Juan Becerra Acosta*: Oposición, al diván
De la misma manera en que una persona puede desarrollar un trastorno mental, o rasgos suyos, una organización es también susceptible a presentar conductas que sugieran sicopatologías; finalmente instituciones, organismos, empresas, asociaciones y hasta partidos políticos están integrados, dirigidos y operados por personas y, en el caso de los últimos, sus integrantes tienen una afinidad ideológica además de –aparentemente– un objetivo común.
