Gobernanza corporativa: el mejor antídoto contra la corrupción
Forbes México. Gobernanza corporativa: el mejor antídoto contra la corrupción Además de fortalecer los controles internos, las empresas deben reforzar sus mecanismos de gobierno corporativo. Gobernanza corporativa: el mejor antídoto contra la corrupción Invitado Forbes

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Gobernanza corporativa: el mejor antídoto contra la corrupción

Por Horacio Arredondo*
El peor desempeño histórico de México en el Índice de Percepción de la Corrupción 2024, elaborado por Transparencia Internacional (TI), no deja lugar a dudas. En dos años, el país ha caído cinco puntos (-5), situándose con 26 puntos en el puesto 140 de 180 en el ranking. También han caído fuertemente Estados Unidos (-4), Francia (-4) o España (-4), y dos tercios de los países puntúan menos de 50, lo que los sitúa en niveles de corrupción “extremadamente elevados”. Los esfuerzos para combatir la corrupción en el mundo han sido claramente insuficientes.
Este año, además, el reporte de TI hace especial énfasis en la relación entre la corrupción y la crisis climática, alertando que “millones de dólares de fondos climáticos corren el riesgo de ser saqueados o mal utilizados”. Es evidente que, en un contexto de impunidad, la corrupción se dispara y la capacidad de los países para abordar el cambio climático se reduce, con el correspondiente costo que tiene para la credibilidad de las instituciones en los países afectados.
Pero este es un tema transversal: implica tanto a gobiernos como a particulares, es decir, nos concierne a todos. Tradicionalmente, se ha asociado la corrupción (y sus consecuencias) al sector público. En diciembre, el Inegi reveló que el 14% de la población adulta en México ha experimentado actos de corrupción de parte de servidores públicos. Sin embargo, la corrupción también afecta gravemente al sector privado. Allí, los actos de corrupción pueden ser cometidos en connivencia con el sector público o entre actores privados de múltiples formas, impactando negativamente en la cultura corporativa, la competitividad, los resultados y hasta la reputación empresarial.
Según el informe Occupational Fraud 2024: A Report to the Nations, en América Latina, los esquemas de fraude laboral más extendidos involucran corrupción (55%), facturación fraudulenta (25%), activos no monetarios (23%), sustracciones (15%), manipulación de cheques y pagos (11%) y rembolsos de gastos fraudulentos (9%), entre otros. La mayoría se descubren por una denuncia anónima (55%), una revisión administrativa (23%) o una auditoría interna (15%), así como otros métodos de detección. Estos mecanismos de control, aunados a códigos de conducta y políticas antifraude, disuaden sólo parcialmente los actos de corrupción.
Por ello, además de fortalecer los controles internos, las empresas deben reforzar su gobierno corporativo, ya que el rol de vigilancia de los consejos de administración es vital en este sentido. Contar con prácticas sólidas de gobierno corporativo, que fortalezcan la transparencia y la rendición de cuentas, puede reducir el riesgo de fraude y corrupción. Estas prácticas, a su vez, aumentan la confianza de los grupos de interés o stakeholders de la organización, especialmente la de los inversionistas.
Así, la cultura de la ética empieza en los propios consejos de administración, evitando y declarando posibles conflictos de interés, y estableciendo lineamientos claros para su manejo.
Asimismo, la alta dirección debe promover una cultura de integridad, donde los dilemas éticos se aborden con transparencia y responsabilidad. Pero estos esfuerzos no pueden quedar en la cúpula empresarial, es necesario que permeen a toda la organización a través de mecanismos de capacitación y comunicación que aseguren su comprensión y aplicación en todas las áreas, fortaleciendo la confianza entre colaboradores, clientes y otros stakeholders.
En definitiva, la corrupción es un gran obstáculo para el progreso. Como subraya el reporte de TI, superarla es fundamental para construir sociedades más pacíficas, resilientes y sostenibles. El sector privado juega un papel clave para combatir la corrupción al activar mecanismos de gobierno corporativo que establezcan una cultura de integridad, supervisión y transparencia dentro de las organizaciones.
Sobre el autor:
*Horacio Arredondo es decano de EGADE Business School del Tecnológico de Monterrey.
Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.
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