Le pregunto a la inteligencia artificial qué puedo hacer en caso de depresión y lo primero que me dice es que lo lamenta. O sea, empatiza con la persona que desde el otro lado de la pantalla le plantea la cuestión. Luego, como buen psicólogo artificial que es, me da seis consejos: hablar con alguien de confianza, buscar ayuda profesional, escribir, mover el cuerpo, ser amable conmigo mismo y evitar el aislamiento. Todo eso a cambio de un clic. En apenas un minuto. Después decido escalar de nivel y le pregunto cuáles son las claves de la felicidad. Entonces la IA tira de catálogo y me enumera varias frases de esas que lees inspirando profundamente mientras hueles esencias de menta...
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