La mujer que ha acaparado la atención del papa y le ha hecho sonreír: "Veo a esta señora con las flores amarillas, qué bien"

Entre aplausos y con las puertas del hospital Gemelli de Roma abarrotadas de fieles y seguidores. Así ha reaparecido el papa Francisco, de 88 años, tras pasar casi 40 días ingresado por una neumonía bilateral.

El pontífice, que ha recibido el alta con "condiciones clínicas estables" y seguirá recuperándose en Casa Santa Marta, ha saludado durante unos pocos minutos a la multitud desde los balcones del Policlínico a la hora del Ángelus.

El religioso ha expresado entre sonrisas su gratitud por el apoyo recibido ante todos los presentes. Un momento y un mensaje que han tenido una destinataria especial: "Gracias a todos, veo a esa señora con las flores amarillas, qué bien", ha manifestado con la voz entrecortada, mirando hacia esa señora y sonriéndola a la vez que levantaba el pulgar de su mano derecha.

Entre los fieles congregados en las puertas del hospital se encontraba esta mujer, que no ha podido contener la emoción tras ser señalada por el papa en un día tan esperado por los religiosos. La señora, que ha acudido al altar instalado en honor a Francisco cada día desde su ingreso el 14 de febrero, portaba un ramo de flores amarillas, y tras él, un significado simbólico y especial.

El 21 de marzo se celebra en Argentina el Día de las Flores Amarillas, país de origen del pontífice. Según marca esta tradición, entregar un ramo de flores de este color a una persona es desearle una total "alegría, prosperidad y nuevos comienzos", además de "vitalidad" y "esperanza".

Pese a que el papa ha sufrido episodios graves por broncoespasmos en los que ha necesitado respiración mecánica, según ha revelado el equipo por el que ha sido tratado, este se encontraba "estable desde hace quince días". Por su parte, el doctor Sergio Alfieri sostiene que todavía quedan por delante meses de recuperación: "El periodo de reposo en la Casa Santa Marta continuará y permanecerá en convalecencia durante al menos dos meses".

Durante su breve saludo este domingo, la voz del pontífice se ha notado cansada y entrecortada. El cardenal Víctor Manuel Fernández sostiene que el religioso "necesita volver a aprender a hablar", pero que "su condición física general es la misma que antes".