Esta Big Four siempre es un termómetro para la Argentina y dice que las reformas de Milei hacen del país un "lugar más lógico" para hacer negocios

Miguel Urus, socio a cargo de PwC Argentina, dice que los empresarios locales ya están invirtiendo en sus compañías. Además, sostiene que el país ya volvió al radar de las inversiones internacionales

Feb 24, 2025 - 10:51
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Esta Big Four siempre es un termómetro para la Argentina y dice que las reformas de Milei hacen del país un "lugar más lógico" para hacer negocios

"Los empresarios argentinos tomaron la iniciativa y ya empezaron a invertir para hacer crecer sus negocios. Son personas que crecieron acá y que conocen los ciclos económicos. Ahora, falta una segunda etapa, en la que lo hagan las multinacionales, que deciden desde otro lado", dice Miguel Urus, socio a cargo de PwC Argentina sobre el impacto en los negocios de las reformas encaradas por el Gobierno de Javier Milei.

Con más de 30 años de trayectoria en la empresa, Urus quedó al frente de la firma a mediados de 2023, poco antes del cambio de gobierno, y fue testigo de cómo el ordenamiento de la macro ayudó a las compañías a pasar de una agenda de supervivencia a otra de cambio.

"Hace dos años, toda la estrategia pasaba por si se debían aumentar los precios a la par de la inflación o no. Era una escalada de cómo acomodarse a esa situación. Hoy, como el IPC ya está en niveles bajos para la Argentina, estamos todos empezando a mirar lo que no miramos por los últimos dos o tres años", agregó.

-¿Cómo empezó este año para las empresas que asesoran?

-El año pasado fue un año de cambio. Llevó tiempo, pero siempre se veía que era un cambio positivo, con lo cual arrancamos desde 2024, en el que se notó el cambio. Costó. Fue largo, fue duro, pero ya en el segundo semestre se empezó a ver que el balance era positivo en general. Yo creo que algunas actividades, algunas industrias, vieron la luz más rápido y algunas más tarde, pero en el balance fue un año de cambio positivo. Y este año empezamos de un lugar más estabilizado, más lógico para hacer negocios. Se ve que sigue mejorando el año, en general. Hay más tranquilidad en tomar decisiones, en jugársela para hacer inversiones.

-El Gobierno tiene una agenda de cambio permanente. ¿Les afectó la manera de trabajar?

-Para mí, el cambio principal que vemos todos, el que seguimos, es el cambio más de la macro, la inflación, el tipo de cambio. Hoy, todavía está ahí dando vueltas el cepo, con el que la mayoría convive porque sabe que la salida es cuestión de tiempo. El Presidente dijo que fin de año como máximo. Se ve la luz y eso es igual para todos. Hay todo un tema relevante con las eventuales privatizaciones que se decidan hacer. El año pasado fue seco en eso, no hubo relativamente nada. Ahora, se empezó con Impsa y va a seguir habiendo casos. Eso va a dinamizar, va a permitir que entren nuevos actores, que entren inversiones, pero no veo una ola como en la época de Menem.

Privatizaciones

-No va a ser 1990 de nuevo...

-No, pero va a haber y van a aparecer oportunidades y se va a notar movimiento. Yo creo que uno, cuando ve la economía, ya se nota. Pero el salto grande lo van a traer las nuevas actividades, las nuevas industrias, especialmente, Vaca Muerta y el litio. Agro y alimentos siempre son puntales de la Argentina, puede haber arañado un mejor año o peor, pero tenemos tecnología de punta, tenemos know how, tenemos volumen, tenemos un lugar ganado. Además, me parece que Vaca Muerta ya entró en un nivel de desarrollo que va hacia ese mismo lugar. Va a ser otro de los grandes de los grandes puntales de Argentina que va a cambiar un poco el perfil, balanza de pagos y demás.

El socio a cargo de PwC Argentina dice que Vaca Muerta va a camino a ser un puntal de la economía argentina

-El país ya no dependerá tanto de las lluvias y de una buena cosecha.

-Ya no. Y después está el litio, sin dudas. Hay muchas inversiones en puerta. Y después un sector más nuevo que creció y que da un buen volumen, como la exportación de servicios. Eso realmente tuvo apoyo, tuvo mucho dinamismo, hubo fuertes inversiones, pero hoy se perdió algo de competitividad.

-El tipo de cambio no está ayudando.

-No. Todavía estamos en muchos mercados y se sigue trabajando, y creo que no hay nadie que diga que se va de la Argentina en ese sector. Pero, cuando querés ver por dónde crecer, antes era casi cantado que se hacía acá y, ahora, miran y comparan porque se perdió competitividad.

-¿Y ya se empieza a notar un cambio de tendencia para las empresas?

-Se nota que empieza a haber oportunidades nuevas que hace cinco años no existían. Hoy, con un riesgo país en un mejor nivel, las empresas están renovando sus deudas, están cambiando las deudas. En muchos casos, anticipan alguna que vence más adelante y, con una mejora de tasa, la anticipan. Hay muchas transacciones de ese tipo, de apoyo a las empresas.

-Pero todavía falta la deuda nueva para inversión...

-Está el cambio de deuda. Con anticipación y nuevas condiciones, se logra una baja de lo que pagan las empresas. Eso empezó y antes estaba dormido. Ahora, nuevas emisiones para nuevos proyectos es algo muy puntual. Los que están en Argentina se están animando más y se nota. Creo que, para los que no están, todavía falta un poco.

Los precursores

-¿Se empieza a ver inversiones de empresas de capitales locales y de multinacionales que ya operan en el país?

-Sí, porque conocen el paño, miden más rápido, tienen la sensibilidad más rápido. Para los que están afuera, hay mucho movimiento de análisis de estudio, hay preguntas.

-Y eso es nuevo, porque el año pasado para esta altura del año decían que todavía no había interés por llegar al país.

Y esto también lo vemos en reuniones con estudios de abogados, que quizás reciben la consulta un minuto antes que nosotros. Hay mucha gente mirando, preguntando y evaluando. Muchos dicen que el cepo es una traba para el que todavía no llegó al país, porque es alguien que dice: "Yo quiero entrar y salir cuando quiera". Y, como se sabe el cepo tiene vida corta, están esperando a que se levante. Se nota el cambio. Ahora, vos mirás los números y todavía no explotaron, pero se siente que cambió el perfil.

Por lo menos no se están yendo. Hay casos puntuales, como Mercedes-Benz o Telefónica, pero son por cuestiones propias de la empresa.

Eso es algo que siempre pasa. Es normal que uno entre u uno salga. Pero el volumen de empresas que levantan su operación local cayó. Eso se ve. En número, se nota una caída importante de los que salen. Hace dos, años tuvimos un momento, un semestre en que era bastante común.

Urus dice que los empresarios argentinos ya empezaron a invertir en sus compañías

-¿Se nota un cambio en los empresarios?

-Sí. El humor del empresariado, en algunas reuniones en las que estoy, es bastante mejor, es positivo. El que no hizo una inversión la está evaluando. Y, además, esta nueva realidad obliga a cambiar la dinámica, la forma de ver las cosas. Antes, era medio de supervivencia. Toda la estrategia pasaba por aumentar a la par de la inflación o no aumentar tanto. Era una escalada de cómo acomodarse a la coyuntura, con poca mirada de los costos, de lo que pasa adentro. Hoy, como el IPC ya está en niveles bajos para la Argentina, estamos todos empezando a mirar lo que no miramos por los últimos dos o tres años: los costos, la eficiencia, los procesos, la modernización.

-¿No hubo un trabajo de eficiencia durante el período de alta inflación para ver cómo hacer para no trasladar tanto el aumento de costos a los precios?

-No digo que no se haya hecho trabajo de costos en la híper, pero, en ese momento, lo principal era ver cómo no quedarse atrás en el traslado a precios. Todos trasladaban y, como todo subía y subía desordenadamente, había poco control. No había precios referencia. Hoy sí hay y eso obliga a un trabajo de control de costos más profundo. Los precios se mueven muy poco. Ya hubo un acomodamiento fuerte de costos y ahora viene el trabajo ser más eficientes. El Gobierno hoy dice que se va a ocupar del costo macro. La inflación, la baja de impuestos, tiene la reforma laboral que no se precipita, pero pero la tienen en agenda. Y ahora les pide a los empresarios que hagan su parte, que pongan tecnología y sean eficientes. El costo país en parte se baja por las políticas macro que maneja el Estado, pero en parte por lo que hace cada empresario.

-Ganar eficiencia y productividad es un trabajo de largo plazo. Se hace la inversión y después hay que esperar un tiempo a que rinda sus frutos. ¿Qué hacemos mientras tanto?

-En el mientras tanto, venimos de donde venimos y tenemos marcado allá adonde queremos llegar. Hay que administrar la transición. Es así, no hay magia. Por eso tenemos que empezar a hacer los ajustes que haya que hacer, ser cuidadosos con los costos, estar atento a oportunidades, que están apareciendo. Hoy estamos en una era de cambio. Eso de que uno se eterniza 20 años haciendo lo mismo ya no existe más. El que administra así su negocio va al fracaso.

Cambiar el chip

-El problema es que en la Argentina hay empresarios que están muy acostumbrados a la protección de una economía cerrada.

-Sí, es verdad. Pero creo que eso tiene vida corta. Hay que ir saliendo de ese esquema. Y el Gobierno es muy claro. El que no lo lee, no lo modifica y no se prepara, va a sufrir. Está clarísimo que hay que prepararse. El que puede lo hace. Y el que no puede tiene que pedir ayuda externa. La baja de impuestos va a ayudar. Si se logra controlar, administrar, mejorar el costo laboral, también, Lo que está claro es que hay que mejorar la productividad y la eficiencia. Estamos en una etapa de mucho cambio tecnológico. Todas las empresas tienen que empezar a tener gente mirando, aprendiendo y probando la inteligencia artificial porque eso va a ser un factor de productividad importante. Y, también, de nuevos servicios, de nuevas oportunidades. Cada vez que hay un cambio de esto, aparecen nuevas necesidades, especialidades. Y el que está detrás de eso y lo investiga va a sacar provecho. Muchos piensan que solo reemplaza mucho trabajo repetitivo, reiterativo por la computadora.

-Más allá de Vaca Muerta, la minería y el agro. ¿Qué otros sectores pueden andar más o menos bien este año?

-Hoy lo que se ve es que las que vienen un poco atrasados son las empresas ligadas al consumo masivo, son las que más están sufriendo. Yo no soy especialista, pero por sentido común, se va a recuperar. Si la macro mejora, si hay más dinamismo, se mejoran las condiciones...

-Pero tienen que empezar a mejorar los salarios...

-Los salarios se están recuperando. Es un proceso largo porque nadie puede pegar un salto en la masa salarial del 25% de un día para el otro, si todo lo otro queda igual. Pero yo creo que el consumo se va a recuperar. Tenemos un mercado grande en la Argentina y. si todo el resto mejora, quizás un poco desfasado en el tiempo, va a repuntar. La gente consume, no vive para ahorrar. Algunos un poco más, otros menos, pero la mayoría consume. Creo que el consumo, si seguimos en esta línea, se va a recuperar. No quiero decir que es obvio, pero sí cuestión de tiempo.

-¿Y, después, qué pasa con otros sectores?

-El sector financiero se reordenó. Se tiene que reconfigurar un poco. Y con los industriales hay que esperar un poco para ver qué pasa con las importaciones. Este es un grupo en el que algunos subsectores ya sufrieron en períodos de cambios previos, cuando hubo una entrada de productos más baratos. Pero hoy en día el mundo es global y hay buen empresariado en la Argentina. Ya no miran solo el mercado local. Están buscando oportunidades en los países vecinos. El industrial abrió la cabeza y sabe que hoy el mercado es mundial. El que es realmente empresario tiene una cultura de tomar algún riesgo. Yo lo veo con optimismo. Hay que tomar algún riesgo y animarse.

-¿Cuál es balance que hace de las reformas encaradas por el Gobierno?

-La reforma impositiva que está en curso es positiva. Hay que seguir avanzando. El tema laboral está en agenda. Y no es algo pase por el salario. El problema de la reforma laboral es la conflictividad, los costos que vienen después, la industria del juicio. En eso hay que avanzar. Y después creo que hay que seguir por la senda de instaurar confianza. Lograr previsibilidad, mostrar que las leyes no cambian. Tiene que haber seguridad jurídica, tiene que haber previsibilidad. Uno tiene que mirar a largo plazo y tiene que saber en qué condiciones, porque eso es lo que genera desconfianza y que uno haga las cosas con lo justo. ¿Cuándo se expanden las cosas? Cuando uno está tranquilo, cuando hay confianza. Y veo que el Gobierno está tratando de ir por ese camino. De hecho, ha sido coherente entre lo que dijo y lo que hizo. No hizo el 100%, pero se fue haciendo lo que se dijo. No hubo grandes sorpresas, en general. Hay que dar un poco de tiempo a que se recupere la confianza y que, con hechos, no se vea que las cosas cambian de un día para el otro.

-¿Y el ordenamiento macro está ayudando a que se encaucen los negocios?

-Sí, eso es claro. Desde el más experimentado hasta el que conoce menos, pero hace negocios, lo entiende. Hasta los chicos chiquitos se dan cuenta.

-Decía que ya está empezando a notarse movimiento e interés por la Argentina. ¿Las inversiones llegan después de que se levante el cepo?

-No sé. Creo que cuando empiecen a salir las privatizaciones, se va a empezar a mover. Salir del cepo puede ayudar. Pero me parece que es una cuestión de tiempo y de confianza. Y no hay que minimizar las inversiones de los que ya estamos. El empresario argentino ya empezó a invertir. Eso se nota. Somos los que vivimos, nacimos y crecemos acá. Tenemos menos miedo y sabemos cómo son los ciclos. Para las multinacionales, es un poco más duro porque deciden desde otro lugar. Y no hay que olvidarse de que estamos en una era de fuerte cambio tecnológico, que requiere de inversiones permanentes. Esos desembolsos de los que están van a llegar. Con un poquito más de tiempo, creo van a empezar a invertir las empresas argentinas.

-¿Qué otro sector puede despegar?

-Para nosotros es el sector que más creció es el de servicios. Y creo que van a empezar a llegar empresas de este rubro. La industria es más estable. En cambio, cuando miro para atrás, lo que más crece son los servicios, especialmente, los relacionados con el ocio, el entretenimiento y la tecnología. Hay mucha novedad y se van abriendo nuevos campos.