La hija de Bill Gates desvela en un descuido que su padre padece Asperger: «Es torpe socialmente»
Fue en su propio libro de memorias cuando Bill Gates se sinceraba sobre su faceta más personal y a la vez desconocida para el público. En un capítulo en el que recordaba su infancia y desvelaba detalles del niño que fue Gates , el magnate confesaba un posible diagnóstico de autismo. «Era un niño hiperconcentrado. Me perdía tanto en lo que hacía que se me olvidaba comer. Probablemente, hoy me habrían diagnosticado autismo y eso es parte de mí», escribía Bill Gates en 'Source Code' reflejando la poca atención que recibió en una época en la que con generaciones más jóvenes pudo normalizarse el tema. Ahora, su hija Phoebe Gates ha desvelado en un descuido el diagnóstico real de su padre y que encaja con las sospechas que él mismo reconoció. Este fin de semana, la joven concedía una entrevista a Alex Cooper en el pódcast 'Call Her Daddy' y, en un momento de la conversación en la que hablaba de su experiencia en anteriores relaciones, Phoebe hacía referencia a cómo reaccionaba Bill al conocer a sus novios y desvelaba, pensando que él ya lo había contado públicamente, que tiene Asperger. Concretamente, el síndrome de Asperger es considerado como un trastorno del neurodesarrollo parte de los trastornos del espectro autista, y está caracterizado por los problemas que su hija advirtió. «Llevar a un chico a casa es aterrador para él. También es bastante gracioso para mí porque mi padre es bastante torpe socialmente, pero para los chicos creo que se ponen muy nerviosos. Dice que tiene Asperger», dijo explicando que a la hora de presentar a sus parejas a su padre, el empresario manifestaba dificultades en la interacción social. Según reconocía, en otros eventos sociales era Phoebe quien animaba a su padre a socializar, pues notaba que se encontraba incómodo en esas situaciones. «Nunca olvidaré el comienzo de la secundaria, antes de tener un novio en serio. Fue uno de mis primeros bailes, quizá en segundo o tercer año, y mi madre había inscrito a mi padre para que nos llevara al chico y a mí al baile juntos», comenzó a recordar una anécdota en la que Bill confundió el nombre de su novio. «Literalmente me moría. Pero, sinceramente, creo que ahora es más fácil para mí porque es divertido cuando le presentas un chico a tu padre; dependiendo de cómo reaccione, así es como sabes si será un buen chico o no», contó que también se mantuvo callado el resto del viaje. En una entrevista que concedió en febrero, Bill Gates se sinceraba sobre el trastorno que padece aunque todavía no le ponía nombre. «Siempre supe que era diferente en maneras que confundían a la gente en términos de mi nivel de energía e intensidad, y de ir y simplemente estudiar cosas. Y es un poco confuso cuando eres un niño, que eres diferente, o que la gente reacciona ante ti de ciertas maneras, o que tus habilidades sociales… te hacen fallar en varias cosas», expresó que sus padres trataron de que socializase con niños de su edad sin entender lo que le pasaba, pues no sería hasta que cumplió 40 años cuando le sugirieron por primera vez la posibilidad de que fuese autista.
Fue en su propio libro de memorias cuando Bill Gates se sinceraba sobre su faceta más personal y a la vez desconocida para el público. En un capítulo en el que recordaba su infancia y desvelaba detalles del niño que fue Gates , el magnate confesaba un posible diagnóstico de autismo. «Era un niño hiperconcentrado. Me perdía tanto en lo que hacía que se me olvidaba comer. Probablemente, hoy me habrían diagnosticado autismo y eso es parte de mí», escribía Bill Gates en 'Source Code' reflejando la poca atención que recibió en una época en la que con generaciones más jóvenes pudo normalizarse el tema. Ahora, su hija Phoebe Gates ha desvelado en un descuido el diagnóstico real de su padre y que encaja con las sospechas que él mismo reconoció. Este fin de semana, la joven concedía una entrevista a Alex Cooper en el pódcast 'Call Her Daddy' y, en un momento de la conversación en la que hablaba de su experiencia en anteriores relaciones, Phoebe hacía referencia a cómo reaccionaba Bill al conocer a sus novios y desvelaba, pensando que él ya lo había contado públicamente, que tiene Asperger. Concretamente, el síndrome de Asperger es considerado como un trastorno del neurodesarrollo parte de los trastornos del espectro autista, y está caracterizado por los problemas que su hija advirtió. «Llevar a un chico a casa es aterrador para él. También es bastante gracioso para mí porque mi padre es bastante torpe socialmente, pero para los chicos creo que se ponen muy nerviosos. Dice que tiene Asperger», dijo explicando que a la hora de presentar a sus parejas a su padre, el empresario manifestaba dificultades en la interacción social. Según reconocía, en otros eventos sociales era Phoebe quien animaba a su padre a socializar, pues notaba que se encontraba incómodo en esas situaciones. «Nunca olvidaré el comienzo de la secundaria, antes de tener un novio en serio. Fue uno de mis primeros bailes, quizá en segundo o tercer año, y mi madre había inscrito a mi padre para que nos llevara al chico y a mí al baile juntos», comenzó a recordar una anécdota en la que Bill confundió el nombre de su novio. «Literalmente me moría. Pero, sinceramente, creo que ahora es más fácil para mí porque es divertido cuando le presentas un chico a tu padre; dependiendo de cómo reaccione, así es como sabes si será un buen chico o no», contó que también se mantuvo callado el resto del viaje. En una entrevista que concedió en febrero, Bill Gates se sinceraba sobre el trastorno que padece aunque todavía no le ponía nombre. «Siempre supe que era diferente en maneras que confundían a la gente en términos de mi nivel de energía e intensidad, y de ir y simplemente estudiar cosas. Y es un poco confuso cuando eres un niño, que eres diferente, o que la gente reacciona ante ti de ciertas maneras, o que tus habilidades sociales… te hacen fallar en varias cosas», expresó que sus padres trataron de que socializase con niños de su edad sin entender lo que le pasaba, pues no sería hasta que cumplió 40 años cuando le sugirieron por primera vez la posibilidad de que fuese autista.
