La ciudad de Alemania que fue capital de un imperio y tiene la catedral más antigua del norte de Europa
Ubicada en la región de Colonia, la urbe combina una interesante y larga historia con sus balnearios de aguas termales.

Cerca de la frontera alemana con Bélgica y los Países Bajos, se abre paso la bonita ciudad de Aachen (castellanizado como Aquisgrán). Su larguísima historia y su rico patrimonio se complementan a la perfección creando un destino ideal para una escapada urbana.
A la sombra de otras grandes urbes germanas, esta ciudad que se convirtió en la capital del imperio de Carlomagno nos espera con una magnífica catedral construida hace doce siglos y un espectacular balneario donde relajarnos entre aguas termales.
Aquisgrán y Carlomagno
La majestuosa Catedral de Aquisgrán es el principal atractivo de esta ciudad de la región de Colonia. Construida alrededor del año 800, se convirtió en la primera catedral del norte de Europa y fue durante siglos el lugar de coronación de casi todos los reyes alemanes. En su estructura y diseño destaca la gran cúpula octogonal, el trono imperial, el coro gótico, la decoración interior de estilo bizantino y su importante Tesoro, que incluye objetos litúrgicos, manuscritos, libros, relicarios, esculturas, pinturas...
Este enorme templo fue mandado a construir por Carlomagno, rey de los francos, los lombardos y primer emperador del Sacro Imperio Romano Germano. La relevancia de Aquisgrán creció gracias a él, ya que convirtió la ciudad en su residencia y en la capital y centro político de su imperio. El emperador moriría aquí en el año 814 y sus restos permanecen en esta catedral declarada Patrimonio de la Humanidad en el año 1978, concretamente en la Capilla Palatina.
Del Ayuntamiento al balneario
Más allá del edificio religioso, la ciudad de Aquisgrán guarda muchos otros puntos de interés. Levantado sobre el recinto histórico del Palacio de Carlomagno y ubicado en el centro del casco antiguo, el Ayuntamiento destaca por su imponente fachada en la cual se pueden ver las figuras de cincuenta gobernantes en torno a Carlomagno, Jesús y el papa León III.
Por otro lado, no hay que olvidar el componente termal de la urbe, y es que sus aguas minerales ya fueron apreciadas por los antiguos romanos. A día de hoy, podemos disfrutar de ellas en las Carolus Thermen, un balneario con una piscina cubierta y otra al aire libre, quince saunas y baños de vapor y otras relajantes instalaciones, además de masajes y tratamientos de bienestar.
Como homenaje a esa cultura balnearia en Aquisgrán, se construyó en el casco antiguo un monumento bautizado como Elisenbrunnen. Este está formado por un vestíbulo abierto y dos pabellones, y cuenta con dos fuentes de agua con azufre que emana a una temperatura de 52 °C. A pesar de su fuerte (y desagradable) olor, se dice que esta tiene propiedades curativas.