Juanes, íntimo: su pasión por Gardel, las críticas en las redes y sus zonas vulnerables; “Hubo una época muy oscura en mi vida

En una profunda charla, el artista colombiano reafirmó su cercanía con los argentinos y anunció la salida de un nuevo disco y tres shows en el país antes de fin de año

Feb 16, 2025 - 07:01
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Juanes, íntimo: su pasión por Gardel, las críticas en las redes y sus zonas vulnerables; “Hubo una época muy oscura en mi vida

Cuando el 9 de agosto de 1972, Juan Esteban Aristizábal, conocido artísticamente como Juanes, nació en Medellín, habían pasado 37 años del fallecimiento de Carlos Gardel en esa misma ciudad colombiana, como consecuencia de un accidente en la pista del aeropuerto local. Moría la estrella de la canción y nacía el mito. Una leyenda que, curiosamente, atravesó la vida del cantante.

“Soy el menor de seis hijos y tanto mi padre como mi hermano mayor se la pasaban cantando las canciones de Carlos Gardel, viendo sus películas, escuchando sus vinilos, era un fanatismo, una obsesión”, explica el artista paisa. Esa devoción por el tango gardeliano se embebió en ese niño que, rápidamente, se contagió del fervor por el arte del Morocho del Abasto.

La entrevista con LA NACION se realiza a pocas cuadras del Palais de Glace, el histórico reducto que fue un conspicuo salón de baile en las primeras décadas del siglo pasado. El cronista le cuenta a Juanes que, según dicen los estudiosos del tango, en una rencilla acontecida en la puerta de ese lugar, Carlos Gardel habría recibido un tiro y que, si bien los médicos que lo atendieron en el hospital Ramos Mejía lograron salvarle la vida, entendieron que retirar la bala del cuerpo era peligroso. Según trascendió, el Zorzal Criollo vivió con ese dispositivo en su cuerpo. “No puedo creerlo”, dice, “creo que he estado en ese lugar, alguna vez”.

Esta nueva visita a nuestro país incluyó, además de tareas promocionales, un concierto multitudinario en el Fiesta Nacional de la Confluencia que se realiza regularmente en la provincia de Neuquén y donde fue aplaudido por más de 200.000 personas que llegaron hasta el bello predio lindante con el río Limay.

En su concierto, Juanes se despachó a gusto con su versión del tango “Volver”, uno de los temas esenciales del repertorio gardeliano. Además, hizo lo propio con “Cuando pase el temblor”, homenajeando a Soda Stereo. Indudablemente, su vínculo con Argentina es estrecho. “Fue chévere estar en Neuquén ante tanta gente, me sentía como en mi casa”, cuenta.

Cordial y con ganas de charlar, recurrentemente se refiere a su interlocutor como “hermano”, un latiguillo fraternal que acerca la charla y potencia su afectuosidad. El músico ya anunció su regreso al país antes de fin de año, ya que se presentará el 28 de octubre en el Movistar Arena -donde los tickets a la venta ya están disponibles-, dos días después en Mendoza y luego en Córdoba, donde cerrará su nuevo tour por Argentina el 31 de octubre.

Su vínculo con la Argentina es sanguíneo. Podría decirse que casi irracional. “A los nueve o diez años, me vestía de gaucho y cantaba ‘Zamba de mi esperanza’ en el colegio”.

-Carlos Gardel, en sus comienzos, también lucía ese tipo de atuendo.

-Con mi tía Pastora, que en paz descanse, nos sentábamos con los discos de Los Chalchaleros y Los Visconti y yo, vestido de gaucho, escuchaba eso.

Luego, en su adolescencia, otros sonidos lo marcaron igual de potente: “Fue el tiempo de Soda Stereo y Gustavo Cerati”.

“Hablar de Juanes es narrar parte de la historia de la música en Latinoamérica y el mundo”, explicó el gran músico dominicano Juan Luis Guerra en el prólogo de la biografía de Juanes titulada 1,576,800,000 segundos. No se equivocó.

El músico de Medellín ha marcado con su arte la idiosincrasia de la amplia región hermanada por los sonidos latinos y, así como recibió influencias puntuales de los más diversos géneros y poéticas, también él es un indiscutido referente con llegada no solo al público, sino también a las generaciones más jóvenes de músicos.

Lo que viene

Ahorita terminé de grabar mi nuevo álbum, junto con Nico Cotton, que es argentino”. Se sonríe entendiendo que, más allá de los valores profesionales del reconocido productor, también ese lazo con nuestro país reforzó el trabajo compartido. “Estoy feliz con los resultados, es un disco muy chévere, personal y alegre”. El material verá la luz este año.

-¿Existe el método para componer?

-Mi método es el caos, no puedo organizarme. La creación es algo que viene acompañado de la duda y siempre está la búsqueda de por medio. Si no sales a pescar, no vas a lograr nada. Hay que estar ahí, conectado, con los instrumentos, cantando.

-Disponible.

-Disponible. La inspiración es extraña, pero esa información te lleva a algún lado que no sabes cuál es. Cada presentación del autor de

De a poco, Juanes va relacionando algunas dinámicas de trabajo con el contexto de su propia vida. De allí emerge buena parte de su todo como músico. “Hubo una época muy oscura de mi vida, con mucha tristeza, donde me bloquee creativamente. Fue horrible, me sentaba y no tenía ni idea de lo que quería decir. Esa experiencia me enseñó a que siempre tengo que estar activo, escribiendo, tocando, escuchando música y viendo películas, buscando y alimentando mi imaginario para poderme motivar y que surjan los sentimientos”.

-¿Descartás mucho material?

-Sí, pero lo más loco es que descarto cosas que, luego, termino usando. Me ha pasado de componer una melodía o una letra y no darle importancia, guardarla y, a los dos o tres años, al volver a escucharla, me doy cuenta que ahí hay algo.

-Se resignifica.

-Y toma otra vida, por eso trato de no borrar casi nada.

-¿Es un mito pensar que el dolor inspira más que la placidez?

-Tiene algo de realidad. Cuando te enfrentas a tus propios miedos o estás en un momento complejo hay más necesidades de sacar eso para afuera. Cuando estás demasiado relajado, no surge mucho. En cambio, cuando me cuestiono o aparece un pensamiento más crítico es cuando, realmente, puedo crear.

-¿Qué dolor te marcó especialmente y pudiste canalizar en tu arte?

-La muerte de mi padre, que, en mi casa, era una figura muy importante. La música me ayudó a canalizar eso, incluso compuse una canción para él. También me han inspirado mi madre, mis hermanos, mis hijos… El amor es tan poderoso y tan fuerte, que te duele. Cada vez que tengo un dolor o una alegría muy grande, trato de ver cómo puedo encontrar la música en eso, lo canalizo.

El año pasado, el artista contó, a través de sus redes sociales, su lucha contra la depresión, contra la cual lucha día a día y hoy logra mantener alejada.

Hacer un racconto de la trayectoria de Juanes implica sumergirse en hits grabados en la memoria colectiva y en cifras sorprendentes. El autor de “A Dios le pido” “Fotografía” y “La camisa negra” lleva recibidos 29 premios Grammy, tanto en la edición latina como norteamericana, y, hasta la fecha, ha vendido más de quince millones de discos desde que debutó en solitario con su álbum Fijate bien.

Fanatismos

-Millones de seguidores en buena parte del planeta, una quimera reservada para pocos. ¿Cómo es tu vínculo con el público?

-El vínculo con la gente es increíble. Siempre, antes de un show, pienso “no conozco a nadie aquí, ni ellos saben quién soy yo como persona”, más allá de mis canciones que pueden mostrar un lado de mi alma. Es muy loco ese encuentro, por eso, cuando los escucho cantar mis canciones o me los encuentro en un aeropuerto, mi agradecimiento es total. Jamás podría negarme a una foto o a oír un comentario. ¿Cómo podría hacer eso con alguien que se toma su tiempo para escuchar mis canciones? Con las redes sociales, es muy loco lo que sucede. En su reciente presentación a orillas del río Limay, en Neuquén, el músico se acercó al público y se mezclo entre sus fanáticos para interpretar el tema

-Hay una cercanía mayor, pero virtual.

-Prefiero el hecho en persona, lo de las redes sociales es demente. Allí puedes leer “te amo”, “eres lo máximo” o “eres lo peor”, “cantas horrible”, “odio tu canción”.

-Una serie muy impuesta es Bebe reno, cuyo argumento gira en torno a un fanatismo patológico. ¿Te ha sucedido algo de ese estilo?

-Así de grave no me ha sucedido nada, por suerte.

Filantropía

En paralelo a su actividad artística y capitalizando su llegada y su influencia tanto en la gente como en las autoridades de los países, Juanes realiza una notable tarea social a través de su fundación Mi sangre, a través de la cual se ocupa de diversas aristas que hacen a los problemas sociales de Colombia y de América Latina.

Algunas de las tareas de Mi sangre están abocadas a erradicar las minas terrestres en el país natal del músico. Además, en Medellín, su terruño, abrió un centro con instalaciones especiales para personas con discapacidad. En 2009, ocupado por la problemática regional, encabezó un concierto por la paz en La Habana, Cuba, en compañía de otros quince artistas.

“Llevamos diecisiete años de trabajo con la Fundación. Es un trabajo hermoso y difícil. A través de las historias de la gente tomas conciencia de las realidades que tienen, pero también allí aparece la inspiración para salir adelante. En Colombia, un país con tantos problemas, ves gente que, en medio de la dificultad, busca la manera de salir adelante”.

La sinergia con su propio metier es también un modo de canalizar la tarea social: “A través del arte se busca traer la paz en el imaginario de las personas, eso también hace la Fundación”. En su propia experiencia apareció el modo de vincular la música con la resiliencia social: “El arte había sido transformador para mí, me había salvado muchas veces y, de alguna manera, quise ver cómo se podía repetir eso en otros”.

A la altura de sí mismo

Compositor, cantante e instrumentista. Juanes entiende la música desde la completud de sus recursos. Su obra se define en la mixtura, en la paleta de colores que amalgama sus raíces latinoamericanas con el rock.

Llegó allí con un bagaje que también incluía la influencia, ya no sólo de Carlos Gardel, sino también de Los Visconti o Los Panchos. De esa textura variopinta emergió hasta encontrarse con el rock en su camino. Basta recordar que sus inicios se dieron como cantante y guitarrista de Ekhymosis, una sonada banda colombiana de heavy metal. En la década del noventa, cantó las hurras y se marchó a Los Ángeles, donde inició su trascendente carrera solista. El resto del cuento es bien conocido.

-Con una trayectoria tan destacada sobre tus espaldas, ¿te planteás ante cada nuevo paso estar a la altura de vos mismo o esa es una presión que no cuenta?

-Sí y es horrible. Es algo que uno debe dejar ir. A veces, en algún concierto, puedo equivocarme en una nota con la guitarra y me termino dando látigo toda la noche. Empiezo a enloquecer, pero uno es un ser humano, comete errores. Y, arriba de un escenario, hay tantas cosas que te pueden afectar, desde el clima hasta la electricidad...

-Es un hecho vivo...

-Y el público también afecta, pero he aprendido a perdonarme, a convivir con mis defectos. Y entendí que las cosas llegan a ti cuando estás preparado y te las mereces.