Juzgan a un pediatra por abusar sexualmente de una paciente en Mallorca: "Me manoseó los pechos"
El acusado niega los hechos y asegura que se confundió de habitación por la excesiva carga de trabajo.

La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Mallorca ha celebrado este miércoles un juicio contra un pediatra acusado de abusar sexualmente a una joven en un hospital privado de la isla. El hombre se enfrenta a una multa de 11.000 euros por estos hechos, ocurridos en septiembre de 2021.
La vista ha comenzado con la declaración de la víctima, que en el momento de los hechos tenía 22 años, después de que la letrada de la defensa haya pedido que su cliente declarara en último lugar. La mujer ha asegurado que, estando en cama fuertemente medicada y bajo los efectos de los analgésicos, el pediatra irrumpió en la habitación y, sin mediar palabra, se acercó a ella con la intención de auscultarla.
Sin embargo, le bajó la bata y le tocó los pechos. "No tuvo nada que ver con un roce, me manoseó los dos pechos", ha afirmado. Asimismo, ha explicado que en un momento dado entraron dos enfermeras, punto en que el facultativo le volvió a subir la bata rápidamente, y que cuando se fueron, volvió con los tocamientos. "Pensé que no era extraño que un médico entre en la habitación, pero si no estás haciendo nada malo, no dejas de hacer su trabajo", ha añadido.
Tras poner los hechos en conocimiento del gerente del centro hospitalario, "lo echaron a los cinco minutos", ha recordado, aunque el médico sigue ejerciendo. Una de las enfermeras que entró en la habitación ha recordado que le "pareció extraño" que un pediatra estuviera en la habitación de una paciente adulta.
Por otro lado, el novio de la víctima en aquel momento ha explicado que estando él en la habitación, el pediatra regresó pero que se mostró "sorprendido" al acceder a la habitación. El testigo ha deslizado que se "disculpó" al entrar, aunque no tuvo más contacto médico con la mujer.
El jefe del servicio de Pediatría habla de "mala praxis"
También como testigo ha comparecido el jefe del servicio de Pediatría del hospital, que ha explicado que, más allá de los supuestos abusos, hubo varias razones que justificaron que se le apartara inmediatamente del servicio. "Lo primero que tenía que hacer era identificarse. Lo segundo es que trabajamos con menores y nunca se hace una exploración sin la presencia de padres o tutores. Además, el simple hecho de que la paciente se sintiera violentada indicaba que la exploración no había sido correcta y había habido una mala praxis", ha explicado.
El facultativo ha admitido que el pediatra podía haberse confundido de habitación, ya que en aquel momento el área pediátrica estaba bloqueada para pacientes covid, por lo que en los mismos pasillos había adultos y pacientes pediátricos. En todo caso, ha añadido que la víctima "para nada" podía confundirse con una adolescente.
El jefe de servicio de Pediatría ha explicado que hasta ese momento no habían tenido constancia ni conocimiento de comportamientos irregulares por parte del acusado, "y menos de esta índole". Pero ha matizado que a posteriori algunas enfermeras hicieron comentarios sobre comportamientos parecidos. Según se ha puesto de manifiesto, el procesado ya había sido denunciado, aunque aquella causa se archivó.
La versión del acusado
El acusado, por su parte, ha declarado en último lugar y ha negado los hechos que se le atribuyen, asegurando que accedió a la habitación de la víctima por error debido a la carga de trabajo -llevaba ese mes más de 300 horas trabajadas- pensando que tenía que atender a un menor con una gastroenteritis y que le auscultó el tórax porque le dijo que había pasado el coronavirus. "No me dio la impresión de ser una paciente mayor de edad porque estaba tumbada, tapada y llevada una mascarilla", ha señalado.
El hombre ha argumentado que ante la ausencia de un adulto, abandonó la habitación con la intención de volver más tarde. En la segunda visita, ha admitido que por una cuestión de tiempo y porque tenía más pacientes de atender, realizó la auscultación en ausencia de padres o tutores. Así, ha defendido la praxis y ha asegurado que en ningún momento le tocó los pechos con la mano, sino que simplemente con el fonendoscopio apartó levemente una de las mamas.
El médico ha insistido en que en ningún momento detectó incomodidad por parte de la mujer y ha añadido que no desató ni soltó la bata porque era bastante holgada para poder hacer una auscultación cómodamente. Cuando fue consciente del error, ha continuado, regresó a la habitación para disculparse.
Respecto a su salida del servicio de pediatría, que se le comunicó en ese momento aunque terminó su jornada, el facultativo ha dicho que personal del centro le indicó que era lo mejor porque el padre era "visceral" y la madre "muy problemática". Ambos eran empleados del hospital. "No vaya a ser que te metan una puñalada", ha recordado que le dijeron.
El procesado ha atribuido la denuncia, que se registró un mes después, a la posibilidad de que la auscultación fuera "demasiado minuciosa" o a que la madre era una "histérica". "Era siempre muy borde y muy grosera", ha añadido.
La representante del Ministerio Público considera que estos hechos son constitutivos de un delito de abuso sexual e interesa que el pediatra sea condenado al pago de cerca de 11.000 euros. Fiscalía ha retirado la indemnización que reclamaba inicialmente tras renunciar a ella la víctima, pero mantiene la inhabilitación para trabajar con menores.