Guerra de aranceles: ¿crisis como en los 30 o reconfiguración estratégica?

El impacto y las consecuencias de los recientes cambios en la política comercial de los Estados Unidos

Mar 7, 2025 - 04:22
 0
Guerra de aranceles: ¿crisis como en los 30 o reconfiguración estratégica?

La guerra de aranceles iniciada por el presidente Donald Trump de los Estados Unidos trae a la memoria las decisiones tomadas por ese mismo país en 1930 para paliar la crisis económica y financiera. La medida más resonante fue la Ley Arancelaria Smoot-Hawley de 1930 que tuvo sus correspondientes represalias desde países desarrollados, como Reino Unido. Este último aplicó la denominadas Preferencias Imperiales para la Commonwealth británica por los Acuerdos de Ottawa de 1932. El rally proteccionista de la época profundizó la crisis económica y contribuyó al aislacionismo y al nacionalismo que culminó en la Segunda Guerra Mundial.

Si tomamos tal antecedente como telón de fondo, la primea pregunta que nos podemos formular es si estamos en presencia de un caso equivalente. Cabe recordar que el mismo presidente norteamericano firmó como su primera decisión ejecutiva al inicio de su anterior mandato la salida del país del Transpacific Partnership (TPP, por su siglas en inglés) que se reformuló sin dejar rastros relevantes en el sendero de los mega acuerdos comerciales. También impulsó otras iniciativas, como abandonar ámbitos de negociación relativos al cambio climático y medioambiente, y el cuestionamiento al tribunal de solución de controversias de la OMC.

Si se lo analiza desde cierta perspectiva, sus decisiones no parecen nacer de un evento aislado o un proceso circunstancial, sino de un diagnóstico y prospectiva diferente a las de los denominados “globalistas”. Ésta podría sintetizase como una cosmovisión surgida de lo que algunos denominan la segunda guerra fría, en la que variables políticas, económicas y sociales generan un entorno complejo. Hasta cierto punto, recuerda las tensiones entre las grandes potencias de inicios del siglo XIX en la que dicho país honró su rol de potencia emergente aislacionista.

La segunda es si los cambios propiciados de su política comercial serán aplicados de manera integral y en profundidad, o es parte de una agenda de negociación. Los antecedentes y una economía sólida permiten pensar de que se trata más bien de esto último, ya que coincide con su diagnóstico y su enfoque de gestión. Al respecto, puede pensarse a partir de la siguiente interpretación: elevados déficits comerciales del país que se compensan con la demanda de divisa norteamericana y títulos del Tesoro. Esto último es el resultado de elevados y crecientes déficit fiscales y de las familias y una peligrosa pérdida de dinamismo productivo y seguridad estratégica frente a países como China. Esto conlleva un riesgo geopolítico y geoeconómico de alta incidencia.

En este marco, la estrategia podría basarse en una reconfiguración de la economía norteamericana en el mediano y largo plazo, impulsando la necesaria demanda de dólares y deuda del Tesoro de los Estados Unidos en el corto plazo. Para ello, la inestabilidad global, los conflictos militares y tensiones geopolíticas generan un entorno propicio para lograrlo.

Finalmente, este escenario aumenta la cantidad y complejidad de los dilemas de los demás países. Europa está en una situación crítica debido a su posicionamiento frente a Rusia y Ucrania, resultado de sus políticas públicas, decisiones internacionales ambiguas y unos Estados Unidos que hace un guiño a Rusia, pívot esencial en la historia moderna y contemporánea. En el caso de algunos países latinoamericanos, como la Argentina, los hechos y perspectivas aumentan la tensión intelectual y política interna, dada la dualidad política y económica frente a Estados Unidos y China, y a su alto grado de vulnerabilidad ante cambios de la economía internacional.

En conclusión, la aceleración que imprimió el presidente Donald Trump deja a la mayoría de los demás países sobre el filo de una navaja. El incremento del riesgo sistémico exógeno requiere una prudente gestión para que no dispare crisis y conflictos, internos y externos, potencialmente incontrolables, tal como ocurrió en los años treinta.

Vicerrector Económico de la Universidad del Salvador (USAL)