¿La aspirina frena el cáncer? Cuidado, esto es lo que se investiga realmente
Un estudio en ratones describe cómo la aspirina ayudar a las defensas a luchar contra la metástasis, pero hay debate sobre si debería prescribirse para prevenir o tratar cánceres, porque también tiene riesgos.

La aspirina o ácido acetilsalicílico (AAS) nos acompaña desde sus síntesis en 1853. En 172 años ha dado tiempo a descubrir decenas de aplicaciones y contraindicaciones. Tras décadas de uso contra el dolor, fue desbancado en los noventa por el paracetamol. La aspirina refloreció en las consultas por su supuesta acción para prevenir infartos o trombos. Pero no ha resultado tan efectiva a largo plazo como se pensó. Ahora, se abre paso una nueva aplicación: aspirina contra el cáncer.
- Lo nuevo: Un equipo de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) ha demostrado que la aspirina activa ciertas defensas para que liquiden a células de cáncer invasivas antes de que puedan colonizar otros órganos, en lo que se conoce como metástasis Los resultados se han presentado en Nature.
- Ojo, sólo en ratones: Por ahora, este efecto se ha observado en modelos animales, así que es pronto para decir que la aspirina ayuda a luchar contra el cáncer (o más concretamente, la metástasis) en personas. Pero hay indicios de que en humanos el mecanismo sería similar al de los roedores.
- Lo que ya se sabía: Peter Elwood (Universidad de Cardiff, Reino Unido), ajeno a este nuevo estudio, recuerda que “en 1968 se mostró por primera vez el beneficio de la aspirina contra el cáncer al dirigirse a varios mecanismos biológicos que reducen el riesgo de propagación metastásica y de complicaciones vasculares en pacientes”. Más recientemente, Ruth Muschel y Serena Lucotti habían llegado a conclusiones parecidas a las que ha comprobado este estudio en ratones.
Los médicos ya se habían dado cuenta, aunque no se sabía por qué.
Desde el HCU Lozano Blesa de Zaragoza, el doctor Ángel Lanas se muestra esperanzado porque este estudio viene a confirmar algo que veía en su consulta. “Llevamos años investigando el efecto del AAS en el cáncer digestivo. Sabemos desde el punto de vista epidemiológico que las personas que toman diariamente AAS tienen menos riesgo de cáncer y una menor mortalidad asociada al cáncer”. Destaca en el SMC de España que el mecanismo no estaba claro. Ahora empieza a haber respuestas. La clave está en las plaquetas.
Así ayuda las aspirina a no extenderse (que no curar) el cáncer
El oncólogo Rahul Roychoudhuri, coautor de este nuevo estudio, no seguía la pista de los efectos de la aspirina sobre el cáncer. Él buscaba genes implicados en la metástasis. Y vio que hay variantes genéticas en las células de las defensas que las dejan como dormidas ante la expansión de células tumorales.
Ahí llega la aspirina. Volvemos a su efecto anticoaculante (descubierto a mediados del siglo pasado). Este efecto se debe a que la aspirina frena a unas enzimas llamadas ciclooxigenasas (COX). Las COX producen una sustancia (TXA2) que ayuda a coagular la sangre –es la amiga de las plaquetas–.
- ¿Qué tienen que ver las plaquetas con el cáncer? Directamente, poco. Pero sí con las células de las defensas. Esta policía del organismo puede permanecer dormida. ¿Cuándo? Cuando la TXA2 activa un gen que las adormece. Es como si TXA2 diera la orden a la policía del organismo para que se retire. Si quitamos la TXA2 de la ecuación, los linfocitos T contra el cáncer despiertan. Es como desatarlos.
¿Aspirina para todo el mundo?
Grupos como el Welsh Aspirin Group (WAG) abogan por el uso regular de la aspirina en la prevención y el tratamiento del cáncer. Se han notificado beneficios en cánceres colorrectales y otros del tubo digestivo, así como en mama, próstata y útero. Pero…
- No es todo tan positivo: Hay datos discrepantes, incluso en 2020 se llegó a asociar un mayor riesgo de cáncer en mayores con el consumo regular de aspirina. Es verdad que algunas revisiones recientes creen que el beneficio supera al del riesgo.
Al margen del cáncer, se sabe que la aspirina aumenta el riesgo de sangrado y que en algunas personas puede provocar serios efectos adversos. Según cuenta a Javier Yanes en la Agencia Sinc Gareth Morgan, portavoz del WAG, el estudio de Roychoudhuri subraya uno de los mecanismos de la aspirina contra el cáncer, pero “probablemente haya otros, ya que la aspirina afecta a muchos procesos biológicos que parecen relevantes para el cáncer”. Lo mismo subrayan Muschel y Lucotti: “No parece que esta sea toda la historia de la inhibición de la metástasis por la aspirina”.
- Estudio de Yang, Roychoudhuri et al. en ‘Nature’, 2025
- Ángel Lanas (Hospital Lozano Blesa de Zaragoza)
- Peter Elwood (Universidad de Cardiff, Reino Unido)
- Agencia Sinc