Gallardo cree, pero River no arranca: los cuatro puntales del equipo para cambiar la cara ¿esta noche?
El DT sabe que su equipo todavía está en deuda por su juego, más allá de los resultados

River no arranca. Ya pasaron los primeros quince compromisos del año y todavía no se puede percibir una mecánica de juego. Ni siquiera una sucesión de partidos interesantes que permitan potenciar a corto plazo esa “paciencia” que pide Marcelo Gallardo. El equipo llegó a la fase de grupos de la Copa Libertadores sin una formación consolidado, con poca efectividad goleadora y sin niveles individuales en alza. Los chispazos de buen juego duran realmente muy poco y son escasos los puntos que se destacan.
Franco Armani es el mejor jugador del año, como sostén absoluto; Gonzalo Montiel, con un desgarro de por medio, es el mejor refuerzo; Paulo Díaz fue el único que se ganó la titularidad desde el banco, y Franco Mastantuono, con 17 años, es la pieza más desequilibrante. Cuatro gotas en un mar de deudas que intentará empezar a saldar este martes por la noche ante Barcelona de Guayaquil en un Monumental sin público, por la segunda fecha del Grupo B de la Copa Libertadores.
Cuando Gallardo regresó al club en agosto de 2024 habló de un “tren en marcha” al que se subía para “tratar de acomodarlo lo más rápido posible”. Desde aquella declaración pasaron ocho meses, en los que jugó 39 partidos con 17 victorias, 17 empates y cinco derrotas, incluidos los golpazos frente a Atlético Mineiro en semifinales de la pasada Libertadores y ante Talleres en la reciente Supercopa Internacional.
En ese tiempo incorporó 12 refuerzos (cuatro el año pasado y ocho en 2025), por los que invirtió más de 50 millones de dólares. Una enorme expectativa que aún no se trasladó al campo de juego, más allá de algunas estadísticas positivas: River ha tenido escasos momentos de lucidez futbolística. El tren ya es exclusividad del Muñeco, pero todavía sigue buscando el mejor carril para acelerar.