Entrevista a Sam Dekker: «Ahora estoy en paz mental, pero no ha sido nada fácil»

Es uno de los nombres del momento. Después de encontrar su sitio en Londres tras cambiar múltiples veces de equipo el destino tenía una última carta guardada para él. Sin embargo, esta era positiva y Sam Dekker se ha convertido en la punta de lanza del Joventut Badalona. En esta entrevista se abre con Gigantes […] La entrada Entrevista a Sam Dekker: «Ahora estoy en paz mental, pero no ha sido nada fácil» aparece en Gigantes del Basket.

Mar 9, 2025 - 11:45
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Entrevista a Sam Dekker: «Ahora estoy en paz mental, pero no ha sido nada fácil»

Es uno de los nombres del momento. Después de encontrar su sitio en Londres tras cambiar múltiples veces de equipo el destino tenía una última carta guardada para él. Sin embargo, esta era positiva y Sam Dekker se ha convertido en la punta de lanza del Joventut Badalona. En esta entrevista se abre con Gigantes en profundidad sobre su carrera, salud mental y la cara B del profesionalismo.

Esta entrevista fue publicada originalmente en el número 1553 del mes de febrero de 2025 y que puedes comprar en físico y formato digital en nuestra tienda online.

La entrevista a Sam Dekker en Gigantes

G: Estás teniendo una temporada increíble aquí en Badalona. ¿Cómo te sientes? 

D: Me siento bien. Ha sido una buena transición para mí. Ir de un lugar a otro. Nunca es fácil, pero el equipo me ha dado una cálida bienvenida y me ha recibido con los brazos abiertos. Me llevó un par de partidos o un par de semanas sentirme cómodo, pero creo que hemos encontrado un buen ritmo. Siento que estoy en uno de mis mejores momentos en mucho tiempo. 

G: Quería hablarte de tus inicios en el baloncesto. Eres de Wisconsin, fuiste uno de los mejores de tu class. ¿Qué recuerdas de esa época? ¿Has alcanzado tus expectativas?

D: Creo que sí y no. Desde que era un niño pequeño, recuerdo que tenía 7 u 8 años y teníamos que decir qué queríamos ser cuando fuéramos mayores. Dije que quería ser un jugador de baloncesto profesional y mi profesor dijo: «Eso es genial, pero deberías escribir sobre un trabajo real». Recuerdo que me enfadé mucho porque creía que ese era un trabajo de verdad. Ese sería mi trabajo. Y ese era el único plan que realmente tenía. No tenía un plan B. Solo quería ser un jugador de baloncesto. Y eso me impulsó a seguir trabajando muy duro.

G: Te quedaste en Wisconsin para estudiar en la universidad. Alguien en Marquette te dijo que te faltaba capacidad atlética para jugar al baloncesto en la Big East. ¿Qué le dirías a esa persona ahora, después de todos estos años?

D: Sinceramente, no me arrepiento de nada porque reclutar es difícil. Recuerdo que fue un partido. Tenía 16 años y Marquette era la otra gran universidad en el estado. Hubo alguien que fue a ver un partido y yo no lo hice muy bien. En ese momento, probablemente era delgado y estaba teniendo un partido complicado. Y lo gracioso de eso es que mi capacidad atlética se convirtió en mi punto más fuerte. Realmente no había forma de que pudieras decir que no estaba listo. Fui a la universidad a la que quería ir y no hay resentimientos. Todavía hay fans de Wisconsin que si escuchan esto que probablemente me odiarán, pero aún así animo a Marquette, pero si juegan contra Wisconsin, obviamente no.

G: En la NBA empiezas en Houston, luego traspasado a los Clippers, después Cleveland, Washington… ¿Cómo es posible vivir así? Cambiar de vida tan rápido, mudarse al otro lado del país, con tu familia…

D: Fue realmente duro. No muchos jugadores en la NBA durarían en la misma situación. Muchos jugadores pasan 2, 4 años en el mismo lugar para adaptarse al sistema. He tenido tantos entrenadores, he estado en tantas situaciones en las que sentí que tenía que demostrar lo que valgo y en las que no pude sentirme cómodo.

Y eso es lo más importante de la NBA, del baloncesto, es sentirse cómodo, sentir que tienes estabilidad, sentir que puedes respirar si no tienes un buen partido. Y en estas situaciones, sentí que siempre estaba subiendo cuesta arriba y no podía mantener mi equilibrio y terminé teniendo que ir al extranjero. Es un trabajo duro porque se trata de contratos de un año y de aprender cómo quiere jugar un determinado entrenador. No fue hasta Londres donde realmente pude dar el siguiente paso y decir: «Así soy yo, lo tomas o lo dejas».

G: Debe ser muy, muy difícil, estar en una situación así entre traspasos y tener que madurar al mismo tiempo cuando tenías como 20 o 22 años. Todo eso mientras intentas hacer lo único que sabes.

D: Y es complicado hacerlo también en la liga más difícil del mundo. Tratando de jugar contra Harden, George… Y al mismo tiempo, me acaban de traspasar. Así que estoy tratando de encontrar una casa, un coche, que mi esposa trabaje en un nuevo sitio.

Pero ella también está de regreso en Houston o Los Ángeles guardando cosas en cajas. esperando que venga la empresa de mudanzas y al mismo tiempo tener que jugar y demostrar lo que valgo. Encontrar el equilibrio es muy difícil y especialmente cuando eres traspasado durante la temporada que son muy duros para las familias y los jugadores, especialmente los jugadores jóvenes porque aún no tienen todos los recursos y se les pide que hagan eso a los 23 años. Estoy orgulloso de la forma en que he manejado esas cosas, pero no ha sido un camino fácil.

G: Ahora que eres un jugador consolidado aquí en Europa, ¿te ves regresando a Estados Unidos?

D: El sueño siempre es estar en la NBA. Mi primera temporada en el extranjero fue en Rusia y luego en Turquía. Después me ficharon en Toronto y sentía que había regresado. Fue una sensación increíble. Me costó mucho trabajo y paciencia y básicamente fui a Toronto en diciembre en una especie de prueba. Fue como si dijera: «aquí estoy, miradme, por favor».

Estuve allí con ellos durante 3 días y me fui a casa. Y llamaron a mi agente y le dijeron: «¿Podría volver Sam la semana que viene?». Fui durante 3 días, me fui a casa, llamaron a mi agente y le preguntaron: «¿Puede volver Sam la semana que viene?». Y me siguieron pidiendo que volviera porque querían ver si esto era real. Y llegamos a un acuerdo y pasé todo el verano con ellos. Eso fue frustrante porque había algo en mi contrato que les permitía ahorrar algo de dinero después de un par de meses y desafortunadamente me cortaron.

Fue otra situación difícil de manejar. El verano pasado, volví y probé para varios equipos y jugué bien. Hay tantos buenos jugadores que no hay muchos puestos en la lista. No hay suficiente dinero ahora en ciertos equipos. Es una situación en la que tienes que seguir intentándolo y dar lo mejor de ti. Todo lo que se necesita es que un equipo te quiera, pero no es fácil volver. Ese sigue siendo el sueño. Siento que soy un muy buen jugador y voy a seguir haciendo lo mejor que pueda.

G: Hablemos ahora del presente. Rusia, Turquía, Reino Unido y ahora España. Parecía que Londres iba a convertirse en tu nuevo hogar desde hacía tiempo. ¿Qué cambió? 

D: Los London Lions eran propiedad de una empresa estadounidense y tuvieron algunos problemas financieros el año pasado. Escuchamos que podrían pasar algunas cosas, que podrían cambiar, pero no sabíamos hasta qué punto. Yo tenía un contrato garantizado por 3 años más, así que abordé el verano de la misma manera.

Hablaría con los equipos de la NBA, pero luego me presentaría a la pretemporada como todos los demás. Había algunos rumores de que alguien compraría a los Lions y terminó siendo el grupo Zalgiris. Pero debido a la carga financiera que la situación puso sobre los Lions y también que la liga inglesa implementó un tope salarial…. Con mi contrato no podía siquiera salir a jugar. Tuve que sentarme y esperar a que un equipo tuviera un hueco, fueron 3 largos meses. Estuve en Londres entrenando solo y llegué aquí en noviembre, no estaba en forma y traté de encajar.

G: Nadie lo diría…

D: [Risas] Hicimos una sesión de vídeo hoy de mi tercer partido aquí y me veía lento y fuera de ritmo. Una vez que empiezas, te calmas y te pones en forma, me siento genial y estoy muy contento de estar aquí. El equipo ha sido una gran oportunidad para mí y para demostrar mi valía en España, una liga muy respetada en Europa. Creo que mostrarme en este escenario me ha abierto los ojos y me siento muy confiado por la forma en que estoy jugando. Así que, en este punto de mi carrera, no importa dónde esté. Voy a jugar mi juego y a vivir con los resultados.

G: Has renovado recientemente con el Joventut hasta final de temporada. Sé que siempre es complicado para los jugadores hablar de estos temas, pero ¿cuál fue el principal motivo para que te quedaras y completar la temporada con la Penya?

D: Se trata de encontrar algo de estabilidad, como mudarse por tercera vez este año con un niño de 2 años y mi esposa, que también está trabajando, no es fácil. Una vez que se suponía que mi contrato iba a terminar comencé a sentirme bien, entiendo todo con el sistema, mis compañeros entienden cómo juego, el entrenador sabe qué esperar de mí, los fans han sido muy acogedores y habíamos ganado en un momento ocho o nueve partidos de liga consecutivos.

¿Por qué querría cambiar? ¿Por qué querría cambiar eso y dejarlo pasar? Me siento muy cómodo ahora mismo aquí y es un club histórico. Estoy emocionado de estar aquí hasta el final del año. Con suerte, podremos llegar lejos en la Copa del Rey y, quién sabe, hemos tenido uno de nuestros mejores comienzos en la historia del club, así que vamos a intentar seguir así.

G: Mencionaste la estabilidad como una de las claves. ¿Cómo fue para ti vivir una situación tan extraña como esta? Un contrato de mes a mes…

D: Es un arma de doble filo. Por un lado, si juego mal, está bien, no funcionó, pero por el otro, si juego mal, dirán: «Hasta luego». Pero si juegas bien, sientes que está bien, tengo que hacerlo de nuevo. Es un poco estresante y a la vez entiendes que hay que hacer lo mejor que se pueda y vivir con los resultados. Y he jugado mucho en mi carrera.

Ahora tengo 30 años, así que no perdía el sueño por un mal entreno o partido. Siempre trato de hacer lo mejor que puedo para ser perfecto. No lo voy a ser, pero estaba seguro de que lo que sucediera sería lo correcto. Y resulta que estoy aquí en un gran lugar para el resto del año. El trabajo duro está dando sus frutos.

G: ¿Crees que los deportistas reciben la ayuda adecuada en materia de salud mental durante la temporada? ¿Cómo aprendiste durante este tiempo a gestionar eso?

D: No muy bien. Es una pregunta difícil y si puedo voy a ser honesto. Es realmente difícil. He luchado mucho con la salud mental, como con la ansiedad debido a todas las mudanzas. Me he lesionado tantas veces. Me han traspasado tantas veces. Me han enviado a un nuevo país tantas veces que realmente genera algo de ansiedad…

G: Dudas incluso de ti mismo

D: El simple hecho de mudarse tanto e intentar establecerse como un profesional y ser uno de los mejores jugadores del mundo a la que que tratar de dar a tu familia la vida que quieres… Esa es mucha presión que te pones a ti mismo y como hombre, simplemente te lo guardas para ti mismo. En Londres pensaba que podríamos estar aquí 4 años sin mudarme y podría jugar como quiero. Todos están felices. Y cuando te quitan eso es como si te hubieras lesionado. Me han traspasado. Me han cortado, pero nunca he tenido una situación como con un problema con la propiedad. 

Llegué aquí, estaba solo y mi esposa estaba en casa, el estrés tratando de sacarnos de Londres y venir aquí con un nuevo equipo. No conozco a nadie. No conozco al equipo. No sé el nombre de nadie. Juego el día que llego aquí. Hubo tantas cosas a la vez que la semana siguiente tuve una crisis total. Tuve un ataque de ansiedad y tenía que ir a verles. Me sentía completamente mal. Me dejaron volver a Londres por un par de días para ver a mi familia, lo cual agradecí mucho. Eso me ayudó a volver a la normalidad y luego vinieron conmigo y estuve mucho mejor después de eso. 

Fue extraño. Nunca había tenido un ataque de pánico como ese antes. En ese momento, supe que tenía que cuidar mi salud mental antes de entrar a la cancha y eso me ha ayudado ahora que estoy jugando muy bien. Es porque estoy en paz mental y simplemente trabajo en eso todos los días.

Estaba en un entrenamiento, salí de la cancha y notaba que no podía estar ahí. Mentalmente, no era bueno para mí. Le envié un mensaje de texto al entrenador y le dije: «Lo siento. Volveré». Y me fui por dos días. Estuvimos en contacto todo el tiempo, pero le aseguré que: «Simplemente algo anda mal». Fueron geniales al respecto. Volví, todo estaba bien. Fue durante el parón FIBA así que no teníamos partidos y fue el momento perfecto para recomponerme, ordenar mis pensamientos, mis emociones. He estado jugando muy bien desde entonces. Necesitaba presionar el botón de reinicio.

Esto es importante. Para mí ayuda, y sé que muchos jugadores de baloncesto se enfrentan a las mismas cosas y que alguien pueda decir: «Conozco esa sensación». Está bien hablar de eso. Etiquetas de Mautic

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