencia arqueológica, médica y forense, que las marcas de mordedura en 6DT19 provienen de un felino grande, como un león. La forma es totalmente consistente con casos documentados de marcas de mordedura de felinos grandes”, señalan en sus conclusiones. 

La mordedura se localizó en la zona de pelvis, lo que sugiere que no fueron parte de un ataque per se, sino más bien “el resultado de la recolección de carroña alrededor del momento de la muerte de este gladiador”. 

La primera evidencia física

Las marcas de mordeduras en la pelvis del esqueleto representan la primera confirmación osteológica de la interacción humana con grandes carnívoros en un escenario de combate o entretenimiento en el mundo romano.

“Durante años, nuestra comprensión de los combates de gladiadores romanos y los espectáculos con animales se ha basado en gran medida en textos históricos y representaciones artísticas. Este descubrimiento proporciona la primera evidencia física directa de que tales eventos tuvieron lugar en este período, lo que redefine nuestra percepción de la cultura del entretenimiento romano en la región”, valora el autor principal, profesor de Antropología y vicepresidente de Estudiantes y Aprendizaje de la Universidad de Maynooth, Tim Thompson.

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