Ferrol brinda el legado de Torrente Ballester a las nuevas generaciones

El Concello de Ferrol acaba de tender un puente entre la juventud local y uno de sus residentes más históricos: Gonzalo Torrente Ballester (1910-1999), escritor y literato autor de un amplio abanico de obras –más allá de 'La saga/fuga de J. B.'–; y, a la vez, personaje denostado por algunos por valerse en su escritura del castellano y no del gallego. Su vida, tanto la que fue como las muchas que pudieron ser, se les presentan a los jóvenes ferrolanos que estudian secundaria en un pequeño libro a repartir por los centros educativos que les introducirá, en clave amena, a la figura de Gonzalo Torrente Ballester y al patrimonio que les legó. Recuerda José Antonio Ponte Far, concejal de Cultura y experto en la figura del escritor, que el año pasado, cuando se cumplieron 25 años de su muerte, se publicó –de su autoría– una amplia biografía del escritor, pero dirigida al público adulto. En cambio, el libro lanzado ahora nace con afán complementario de acercar la figura del escritor a los estudiantes de secundaria de Ferrol. La idea es presentarles a Torrente Ballester, vecino suyo, en un lenguaje acomodado a su nivel educativo. Y, con esa introducción, despertar su interés y generar nuevos lectores aficionados a su obra. La importancia de reivindicar el nombre de Torrente Ballester la redobla un pasado turbulento. El reconocimiento de su obra, durante años, se vio empañado por polémicas que poco tenían que ver con su naturaleza y calidad reales: pese a haber llevado la literatura gallega al panorama internacional, Torrente fue muchas veces criticado por no utilizar en su creación su idioma materno. Elección, la de expresar su obra escrita en castellano, que le valió el rechazo de ciertos círculos, que llegaban a considerarlo «mal gallego», cuenta Ponte Far. Aunque, completa, con el tiempo, su figura fue reivindicada y hoy su legado goza de un reconocimiento amplio. Una importante cuestión que complicó su relación con ciertos sectores de intelectuales gallegos fue su pasado falangista; si bien, más allá de su afiliación inicial, Torrente Ballester fue un intelectual independiente que llegó a posicionarse abiertamente en contra de efectos del régimen. En el año 1962, firmó junto a otros intelectuales españoles un manifiesto contra la represión a las mujeres de los mineros asturianos, lo que provocó su destierro profesional. Fue vetado como profesor en Madrid y como comentarista y crítico literario en Radio Nacional de España, y también en el diario Arriba. «Soy consciente de que me jugaba mucho, pero hay veces en las que la dignidad tiene que estar por encima del miedo», dejó escrito a raíz de ello. Ese episodio cambiaría la percepción de algunos de sus críticos; caso de Carlos Casares, que en su juventud rechazó leer a Torrente Ballester por su pasado político, pero terminó siendo uno de sus mayores defensores. El rechazo inicial por cuestión lingüística, lejos de ser una aflicción particular de Torrente Ballester, lo sufrieron también autores como Valle-Inclán o Emilia Pardo Bazán, objeto de críticas por escribir en castellano y no en gallego. Pero es que, además, en el caso de Torrente la justificación no respondía a una razón ideológica, sino a una cuestión práctica: «El gallego que él conocía, el que hablaba y que se habló toda la vida en las aldeas, castellanizado, un castrapo mal hablado, no le bastaba» si lo que quería era esgrimirlo en acción literaria, explica el experto. Estaba convencido de que el nivel de gallego que manejaba, adquirido en su infancia, no brindaba los recursos suficientes para expresar con justicia lo que el autor quería escribir. Afortunadamente, no todo fueron críticas en su contra. Su obra encontró defensores dentro de la literatura gallega, como Alfredo Conde, Manuel Rivas o el propio Casares, quienes reconocieron su relevancia y lo defendieron públicamente. Además, más allá de la controversia, hay consenso en torno a que Torrente Ballester fue un escritor de enorme versatilidad. Su trilogía 'Los gozos y las sombras' ofrece un amplio retrato de la Galicia de la preguerra, y 'La saga/fuga de J.B.', que combina historia, ironía y fantasía en una narración muy particular, se considera un referente de la literatura española. No contento con ser novelista, Torrente ejerció de profesor de bachillerato, una faceta que consideraba crucial en su vida. «Una de las cosas más importantes que le pudo pasar en la vida fue el hecho de ser profesor», señala Ponte Far. Siempre sintió una fuerte conexión con las generaciones de jóvenes a las que le tocaba dar clases, e interés por la propia enseñanza como manera de mantenerse en contacto con un mundo cambiante. En opinión del experto, el Año Torrente Ballester, celebrado en 2024, marcó un hito en la recuperación de su figura. Actos, conferencias y reediciones de su obra contribuyeron a consolidar su posición dentro del panorama literario gallego y español. «Creo que hoy en día está perfectamente reivindicado», concluye Ponte Far. Con iniciativas como

Feb 10, 2025 - 11:38
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Ferrol brinda el legado de Torrente Ballester a las nuevas generaciones
El Concello de Ferrol acaba de tender un puente entre la juventud local y uno de sus residentes más históricos: Gonzalo Torrente Ballester (1910-1999), escritor y literato autor de un amplio abanico de obras –más allá de 'La saga/fuga de J. B.'–; y, a la vez, personaje denostado por algunos por valerse en su escritura del castellano y no del gallego. Su vida, tanto la que fue como las muchas que pudieron ser, se les presentan a los jóvenes ferrolanos que estudian secundaria en un pequeño libro a repartir por los centros educativos que les introducirá, en clave amena, a la figura de Gonzalo Torrente Ballester y al patrimonio que les legó. Recuerda José Antonio Ponte Far, concejal de Cultura y experto en la figura del escritor, que el año pasado, cuando se cumplieron 25 años de su muerte, se publicó –de su autoría– una amplia biografía del escritor, pero dirigida al público adulto. En cambio, el libro lanzado ahora nace con afán complementario de acercar la figura del escritor a los estudiantes de secundaria de Ferrol. La idea es presentarles a Torrente Ballester, vecino suyo, en un lenguaje acomodado a su nivel educativo. Y, con esa introducción, despertar su interés y generar nuevos lectores aficionados a su obra. La importancia de reivindicar el nombre de Torrente Ballester la redobla un pasado turbulento. El reconocimiento de su obra, durante años, se vio empañado por polémicas que poco tenían que ver con su naturaleza y calidad reales: pese a haber llevado la literatura gallega al panorama internacional, Torrente fue muchas veces criticado por no utilizar en su creación su idioma materno. Elección, la de expresar su obra escrita en castellano, que le valió el rechazo de ciertos círculos, que llegaban a considerarlo «mal gallego», cuenta Ponte Far. Aunque, completa, con el tiempo, su figura fue reivindicada y hoy su legado goza de un reconocimiento amplio. Una importante cuestión que complicó su relación con ciertos sectores de intelectuales gallegos fue su pasado falangista; si bien, más allá de su afiliación inicial, Torrente Ballester fue un intelectual independiente que llegó a posicionarse abiertamente en contra de efectos del régimen. En el año 1962, firmó junto a otros intelectuales españoles un manifiesto contra la represión a las mujeres de los mineros asturianos, lo que provocó su destierro profesional. Fue vetado como profesor en Madrid y como comentarista y crítico literario en Radio Nacional de España, y también en el diario Arriba. «Soy consciente de que me jugaba mucho, pero hay veces en las que la dignidad tiene que estar por encima del miedo», dejó escrito a raíz de ello. Ese episodio cambiaría la percepción de algunos de sus críticos; caso de Carlos Casares, que en su juventud rechazó leer a Torrente Ballester por su pasado político, pero terminó siendo uno de sus mayores defensores. El rechazo inicial por cuestión lingüística, lejos de ser una aflicción particular de Torrente Ballester, lo sufrieron también autores como Valle-Inclán o Emilia Pardo Bazán, objeto de críticas por escribir en castellano y no en gallego. Pero es que, además, en el caso de Torrente la justificación no respondía a una razón ideológica, sino a una cuestión práctica: «El gallego que él conocía, el que hablaba y que se habló toda la vida en las aldeas, castellanizado, un castrapo mal hablado, no le bastaba» si lo que quería era esgrimirlo en acción literaria, explica el experto. Estaba convencido de que el nivel de gallego que manejaba, adquirido en su infancia, no brindaba los recursos suficientes para expresar con justicia lo que el autor quería escribir. Afortunadamente, no todo fueron críticas en su contra. Su obra encontró defensores dentro de la literatura gallega, como Alfredo Conde, Manuel Rivas o el propio Casares, quienes reconocieron su relevancia y lo defendieron públicamente. Además, más allá de la controversia, hay consenso en torno a que Torrente Ballester fue un escritor de enorme versatilidad. Su trilogía 'Los gozos y las sombras' ofrece un amplio retrato de la Galicia de la preguerra, y 'La saga/fuga de J.B.', que combina historia, ironía y fantasía en una narración muy particular, se considera un referente de la literatura española. No contento con ser novelista, Torrente ejerció de profesor de bachillerato, una faceta que consideraba crucial en su vida. «Una de las cosas más importantes que le pudo pasar en la vida fue el hecho de ser profesor», señala Ponte Far. Siempre sintió una fuerte conexión con las generaciones de jóvenes a las que le tocaba dar clases, e interés por la propia enseñanza como manera de mantenerse en contacto con un mundo cambiante. En opinión del experto, el Año Torrente Ballester, celebrado en 2024, marcó un hito en la recuperación de su figura. Actos, conferencias y reediciones de su obra contribuyeron a consolidar su posición dentro del panorama literario gallego y español. «Creo que hoy en día está perfectamente reivindicado», concluye Ponte Far. Con iniciativas como esta, su legado sigue vivo, y su obra, leída y apreciada por nuevas generaciones, libre de controversias vetustas.