La miniserie polaca llena de giros que arrasa en Netflix y expande el fenómeno Harlan Coben
Harlan Coben es el autor de la novela en la que se basa, luego de haber firmado hace años con la plataforma de streaming un acuerdo para llevar al audiovisual buena parte de su obra.

Han pasado siete años desde que, en 2018, Netflix acudiera al escritor norteamericano Harlan Coben con una curiosa oferta. La productividad del novelista ya era entonces obscena, y estaba plenamente probada su capacidad para pergeñar bestsellers. La plataforma de streaming quería aprovecharse de esto, y firmó un acuerdo según el cual adaptaría a partir de entonces hasta 14 novelas suyas, en forma de series y películas.
Salto al pasado 5 de marzo, cuando debutó en Netflix Solo una mirada. Este libro ya había sido adaptado con una serie francesa allá por 2017 con Virginie Ledoyen (el título está ahora mismo disponible en Amazon Prime Video), pero el éxito de la nueva versión ha sido brutal. Solo una mirada es una producción de origen polaco que hoy figura en el segundo puesto de series de habla no inglesa más vistas de Netflix, después de la serie colombiana Medusa que protagoniza Juana Acosta.
Ciñéndonos al caso español, Solo una mirada llegó en sus primeros días a coronar el top, y ahora está en el quinto puesto tras títulos como la susodicha Medusa, el documental Aitana: Metamorfosis, la serie Día cero con Robert De Niro y la italiana El gatopardo, adaptación del clásico de Lampedusa. Solo una mirada es, entonces, un notable éxito, y ha sido bendecido por la crítica mientras sigue encontrando espectadores y confirma el buen ojo que tuvo Netflix al fichar a Coben.
Ocurre, entonces, que antes de Solo una mirada ya se había desarrollado un buen puñado de adaptaciones de Coben, y todas siguen disponibles en Netflix por si ya la has terminado. Tenemos por ejemplo la británica No hables con extraños que protagoniza Richard Armitage y fue la primera serie del pack, lanzada en 2020. Luego están Quédate de mi lado y Por siempre jamás, ambas de 2021, y también tenemos una serie de origen español que en su día arrasó igualmente: El inocente, desarrollada por Oriol Paulo y protagonizada por Mario Casas, Aura Garrido y José Coronado. El atractivo de Coben es absolutamente internacional.
Que Solo una mirada sea polaca no es por otro lado excepcional, ya que antes de esta producción Bosque adentro (2020) o Ni una palabra (2022) también habían sido desarrolladas en Polonia. Solo una mirada continúa por tanto la expansión del fenómeno Coben adaptando una novela de 2004 (titulada originalmente Just One Look), y sus seis episodios de entre 41 y 52 minutos están siendo consumidos a toda velocidad por los suscriptores de Netflix. Pero, ¿cuál es el argumento?
Pues hablamos de un thriller lleno de giros que gira en torno a Greta, interpretada por Maria Debska. Eva es una diseñadora de joyas que cree tener una vida perfecta junto a su marido Jacek (Cezary Lukaszewicz), pero un día todo empieza a desmoronarse. Greta encuentra una foto vieja de su esposo rodeado de inquietantes personas desconocidas, lo que le lleva a investigar los secretos de su relación y el pasado de Jacek.
La situación se complica cuando Jacek desaparece, y Greta ha de alternar su investigación con la búsqueda frenética de su esposo, queriendo hallar la verdad tras la foto mientras se interna en un mundo siniestro. Solo una mirada alterna esta trama con los flashbacks previos a que Greta perdiera la memoria en un grave incendio, modulando un ritmo endiablado que ha enganchado irremediablemente a los suscriptores de Netflix.
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