La Argentina fue el país de la región con el mayor crecimiento de empresas de triple impacto
En el país ya son 248 las compañías certificadas B y 600 que comenzaron a medir su impacto con la evaluación para obtener el sello verde.

Entre una serie de indicadores, marcos y certificaciones ESG (ambientales, sociales y de gobernanza), el Sistema B se propuso ser un estándar de referencia en el mercado en materia de sostenibilidad. Se trata de un modelo de certificación que distingue a aquellas compañías que no solo buscan rentabilidad, sino que también "generan un impacto positivo en la sociedad y el medio ambiente".
En 14 años, su crecimiento a nivel global fue exponencial: mientras que en 2011 había sólo 220 empresas certificadas -distribuidas en los Estados Unidos y Canadá- hoy esa cifra asciende a 9.625 en 102 países.
Argentina acompaña su crecimiento. Mientras que en América latina aumentó en un 32% la cantidad de empresas que certificaron con respecto a 2023, la Argentina lo hizo en un 48%, el mayor de la región. Así, suma un total de 248 compañías certificadas de 30 industrias y sectores diferentes.
Según comenta la organización, en 2024, más de 600 empresas argentinas empezaron a medir su impacto con la Evaluación de Impacto B para certificar en el corto plazo. En cuanto a la región, la Argentina se posiciona por detrás de Brasil y Chile con 345 y 277 empresas B, respectivamente.
En orden de relevancia, los sectores con más empresas certificadas en el país son: alimentos y bebidas; turismo y gastronomía; tecnología; textiles e indumentaria y el sector agropecuario. Durante el año pasado, los sectores que registraron mayor certificaciones fueron servicios profesionales; consultoría; el sector agropecuario; alimentos y bebidas, y construcción.
"En los últimos años vimos un aumento en la conciencia y la acción por parte de empresas y gobiernos, así como de las personas que, en su rol de consumidoras, también plantean expectativas y necesidades", explicó Marina Arias, directora Ejecutiva de Sistema B Argentina.
Entre los principales motivos que menciona la organización sobre el aumento en las certificaciones, se encuentran la validación internacional con la que cuenta la compañía; el reconocimiento que reciben por parte de los stakeholders en materia de sustentabilidad, y la facilidad que encuentran las empresas B para adecuarse a los criterios ESG -los estándares B están alineados a los marcos regulatorios vigentes en los principales mercados del mundo-.
"En breve están cambiando los estándares para certificar. Estamos en una época crítica a nivel global en materia ambiental y social, donde necesitamos dar un salto con los estándares para que la vara del movimiento B siga siendo lo suficientemente alta", detalló Arias sobre los nuevos estándares que aplicarán para la certificación y que comenzarán a regir en 2026. Marina Arias, directora ejecutiva de Sistema B Argentina.
La charla estuvo enmarcada en la campaña global por el Mes de las Empresas B que reunió a compañías certificadas como Brubank, Natura y Agua Segura, quienes detallaron sus planes en materia de sostenibilidad.
"Ser Empresa B implicó un cambio de mentalidad de todos los que somos parte de la compañía, para generar un triple impacto económico, social y ambiental. El 50% de los clientes de Brubank no habían tenido antes una cuenta bancaria ni una historia crediticia", explicó el fundador y CEO del banco digital, Juan Bruchou.
Qué miden la certificación B
Para certificar, las empresas deben obtener al menos 80 puntos de 200 en base a cinco áreas del negocio: Gobernanza, Trabajadores, Clientes, Comunidad y Medio ambiente.
"La certificación no es un punto de llegada, sino que demuestra que esa empresa está muy por arriba de los estándares promedio de la Argentina. Mientras que el promedio de las empresas en la Argentina -no certificadas- tiene 40 puntos, las empresas B tienen alrededor de 100 puntos. Estos son altos estándares de gestión socioambiental de por sí", señaló sobre la certificación que debe reevaluarse cada tres años y adaptarse a los nuevos requerimientos que se van actualizando.
Esta política busca evitar el greenwashing y el uso del sello verde como una herramienta de marketing por parte de las empresas. "Una empresa que no viene con convicción y un objetivo real de transicionar, no soporta el proceso. Quizás certifica y no vuelve a recertificar", indicó. Sin embargo, los números son positivos: el 93% de las compañías argentinas certificadas volvió a hacerlo en 2024.