Francisco Comesaña, el chico de la risa contagiosa: jugó casi siete horas en dos partidos y avanzó a los cuartos de final del Río Open
El marplatense venció al 47° del mundo, el chileno Jarry, y ya es uno de los mejores ocho del ATP 500 carioca; en la reedición de la final 2024, Báez derrotó a Navone

RÍO DE JANEIRO.- Francisco Comesaña desembarcó en los octavos de final del Río Open, el ATP Tour de mayor jerarquía de la región (de categoría 500), después de haber ganado el cuarto match más largo en los 14 años del certamen. Fue el lunes, con tres horas y 21 minutos ante el local Gustavo Heide, sólo 29 minutos menos que el partido más extenso. El nuevo desafío del marplatense era de mayor escala: ante un top 50 como Nicolás Jarry (Chile, 47°) y en el court central. Pero “Come”, el chico de risa contagiosa, superó el obstáculo con optimismo, jugando -otra vez- más de tres horas (3h14m, precisamente).
La victoria de Comesaña, el Tiburón (como le gusta que lo apoden), fue en tres largos sets, por 7-6 (7-4), 6-7 (1-7) y 7-6 (8-6). El golpe sobre la mesa carioca le permite clasificarse por primera vez a los cuartos de final de un ATP Tour y, también tener un bautismo exitoso frente a un top 50 sobre polvo de ladrillo. Su próximo rival será el principal preclasificado, el alemán y N° 2 del mundo, Alexander Zverev, que superó reñidamente al kazajo Alexander Shevchenko (103°) por un doble 7-6.
“La clave era mantener la energía alta y estar activo, porque los puntos iban a ser más cortos por su estilo de juego; él iba a dominar gran parte del partido con sus saques, pero a su vez yo tenía que estar atento porque iba a tener mis posibilidades. Me costó tomar esas chances, pero insistir, mantenerme enfocado y conectado, me ayudó a estar en la cancha muy concentrado”, celebró Comesaña en la zona mixta del Jockey Club Brasileiro, el hogar del segundo de los tres torneos de la gira sudamericana (además de Buenos Aires, Santiago la semana próxima).
¿Cómo soportó físicamente tanta exigencia? “Entrenamos para jugar mil horas y cinco sets. Físicamente estoy preparado, estoy disfrutando y el cansancio pasa a segundo plano”, sentenció Comesaña, cuya sonrisa amplia y fresca lo suele acompañar y marcar el termómetro de su ánimo. “La risa es algo que me caracteriza bastante. Cuando logro disfrutar de los partidos, porque estoy haciendo lo que me gusta, me sale. Sí me puedo enojar, obvio, pero lo que hago en la cancha es disfrutar, conectar con mis entrenadores”, apuntó el jugador que es parte, desde hace dos temporadas, de la escudería del coach Sebastián Gutiérrez en el Club Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires (GEBA).
Comesaña tuvo dos match points en el décimo game del tercer parcial: el chileno sacó 4-5 y 15-40, pero se escapó. Llegaron al tie-break y fue, verdaderamente, electrizante, casi dramático. El argentino levantó un punto de partido de una manera casi milagrosa. Sacando 5-6, un revés de Jarry bien direccionado al que “Come” no llegaba de ninguna manera, pegó en la faja y se quedó del lado del chileno. La acción marcó un antes y un después emocional. El argentino se agarró la cabeza, se le dibujó una sonrisa (6-6). A continuación, logró un saque ganador (7-6) y, en su tercer match-point, un drive de Jarry se quedó en la red. Historia terminada.
“Yo siento que alguien levantó la red, jaja. No sé quién fue. Pero creo que todos la vimos adentro. Él mismo se sorprendió cuando la pelota pegó en la faja, me miró, me agarré la cabeza, miré a mi entrenador, nadie entendió por qué esa pelota no entró. Después hice un gran saque y sabía que tenía que meter la devolución y estar activo. Cayó para mi lado. Fue un partido durísimo”, describió Comesaña. “La red la levantó el Cristo Redentor”, apuntó, divertido, alguien del equipo del marplatense.
Un cierre dramático
El saque, otra vez, ayudó a Comesaña: anotó doce aces y logró el 63% de primeros servicios, ganando el 76% de puntos con el primero. “Siento que tengo mucha confianza en el saque. Es mi momento cuando estoy sacando. Lo practicamos mucho, intento ser lo más agresivo posible. El saque me ha dado un montón de puntos. El saque me da un montón de posibilidades”, dijo. El ranking en vivo lo coloca en su posición más destacada: 78° (+8). Pero el año recién empieza y el Tiburón del tenis se muestra voraz.
Báez a Navone, como en 2024
En una suerte de reedición de la final del Río Open 2024 ganada por Sebastián Báez (31°), el jugador nacido en Billinghurst (partido de San Martín) venció a Mariano Navone (46°) por 6-4, 1-6 y 6-3, en dos horas y ocho minutos, y avanzó por vigésima vez a los cuartos de final de un ATP (hasta aquí, con un récord de 11-8). El de Báez, además, se trata del primer éxito ante un top 50 desde el último US Open, cuando venció a Luciano Darderi, por entonces 37°).
“Fue un partido con altibajos. En el tercer set saqué un poco más de adentro lo que tenía y la intensidad del partido le pesó un poco más a él en los últimos games, aproveché eso. Siempre es complicado jugar con un rival que conocés tanto y con el que nos enfrentamos desde chicos”, apuntó Báez, que adopta no ir más allá del partido que le sigue, sin adelantarse a lo que pueda ocurrir en otra instancia. “No hay defensa, no veo el cuadro, no veo nada. Solamente el partido que le sigue. Cada torneo es una nueva historia”, añadió el jugador de 24 años. Su próximo rival saldrá del enfrentamiento entre el brasileño Thiago Monteiro y Chun-Hsin Tseng, de Taipei.
Este jueves actuarán otros tres argentinos, por los octavos de final. En el court central, desde las 19, Francisco Cerúndolo vs. Darderi. A continuación, el francés Alexandre Muller (eliminó a Joao Fonseca) ante Tomás Etcheverry. Y en el court 1, desde las 17, Camilo Ugo Carabelli ante el bosnio Damir Dzumhur.